KINNPORSCHE - BETTER ANGELS / THE DANGEROUS DRUG OF SEX

CAPÍTULO 11

Kinn se había quedado dormido sobre las sabanas después de pasar la noche tomando y llorando, por lo que se levantó con una terrible resaca a altas horas de la tarde, encontrándose solo en el departamento que compartía con su amado.

¿Pero por qué no lo dejaría Porsche después de que lo trató tan mal?

Tuvo la intención de lastimarlo y eso le dolía en el alma  ya que su deseo de protegerlo se había transformado tan fácilmente en una necesidad de herirlo con algo que sabía que lo lastimaría profundamente.

Se levantó a tomar un poco de agua para intentar apaciguar la resaca y se percató que sobre la encimera se encontraba un folleto para una exposición de fotografía, "Detrás del terciopelo rojo," un proyecto de fotoperiodismo de Vegas Teerapanyakul y Porsche Kittisawasd.

Y la fecha... La exposición era esa noche.

Tenía que ir a buscar a su amado y rogarle que regresara a su lado. No podía dejar las cosas como estaban ya que le dolía más pensar que Porsche lo odiaba por lo que le hizo que por el hecho de que no estuviera a su lado. Así que se vistió de prisa, tomó las llaves de su auto y salió enseguida en su búsqueda. 

Al llegar al recinto, se percató que cientos de personas habían asistido al elegante evento y había poco espacio para aparcar su auto. 

¿Por qué Porsche no le contó que estaba trabajando en este proyecto? ¿Acaso Kinn no le dijo que apoyaría sus sueños como él apoyaba los suyos? ¿O es que acaso Porsche pensaba que no estaría de acuerdo?

Lo más probable... es que le hubiera dicho que no lo hiciera si trabajaba junto con Vegas.

Dios, ¿Por qué era tan posesivo con él? ¿Es que acaso todo lo que habían vivido esos años no le había permitido a Kinn confiar en Porsche?

Al entrar al salón de exposiciones que estaba repleto de asistentes, observó grandes fotografías en blanco y negro de hasta dos metros de alto colgadas en las paredes, que detallaban imágenes relacionadas con la trata de blancas en la ciudad.

Desde jóvenes que apenas alcanzaban la pubertad a adultos mayores, que se vendían en las esquinas por unos cuantos centavos para sobrevivir. Las imágenes, hermosamente retrataban su triste realidad.

Esas fotografías eran el reflejo de la vida diaria de los prostitutos de Bangkok. Desde retratos con sus familias por las que luchaban día a día para proteger, hasta los duros momentos en los que eran agredidos por sus clientes cuando no hacían lo que ellos querían.

La exposición era cruda, realista y sin tapujos, pero artísticamente hermosa. Se notaba el ojo experto de los fotógrafos que lograron capturar la esencia de los protagonistas, dándole un tinte realista y poderoso.

De pronto, una foto al final de un corredor donde se exponían imágenes dramáticas de la prostitución infantil, se observaba a un pequeño niño con alas angelicales blancas y maquillaje con detalles de escarcha dorada.

No necesitaba leer la inscripción para saber quién era el pequeño ya que reconocería esos bellos ojos en cualquier lugar.

Era Porsche...

Su rostro infantil se veía triste y sus ojitos observaban a la audiencia que alzaba las paletas para la subasta. A pesar de que Kinn sabía que en esa imagen su amado tenía 14 años de edad, lucía mucho más joven que eso. Era como un pequeño niño, frágil y solitario.

Kinn no pudo evitar acercarse a tocar el rostro de ese pequeño mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

"La trata de blancas es una de las industrias criminales con mayor crecimiento, generando alrededor de 150 millones de dólares anuales," dijo una de las expositoras, "Gran porcentaje de ese negocio proviene de la prostitución infantil según datos de la ONU."