Toda mi vida he sido la "niña buena", calificaciónes y reputación impecables, y con un desempeño increible en todo. Un ejemplo a seguir. Me costó mi salud mental, pero es lo que hay.
Sin embargo, tengo un pequeño defecto, me encantan los chicos problemáticos. Son mi debilidad. Me encanta la adrenalina de salir con alguien peligroso, de sentir que es algo prohibido.
Eso es lo que me tiene aquí, viendo a Vance Hopper. Se quedó dormido después de que estudiaramos, me di un tiempo para apreciarlo. Cejas pobladas, cabello muy revelde y rubio, brazos trabajados, y facciones muy bonitas. No olvidó sus ojos celestes, me enamoraron en cuanto los vi, poco me falto para creer que era un angel. Me hubiera engañado, si no lo hubiera visto golpeando a uno de sus compañeros de clase hacía unos minutos antes.
Maldita sea, cada vez me gusta más.
—Si me sigues viendo, me vas a desgastar. Su voz ronca me sacó de mis pensamientos. Aún tenía los ojos cerrados pero me atrapó viéndolo.
—Eres muy guapo, no me culpes. La sinceridad ante todo.
Abrió los ojos poco a poco y me dio una sonrisa arrogante.
—Que no se te suba a la cabeza, Hopper. Me di cuenta de mi error, el maldito es un egocéntrico de mierda, no lo debo alimentar.
—Demaciado tarde.
Se me escapó una carcajada. El reloj enfrente mío sonó anunciando las 12:00 AM. ¡Carajo!, perdí la noción del tiempo.
Me levanté bruscamente haciendo que Vance también lo hiciera. Comencé a guardar sus cosas en su mochila descuidadamente y el solo me miraba un poco aturdido por su reciente siesta.
—Mi padre va a llegar en unos minutos te tienes que ir. Vance se quedó inmóvil.
—¿Ese no es su auto? Me cuestionó señalando a un auto parqueando.
—¡Carajo! Tomé a Vance del brazo y lo arrastre junto con su mochila a mi habitación. Lo metí en el baño de la misma.
—No salgas hasta que yo venga por ti, ¿está claro? El sólo asintió. Tocaron la puerta y baje a abrir.
—¿Olvidaste tus llaves, otra vez?
—Sí, perdón por levantarte. ¿Te parece si cenamos juntos?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Papá me ofreció ver una película y yo tuve que negar.
—Tengo que dormir. Lo siento, será para la otra ¿si? Vance no me perdonaría dejarlo 2 horas encerrado en un baño.
Papá entendió y fue a su recámara a dormir. Yo subí por Vance.
—Menos mal, creí que me dejarías en ese baño de mierda por más tiempo.
—Ese baño es mío.
—Ya lo sé, dudo que tu papá use shampoo íntimo con olor a lavanda.
Mi rostro se calentó totalmente.
—¿Por qué revisaste mis cosas?
—¡Porque no había un carajo que hacer, ahora explícame como mierda me vas a sacar de aquí!
—No grites.
—¿¡Por qué?! ¿¡Te da miedo que vean que sales con este hijo de puta?!
—¿Qué?, claro que no. Pero sabes lo que mis padres dirían-
—¡Me importa una mierda, salgo contigo no con tus papás!
Sin más lo tomé del cuello y lo besé. Si, se veía muy bien enojado, pero no lo besé por eso. Si seguía gritando mi papá lo escucharía, agradezco que tenga el sueño pesado.
Sentí como se deshacía en mi boca, acuno mi cara entre sus manos y sentí su rostro más caliente.
—No vuelvas a hacer eso Su cara estaba totalmente roja, no sé si de vergüenza o enojo. Se sentía más dócil y su voz era más suave.
—De acuerdo, no te volveré a besar. Me gire para ir hacía mi cama, pero el me giro de vuelta para hablar.
—N-no me refería a eso, idiota. No me vuelvas a callar así, arruinaras mi cosa favorita.—mis orejas, cara y cuello estaban teñidos de un rosado vibrante.
¿Su cosa favorita era besarme?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.