Lo que la marea arrastra

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Muchas cosas habían cambiado en los últimos meses desde aquel trágico accidente el cual involucró a ti y Dave. Siendo ese evento, entre otras razones, lo que llevara a que cambiaras tu percepción sobre algunas cosas en tu vida, especialmente sobre el trabajo. Aquel puesto tan soñado, al lado de quien más admirabas en el campo de la biología marina, estando a cargo de un nuevo descubrimiento que seguramente marcaría un antes y después en los libros de la ciencia, en una institución con buenos recursos y ambición por el conocimiento... Quizás habíais tenido demasiada ambición. Pues al final todo resultó ser un bello espejismo, uno que lento pero constantemente se fue agrietando hasta partirse en mil pedazos, revelando la despiadada y aterradora realidad. Por supuesto, podías enfadarte con quienes te atrajeron a aquella trampa aprovechándose de tus sueños y de tu buena voluntad, pero también debías estarlo contigo misma por haber sido tan ingenua.

No mentirías, casi fue lo suficientemente impactante como para que lo manejaras. Solo casi.

Intentar recuperar la normalidad fue lo más difícil de todo, tanto en el aspecto físico como en el emocional y psicológico. Por eso, después de algunas charlas con Freddy y Mike, decidiste que lo mejor sería tomar un tiempo para descansar del trabajo, incluso si no estabas segura de alejarte demasiado de Sun y Moon por más tiempo, el médico y tu amigo insistieron que sería lo mejor, así que lo hiciste una vez creíste que todo el asunto estaba solucionado...

Desafortunadamente eso no evitó que los pecados de la institución (y que ahora considerabas tuyos también) te persiguieran incluso fuera de los laboratorios.

Recordabas con nitidez dónde te encontrabas cuando la noticia salió a la luz. Tres, o quizás solo cuatro días después de llegar a un "trato" con los jefes.

"... El fuego ocurrido en el puerto abandonado de la zona oeste ha sido controlado y las autoridades pertinentes se encuentran analizando las causas de esto. Un cuerpo ha sido encontrado en un coche, justo en el epicentro del fuego."

Toda la cafetería permaneció en silencio al escuchar aquella noticia. Era un lugar pequeño, cercano a tu departamento, y, al parecer, a todos les interesaba aquella historia. La propia camarera subió el volumen, atrayendo hasta la atención de los chefs. Tú dejaste de masticar tu dulce favorito para prestar atención a las noticias, también.

"El auto pertenecía al local Dave Miller. Los forenses se encuentran a la espera de los resultados de los análisis realizados con los pocos restos rescatados..."

Los clientes no tardaron en comenzar a susurrar. Un accidente así no se veía a diario, y era motivo de charla en todo el lugar. Muchos comenzaron a dar el pésame a quienes conocían a familiares de Dave, era una ciudad relativamente pequeña después de todo, otros simplemente rezaban por su alma. Tú, impasible ante aquello, decidiste pagar cuanto antes tu pedido, o acabarías echando el café en la cara del primero que dijera que fue un buen hombre en vida.

Lo mejor era irse fuera, lejos de la televisión, de gente cotilla y similares. De quienes no conocían la verdad.

Tardaste un par de semanas en recuperar el valor suficiente para volver a esa cafetería, pero lo hiciste, porque no permitirías que el recuerdo de ese tipo te alejara de nada que disfrutaras. No lo merecía, y para tu suerte, parecía que el tiempo hizo que la mayoría olvidara aquella historia, pues ni siquiera su nombre fue mencionado. Olvidado, ignorando, como debería ser, pues personas así no se merecían permanecer vivo en los recuerdos de los demás.

Luego de un buen merecido almuerzo, nada más abrir la puerta de la cafetería para salir, el amigable sol de inicios de verano recorrió suavemente tu rostro. Alzaste un poco el rostro para disfrutar más aquella sensación, respirando profundamente, los pulmones se llenaron de aire puro. Aún no hacía mucho calor, un viento agradable permitía dar un pequeño respiro antes de que llegaran las altas temperaturas, y todo el mundo salía a las calles a disfrutar aquellos agradables días. Por ello, una vez encontraste una buena silla exterior para descansar, un pequeño sorbo de café helado permitió aliviar aquella ligera sensación nauseabunda provocada por los recuerdos del pasado.

The Sea Jesters Are Real Science! [SPANISH] [Sundrop x Lectora x Moondrop]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora