CAPÍTULO 4

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Era el primer día de clases de Venice en su nueva escuela por lo que se encontraba bastante nervioso, pero a pesar de ello estaba increíblemente emocionado de esa nueva experiencia en su corta vida.

Aunque sujetaba fuertemente la mano de Pete, en su corazón se alegraba mucho de poder vivir lo mismo que aquellos niños a los que solía observar con algo de envidia cuando mendigaba en las calles.

"Vas a ver que todo va a estar bien," le dijo Vegas con una sonrisa amable por el retrovisor mientras estacionaba el auto.

"Vas a aprender mucho y vas a conocer a muchos amigos," le dijo Pete mientras lo ayudaba a colocarse la mochila.

Vegas lo ayudó a bajar del auto y le preguntó, "¿Tienes todo lo que necesitas?"

"Si," dijo Venice nervioso al ver a los otros niños que correteaban alegres por el jardín con sus padres. ¿Qué pasaría si no les agradaba a los otros o lo consideraban extraño? ¿Lo excluirán del grupo por no tener padres como ellos?

"Bienvenidos," dijo la profesora en la entrada para recibirlos. Era una joven con un rostro amable que llevaba un delantal de elefantes con parasoles muy divertido, "No saben como nos alegra poder recibir a nuestra primera pareja de padres homosexuales en la escuela. Es un logro para esta institución inclusiva poder abrirnos a esta nueva familia."

"¿Disculpe?," dijo Pete confundido.

"Nosotros somos aliados en los derechos LGBTQ así que cualquier pregunta que tengan estamos abiertos a ayudarlos en lo que necesiten," les respondió con una sonrisa.

"Creo que se está confundiendo," le dijo Vegas con una sonrisa nerviosa y algo molesta, "Yo soy el guardián de Venice y Pete es su niñero."

"¿No son sus padres?," dijo la maestra nerviosa, "Es que durante la entrevista me dieron la impresión que..."

"No.. no lo somos," respondió Pete de inmediato.

"Yo... lo siento... vi dos papás y me emocioné," dijo la mujer al extremo nerviosa, "Somos aliados... no... tengo nada en contra de los gay..."

"¿Qué es gay?", preguntó Venice.

"Un helado," le dijo Pete al oído sin saber que responder a esa pregunta curiosa.

"No se preocupe," le dijo Vegas con amabilidad, tratando de calmar a la profesora después de su peculiar confusión, "¿Espero que no hayamos llegado tarde?"

"No... es perfecto, son perfectos," continuaba balbuceando nerviosa, "Llegaron a tiempo es lo que quise decirles."

"Ok Venice, nos vemos en la tarde," le dijo Pete con una sonrisa pero de inmediato el niño se sujetó con fuerza de su mano.

"¿Van a dejarme?," preguntó angustiado.

"Vendremos a recogerte a las 2:00," le dijo Vegas pero el niño estaba al borde de las lágrimas.

"Venice no tienes que asustarte," le dijo la maestra con una sonrisa tomándolo de la mano y colocándose de rodillas a la altura de su vista, "Aquí vas a divertirte hasta que ellos regresen y luego regresarás a casa."

"No quiero," dijo Venice y comenzó a llorar, "¿Van a dejarme verdad?"

"Escúchame," le dijo Vegas mirándolo a los ojos y repitiendo la acción de la maestra, colocándose de rodillas a la altura de su vista, "Aquí vas a aprender mientras yo voy a trabajar y Pete va a recogerte a tiempo para ir a casa."

"Van a dejarme," sollozó el pequeño y terminó por convertirse en un mar de lágrimas.

Así que Pete lo abrazó con fuerza, "No tengas miedo Venice ¿Qué tal si me quedo hoy acompañándote hasta que te adaptes y mañana verás que no hay ningún problema en quedarte con la maestra?"

KINNPORSCHE - BETTER ANGELS / THE DANGEROUS DRUG OF SEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora