--- Ho-hola. Un chico asiático con uniforme de béisbol se acercó a la chica que llamaba su atención.
--- Hola, ¿necesitas algo? Ella le dedicó una sonrisa amable.
--- Amm... Bueno enrealidad me pareces bastante linda, me preguntaba si te gustaría ir por algo para comer o a pasear. Digo, si no quieres esta bién, solo si quieres podemos.
Tartamudeaba y se puso rojo solo al preguntar.
--- Ohh, lo siento. Eres muy lindo, pero tengo novio. Apenada bajo la cabeza e intentó forzar una sonrisa
--- Ah, claro, no pasa nada. Bastante avergonzado salió del lugar casi corriendo.
Del otro lado del lugar, un rubio con las orejas rojas y hechando humo apretaba los puños, lleno de enojo, se dirigió hacia el asiático. Pero justo antes de impactar su puño en la espalda del joven, una mano le acarició el cabello y pudo volver a la realidad.
Estaba acostado con la cabeza en el pecho de su amada, se había quedado dormido. Su novia estaba dando cariños en su cabello mientras intentaba cepillarlo con los dedos (algo que parecía imposible).
Sonriendo tontamente, recordando que eso había sido un sueño y que ningún asiático estúpido intentaría quitarle a el amor de su vida, abrazó a la joven con más fuerza y levanto la cabeza para darle un pequeño piquito.
--- Menos mal que nunca me dejarías por un beisbolista. Le dedico una sonrisa arrogante y la mujer miró algo confundida.
--- ¿De qué hablas, cariño? Le sonrió desconcertada y algo divertida.
--- No es nada, preciosa. Le robo otro pequeño beso y se recosto de nuevo dispuesto a dormir sin volver a soñar nada como eso otra vez.
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