✦ In the garden ✧

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—Tonta espina

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—Tonta espina. 

Se dio cuenta de su falta y sorprendido, cubrió su boca con la mano. 

—Perdón —susurró mirando el arbusto. —No lo volveré a decir... 

Hyungwon nunca decía groserías por muy enojado o cansado que estuviera. Sus familias adoptivas eran tan estrictas que Hyungwon solo conoció el silencio y los buenos modales. Las blasfemias estaban prohibidas para él y la única vez que dijo una, la cuál ni siquiera era grave, su tío le rompió la boca de un par de bofetadas. Desde ese día cuidaba cada palabra que decía y pensaba rigurosamente antes de hablar. 

Porque eres hermoso y no tienes que hacerte daño.

La inocencia de Hyungwon era semejante a la de un niño pues cada pequeño tropiezo lo creía enorme e imperdonable, justo como ahora. 

—Espero que nadie me haya escuchado —murmuró mirando a través de las hojas verdes. 

A lo lejos vio la oficina de su esposo y supuso que estaba ahí por lo que corrió en dirección opuesta adentrándose, aún más, en el jardín. Tropezó con la raíz de un árbol cayendo sobre sus rodillas. De no haber metido las manos muy probablemente tendría el rostro cubierto de lodo.

—No puede ser —siseó mirando con horror sus manos manchadas de fango.

El perfecto pantalón rojo había perdido su elegancia a causa de las salpicaduras de lodo y restos de césped. Sus ojos se cerraron rogando desaparecer de la faz de la tierra o en todo caso, mezclarse con ella hasta ser invisible de sus captores.

—¿Estás bien?

Un par de grandes manos se cerraron en su cintura y lo levantaron con sumo cuidado. Abrió los ojos de golpe y contuvo la respiración.
Piel de porcelana, ojos pequeños y de un café oscuro precioso, nariz pequeña ligeramente fruncida, labios rellenos curvados en una amable sonrisa que le cubría toda la cara dándole un resplandor irreal a toda su persona.

—No te enfoques en la suciedad... Con un poco de agua estarás como nuevo.

La voz del hombre era tan armoniosa que Hyungwon no pudo evitar sonrojarse. Quiso cubrir su cara pero pronto recordó la suciedad de sus manos y abultó su labio inferior.

—Tranquilo, las limpiaré por ti —dejando ir una dulce risita. El pelinegro soltó una mano, que curiosamente seguía sosteniendo la cintura de Hyungwon, y hurgó dentro de su chaqueta hasta sacar un pañuelo blanco —. Solo es tierra, nada grave ¿Te duele?

Hyungwon negó mirando atento el trabajo de Hoseok.

Con delicadeza, Hoseok limpió las manos de Hyungwon. Cuidando de no dejar ningún rastro de tierra, sonrió victorioso al cumplir su objetivo.

—Ya está —sonrió dejando el pañuelo en las manos de Hyungwon.

La mirada del menor cayó al suelo muerto de vergüenza y nuevamente pudo escuchar la risa del desconocido. Miró a través del flequillo descubriendo que el hombre aún lo miraba.

⭒ ❇ The Hidden Boy ❇ ⭒2WONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora