-Creo que es al revés, yo soy el que te acompaña a casa.
Su burló pensado que cometí un error.
-¿Eh? De hecho no, tu casa esta más cerca. Además según el patrón de secuestros, es más probable que secuestren a un niño que a una niña.
-Bueno, ese cabron, jamás podrá contra mí. Te llevaré a tu casa, te guste o no.
-Vance...
-Nada de lo que digas cambiará mi decisión.
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-Vance, aunque lo creas, no eres invencible. Te amo demaciado como para perderte, por favor... cuidate.
-También te amo. Y ya te dije que nadie puede contra mí, cariño.
-Vance... Tu fuerza no se compara a la de un hombre adulto ejercitado. Después de todo por lógica será más fuerte que tú. Por favor promete que no harás nada estúpido.
-Te lo prometo, pero sabes que puedo defenderme bastante bien. -Claro que lo sé cariño. Adiós, ve con cuidado.
Se despidió solo con una mano y entré a mi casa.
No pude dormir en toda la noche, tenía un mal presentimiento, uno muy malo.
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