No soportaba la idea de verla. Ella estaba siendo todo lo que nunca fue conmigo, feliz.
Después de que ella me viera con mi ahora novia, todo se fue a la mierda. Todo lo que éramos o seríamos se esfumó.
No me hablaba para absolutamente nada, su voz era un recuerdo marcado que sólo vagaba por mis memorias. Yo la amaba, pero no me sentía digno de ella, así que mande todo a la mierda por una cara bonita.
____ era todo lo que yo no. Además de tener un físico muy amigable al ojo humano, era una persona increíble, y una mejor pareja... No se merecía una basura como yo, yo sólo la iba a dañar. Lo que hice, estuvo mal, no trato de justificarme, sólo trato de entender porqué hice lo que hice y cuando lo hice.
Llegué a mi casa después de una semana hecho mierda. Sin ella, nada tenía sentido ni razón. Apesar de lo que hice para que ella estuviera mejor, no me sentía bien, trate de convencerme de que era lo mejor. Pero no logré nada.
Me tumbe en mi cama, boca abajo. Tanteo mi mesa de noche tratando de apagar la lámpara y accidentalmente tiro algo que resuena en el suelo alfombrado. Muy lentamente y sin ganas levante la cara, era el portaretratos con uno de los dibujos que me regaló ella, con una polaroid de nosotros en la esquina del marco.
Yo tenía mi brazo sobre sus hombros y sonreiamos a la cámara, sus lindos ojos no se podían ver, estaban achinados y sus mejillas ligeramente rosadas por algo que había dicho antes de tomar la foto. Era un recuerdo muy claro y lindo...
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" ¡Posa bien! Ya llevamos más de 10 polaroid's, Vance." Su risa y falsa molestia me ! ternura, sus ojos achicados por su creciente sonrisa era motivo suficiente para seguir haciendo caras en la cámara.
" Por favor, V. Quiero una foto linda para ponerla en mi cuarto." Puso ojos de cachorrito, pidiéndome con una voz más suave y tierna.
" Bien, pero la segunda que tomes me la llevaré yo." Le susurre y pase mi brazo por sus hombros..
" Bien." Me sonrió y colocó la cámara delante de nosotros.
¡chic!
Primera foto.
Reacomodo y se arreglo un poco el cabello, después se acerco a mí y puso sus manos sobre mis rulos intentando acomodarlos.
" ¿Listo?" Colocó el contador de cinco segundos.
" Siento que te amo demaciado, ____." En voz baja me asegure de que ella escuchará.
¡Chic!
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Recordé con nostalgia y cariño aquel momento.
"Te necesito para ser feliz..."
Ja. Mentirosa, no me necesitaste ahora. Da igual, el idiota soy yo.
Pero yo si te necesito para ser feliz... ¿demaciado tarde para volver?
