☀️El calor del sol

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Todo estaba oscuro, muy oscuro. Tan oscuro que Sun no era capaz de ver siquiera las escamas de sus manos. Nada había a su alrededor, nada podía ser distinguido. Intentó girar, comprobar qué sucedía, pero eso no fue posible, percatándose así de que se encontraba inmovilizado, apretado. La ansiedad rápidamente fue acumulándose en su ser, oprimiéndolo, en especial su capacidad de respirar. Intentó alzar las manos para agarrar sus agallas, en un vago intento de forzar la inhalación, pero tampoco podía realizar ese gesto.

Intentó gritar en busca de su hermano, llamar su atención para recibir ayuda, saber que no estaba solo en aquella abominable oscuridad. Pero solo se encontró con un silencio aterrador. La voz no salía de su boca. Ni tampoco podía emitir otros sonidos. Apretó las manos contra su pecho, agachando la cabeza. Tal vez, si pudiese lograr que su cuerpo brillara, podría ver algo que no fuera oscuridad, como solía hacer en las horribles y más oscuras profundidades... No lo logró. Alzó la mirada, sintiendo todo su ser entrar en pánico. Estaba atrapado, aislado, y, sobre todo, solo. Volvía a estar encerrado y solo, donde no podía moverse, ni ver a su hermano ni nada más.

Volvió a gritar. Sin éxito alguno. Ni Siquiera podía escucharse a si mismo.

Solo tenía permitido sentir, el pánico, dolor y miedo recorrer todo su cuerpo, sin dar tregua alguna. Podía sentir un dolor fuerte en los brazos, la garganta cerrándose por completo, las invisibles paredes cerrándose sobre él hasta convertirlo en una pequeña bola de emociones. Se encogió sobre sí mismo, intentando encontrar en sí mismo algún tipo de confort, alguna sensación de calor, una mínima esperanza... Pero nada era posible... Estaba completamente solo.

Necesitaba ayuda... ¡Ayuda...! ¡AYUDA!

Un brillo apareció tímidamente por sus párpados. Sun comenzó a abrir lentamente los ojos, encontrándo frente a él una preciosa luz blanca, tranquilizadora y cálida, acompañada de dos ojos rojos que conocía sumamente bien. El sireno parpadeó varias veces, distinguiendo a su hermano cada vez más, apartando la excesiva pesadez de sus párpados. A medida que pasaban los segundos era capaz de distinguir más cosas: las manos de Moon sujetandolo por las muñecas por alguna razón, la luz que emitía este sobre su cabeza para permitirle al sireno dorado ver mejor dentro del lugar gracias a la antena superior del azul, el agradable frío del agua aclimatada, la cueva llena de hermosas conchas y piedras que reflejaban la luz, la viscosidad suave de las algas que utilizaban como cama... Y también podía escuchar, los gruñidos alertas de su hermano, el miedo en sus ojos, y la respiración entrecortada de sí mismo.

Sun miró a su alrededor, incorporándose. Se sentía tan cansado.

Había sido un sueño... No, una muy mala y horrible pesadilla.

"Pe-pesadilla..." Se comunicó, a través de su voz. Ahora que estaban juntos, podían comunicarse apropiadamente, como solían hacer en su verdadero hogar.

Moon lo observó, sus hombros un poco menos tensos, pero era evidente por su expresión que seguía preocupado. Sus manos pasaron al rostro de Sun, evaluando bien sus facciones, asegurándose de que el sireno dorado estaba despierto y que no se había herido inconscientemente. Poco a poco, dichas manos fueron pasando hasta la espalda del ajeno, ayudándolo primero a sentarse, para después acercarse y permitirles así a ambos disfrutar de un abrazo fraternal.

Eran pocas las ocasiones en que Moon iniciaba ese gesto por sí mismo, ese acto tan cariñoso y lleno de contacto físico, pero siempre lo hacía cuando sabía que el otro más lo necesitaba... Así que el sireno amarillo lo aceptó, apoyando la cabeza en el hombro de su hermano, forzando a sus brazos que se sentían tan pesados a corresponder el abrazo. Disfrutando del momento sin cerrar plenamente los ojos, solo entrecerrándolos por temor de volver a la oscuridad tan pronto.

The Sea Jesters Are Real Science! [SPANISH] [Sundrop x Lectora x Moondrop]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora