KINNPORSCHE - BETTER ANGELS / THE DANGEROUS DRUG OF SEX

CAPÍTULO FINAL

La vida muchas veces nos da situaciones que nos superan. A veces creemos que debemos enfrentarnos a ellas solos, pero en el lugar menos esperado podemos encontrar apoyo para enfrentar esos retos.

Esas bendiciones que damos por sentado o nos rehusamos a mirar, son las guías que Dios ha puesto en este mundo para ayudarnos a navegar la más profunda oscuridad.

Porsche creía que en esta vida estaba solo para enfrentar las pruebas, pero en el lugar menos esperado, encontró a alguien igual de roto para superar el dolor juntos. En un bar de mala muerte en la zona roja de Bangkok encontró a ese bello hombre de ojos negros intensos que cambiaría su via para siempre.

Y mientras se colocaba su pulsera de plata con el dije de sol frente al espejo no pudo dejar de pensar en lo afortunado que era de tener a Kinn en su vida.

Sorprendentemente no estaba nervioso. Más bien era la primera vez que estaba completamente seguro de la decisión que estaba tomando y lo llenaba de emoción pensar que estaba a pocos minutos de unir su vida con él para siempre.

"Te ves bien," le dijo Porschay desde la puerta, admirando la sonrisa de su hermano en su traje de bodas. Desde que era niño, no lo había visto sonreír de esa manera, así que sintió una profunda felicidad de verlo tan contento. En lo más profundo de su corazón, Porschay anhelaba ese rostro lleno de alegría que parecía ocultar los días en los que parecía el rostro de una sombra oscura.

"Nunca creí que sería capaz de vivir algo así," le dijo mientras se reía.

Su hermano lo abrazó contento con mucha fuerza antes de decir, "Nuestros padres estarían muy orgullosos de ti."

"¿Tú lo crees?", dijo Porsche con un par de lágrimas de alegría en los ojos al escuchar esas palabras y al recordar a sus amados padres que lo estaban mirando desde el cielo.

"Todo lo que has hecho por mi, toda la fuerza que tienes, realmente me enorgullece que seas mi hermano y sé que nuestros padres se sentirían igual de orgullosos," dijo mientras arreglaba un par de cabellos de su hermano mayor detrás de su oreja, "Aunque me da un poco de tristeza que ahora formes parte de una nueva familia."

"Porschay, tú siempre vas a ser la luz de mi mundo," le dijo Porsche a su hermano mientras le acomodaba el cuello de la camisa, "Sin ti en mi vida... Realmente no sé lo que hubiera pasado conmigo si no te tuviera. No hubiera podido soportar todo lo que pasó..."

Porsche comenzó a llorar levemente pero Porschay le sonrió con dulzura mientras secabas sus dulces lágrimas y le dijo mirándolo a los ojos,, "Soy yo el que no hubiera sobrevivido si no hubieras estado a mi lado. Todo lo que tuviste que atravesar por mi bienestar... realmente no hay nada que yo pueda hacer en este mundo para darte todo lo que tu me diste."

"Porschay... tú siempre serás mi familia," dijo Porsche conmovido, "Eso no va a cambiar ni un solo día."

Ambos se abrazaron ya que a pesar de todos los problemas que experimentaron en el pasado, el amor que se tenían jamás iba a cambiar el lazo de sangre que los unía. Ese sentimiento incondicional que tenían como hermanos era más poderoso que cualquier dolor.

Después de romper el abrazo ambos se rieron como no lo habían hecho desde que eran niños pequeños. Era como si los días en los que habían sufrido tanto juntos se hubieran borrado. Los días de hambre, dolor, angustia y preocupación ya eran cosa del pasado.

"Porsche...," interrumpió Kinn, que llevaba un hermoso traje de color blanco con una chaqueta con solapa de color negro. Se veía muy apuesto pero su rostro denotaba nerviosismo.

"Lo sé," dijo Porsche con una sonrisa cálida al verlo tan guapo frente a la puerta. Se acercó y lo sujetó de la mano con ternura, "Vamos juntos a esa reunión."