CAPÍTULO 6

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Porsche se levantó esa mañana temprano y aunque había dormido toda la noche, se sentía increíblemente cansado. Lo bueno era que ahora, a diferencia del pasado, sabía exactamente lo que lo estaba afligiendo; era la depresión.

El episodio del día anterior lo estaba atormentando y causaba que su cerebro se sintiera pesado. Así que se levantó como pudo de la cama, tomó su antidepresivo de la mesa de noche y volvió a acostarse.

La sensación en su pecho era abrumadora. Sentía como si un elefante se hubiera acostado sobre él y le arrancara toda la energía para levantarse.

Sabía que tenía que tranquilizarse ya que no podía dejar que esas emociones lo dominaran, sobre todo esos sentimientos autodestructivos que volvían a su mente como veneno.

¿Por qué tenía que continuar sufriendo así? ¿Acaso la vida no le daría ninguna alegría? ¿Sería para siempre una víctima? ¿De qué valía la vida...?

Basta, no debía dejar que esos sentimiento volvieran a su mente y le colocaran ideas erróneas en la cabeza.

Pero... era difícil ya que el dolor de la depresión es tan insoportable que es preferible morir antes que tener que lidiar con él.

De pronto entró el pequeño Venice con una sonrisa enorme a la habitación junto con Pete, que traía una bandeja con el desayuno.

"¡Hola Porsche!," le dijo el pequeño con alegría y se sentó a su lado en la cama. Porsche no pudo evitar abrazarlo y sentir un poco de calma al tenerlo cerca.

"¿Cómo te sientes?," le preguntó Pete.

"Bien," mintió Porsche. Realmente no quería preocuparlos con sus sentimientos negativos.

"Vegas me contó que ayer fue un día duro," le dijo su amigo mientras le acariciaba el cabello con ternura.

"Lo fue," le dijo Porsche y él lo abrazó con fuerza antes de decirle, "Sabes bien que puedes hablar conmigo de lo que sea ¿Verdad?"

"Lo sé..."

"Entonces vuelvo a preguntarte," dijo Pete mirándolo a los ojos con atención, "¿Cómo te sientes?"

Y al escucharlo decir eso, Porsche de inmediato comenzó a llorar, "No quiero sentirme así, me duele mucho."

"¿Quieres que llame a la doctora?," le dijo preocupado.

"No," le dijo Porsche secando sus lágrimas con un pañuelo que le trajo el pequeño Venice al verlo llorar.

"¿Quieres que llame a Kinn?," le preguntó Pete acariciándole la cabeza con dulzura.

"No quiero preocupar a Kinn innecesariamente," le dijo a su amigo mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

"Está bien," le dijo Pete, "Nos quedaremos en este cuarto descansando hasta que te sientas mejor. Si necesitas dormir, hazlo, pero recuerda que estamos aquí para ti en cualquier momento."

"No quiero dormir," le dijo Porsche tratando de calmarse, "Esos recuerdos regresan a mi mente y me atormentan."

"¿Y si vemos una película?," les dijo el pequeño Venice, que había estado atento a su conversación, "Eso siempre me anima cuando estoy triste."

"Me parece bien," le dijo Porsche al ver su carita tierna esperanzadora mientras le acariciaba el rostro.  Entonces el pequeño se alegró y colocó una película hábilmente en Disney + llamada Soul. Esa película era hermosa ya que hablaba de lo maravilloso que era descubrir cosas nuevas y encontrar propósito en la vida.

KINNPORSCHE - BETTER ANGELS / THE DANGEROUS DRUG OF SEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora