KINNPORSCHE - BETTER ANGELS / THE DANGEROUS DRUG OF SEX

CAPÍTULO 35

Su cabeza se sentía como si estuviera siendo atacada por el sonido ensordecedor de gritos desesperados. Porsche despertó confundido en la sala de emergencia y le tomó varios minutos percatarse que el que gritaba a todo pulmón era Vegas.

"¡La cirugía tiene que hacerse ya Dr. Top!," gritó con angustia, "¡Pete no puede esperar un minuto más! ¡Necesita ese trasplante! ¡Se está muriendo!"

Porsche no podía moverse por los calmantes que le habían administrado y apenas podía reaccionar mientras escuchaba con atención las palabras de su amigo, "¡Si! En la Mansión Reetarenir... lo trajeron desde ahí... tiene muerte cerebral así que es el candidato idóneo."

"¿Muerte cerebral? ¿Trasplante? ¿Pete se está muriendo?," Porsche no podía comprender con claridad la montaña de información que recibía. ¿Acaso Kinn no llegó vivo a emergencias?

"Necesitamos su corazón...," dijo Vegas y la respiración de Porsche se paralizó. Trató de llamar la atención de su amigo, que caminaba como un loco sin percatarse de su presencia discutiendo efusivamente al teléfono, para que le explicara lo que estaba pasando, pero era inútil, "¡Pues no me importa que aún siga vivo! ¡Solo está en este mundo porque está con soporte vital! ¡Si le quitan el respirador es como si estuviera muerto!"

"Vegas...," trató de decir Porsche pero fue más como un suspiro.

"¡No me importa!," gritó su amigo al borde de la desesperación, "¡Pete se está muriendo y es lo único que puede ayudarlo!"

"Vegas...," gritó al borde de la desesperación, tratándose de incorporarse con dificultad, pero su amigo salió corriendo de la sala.

Porsche sabía que odiaba a Kinn pero a final de cuentas era su primo así que no podía evitar pensar si era realmente capaz de matarlo solo con el fin de salvar a Pete.

Vegas si era capaz...

De inmediato, Porsche se levantó tambaleándose y después de estabilizar su pisada inestable por los fuertes analgésicos, se arrancó el suero y corrió detrás de Vegas. Jamás permitiría que desconectaran a Kinn y le arrancaran el corazón del pecho sin su consentimiento.

Primero preferiría estar muerto...

Así que con dificultad comenzó a caminar por los pasillos del hospital hasta que después de deambular un par de minutos llegó el área de cuidados intensivos donde sabía que estaría Kinn por su estado delicado.

Ahí escuchó a las enfermeras mientras hablaban, "Es tan terrible que algo así le sucediera a alguien tan joven y guapo."

"Va a ser un golpe devastador para su familia," decía otra mientras acomodaba un charol lleno de implementos médicos.

"Kinn...," dijo Porsche y entró al área de cuidados intensivos con dificultad, teniendo cuidado de no llamar la atención. Se colocó el traje esterilizado siguiendo el ejemplo de uno de los médicos que se encontraba haciendo sus rondas y una mascarilla a fin de esconder su rostro para que no lo sacaran de ahí.

Comenzó a verificar, con una espesa neblina mental causada por los fuertes calmantes, las camillas que estaban llenas de pacientes, una por una, hasta que llegó a la que estaba buscando. Las drogas que le habían inyectado estaban haciendo efecto por lo que se desplomó al suelo cuando vio el cabello negro de su amado sobresaliendo en la almohada.

"Kinn...," dijo con lágrimas en los ojos y se arrodilló a su lado, sujetándolo de la mano con delicadeza.

"No voy a dejar que nadie te haga daño," dijo mientras besaba el dorso de sus dedos, "Te juro que no dejaré que te toquen mi amor."