Code Control (Temp 1 Completa)

Verdaderos Sentimientos, Parte 2

    Gritos, fuego, destrucción, y sorbe todos eso, monotonía. ¿Cuando se había vuelto algo tan rutinario destruir un AU? Algo faltaba, ya no estaba esa chispa que le daba el cumplir con su propósito en la vida.
    —es increíble como por cada AU que destruyó, se crean otros tres...— se quejó mirando con desprecio a su alrededor — solo queda borrar el código definitivamente.
    —¡alto ahí! —ordenó una voz familiar.
    "al fin, ya era hora de que esto se pusiera entretenido" pensó Error al voltear y ver a Ink detrás suyo.
    —¿visite a fastidiar otra vez?
    —por supuesto, ¿sinó quién va a mantenerte a raya?
    Cada quien preparó sus ataques, era como un juego, un juego en el que aveces se cortaban extremidades, pero un juego a fin de cuentas.
    —también está la opción de que salgas de mi camino y me dejes acabar con estas anomalías — insinuó como una broma de esas que no te molestaría que ocurriera.
    —sigue soñando.
    Ya había empezado.
    Los hilos siempre eran el primer ataque, siempre intentaba inmovilizar a la gente por flojera a pelear, pero Ink aprovechaba eso para tomar la ventaja. Un poco de tinta por aquí, un poco de tinta por allá, a Error siempre se le olvidaba que podía controlarla y apenas se paraba cerca a alguna mancha, Ink lo convertía en culquer cosa que pudiera inmovilizarlo.
   —¡deberías ver donde pisas!— se burló Ink queriendo aprovechar para cubrirlo de tinta, con eso tenía la pelea ganada.
    —y tu deberías ser menos confiado— respondió pícaro Error apuntando a el un blaster.
    —oh no... — se escuchó antes del disparo.
    La cadena en la pierna de Error volvió a su estado líquido en medio de la explosión, pero cuando terminó se hizo notar la falta de otro ataque.
    Error se acercó a donde debería estar Ink extrañado, quizá está vez lo había matado enserio. Y volvió a pararse en un charco de tinta. La tinta explotó encima de el e Ink salió del charco, convirtiendo al tinta en cadenas y dejando a Error totalmente inmovilizado. 
    —enserio — le recordó riendo — fíjate en la tinta.
    Error insistió en forcejear un rato, pero no duró mucho.
    —okey, ganaste — aceptó rendido.
    —genial, ahora quédate acá mientras reparo lo que hiciste aquí — se despidió Ink.
    —espera, ¿vas a darme aquí así? ¡Hey! ¡Ink, maldito imbécil, vuelve aquí!
    Pero el no se detuvo, no podía simplemente dejar todo ese sitio derruido. No tenía idea de porqué, pero Dream siempre ayudaba a reparar las cosas si se peleaba con alguien en un AU, así que él también.
    Para cuando volvió Error se había quedado dormido, seguro había intentado liberarse un montón de veces y se había cansado, o se había aburrido, igual no tenía nada mejor que hacer con su vida en ese momento.
    —ey, Error, ¡Error!
    —¡ah! ¡Estoy vivo! — soltó sobresaltado al despertar —ah, eres tu... — se quejó con un poco de desdén.
    —vamos —  río Ink soltando las cadenas de tinta —¿tienes habre?
    Ink lo ayudó a levantarse.
    —no realmente. 
    —vamos, hay que comer un chifa — insistió.
    —está bien, está bien, puedo hacer espacio en mi agenda.
    —si claro, como si tuvieras muchas actividades.
    En ese entonces el multivesro no estaba en paz en absoluto, era un caso completo. Error atacaba como quisiera, y no solo el, la constante expansión del multiverso creaba nuevos villanos que siempre ponían en riego todo. Ink nunca entendió por qué los creadores amaban tanto la destrucción.
    Pero, con toda la locura externa, aquella época fué la mas tranquila en lo que respecta a esos dos, tan simple, con implicado, solo dos personas que peleaban sin realmente odiarse, que de vez en cuando pasaban el rato.
    En ese momento era simple, cuando podían decir que eran mas como rivales que se llevaban bien sin darle tantas vueltas, por que hasta en ese momento no habían tenido que pensar al respecto, pero aveces hay cosas que te obligan a darle un valor a la relación que tienes con otra persona, pensarla en la valanza y ver que tanto influye, cual es su verdadero valor, y ese proseso puede llegar a ser el más desgarrador.
   
    —debería regresar a recargar la tinta — pensó en voz alta Ink viendo los frascos, enserio le quedaba muy poco.
    Estaba en hotland de algún AU en ese momento, le gustaba pasearse por lugares al azar cuando se aburría, que no era tan seguido realmente.
    Error ya había dejado muy claro que no quería que Ink fuera a ese AU, aún si era de Ink, en su primer enfrentamiento el lo había proclamado como suyo, así que.
    —quizá si paso rápido no note que estube ahí.
    No iba a tener tanto tiempo.
    — hey Ink — lo llamó Error, estaba detrás de él.
    Ink se volteó, se veía un poco de preocupación asomando en él. Siempre y cunado no quisiera pelear estaba bien, solo necesitaba evitar cualquier pelea. 
    —ey, ¿que tal Error? — lo saludó ocultando un poco su intranquilidad.
    No todas las veces que lo veía era para largas peleas, trataba de convencerse de ello, se que si iba a poder ir a recargar las tintas que estaban a punto de acabarse y así él no sabía que no tenía alma. Debía saber, nadie podía saber.
    Error se acercaba paso a pasó, sus dedos estaban enredados en hilos azules, era ridículo seguir pensando que no iban a pelear, pero la idea de quedarse sin emociones y que todos lo vieran como una farsa, como un mentiroso; tan solo pensarlo le daba pánico, y esa situación ya lo estaba estresado.
    Los hilos ya casi lo rodeaban cuando Ink reacciono, con las justas logró bloquearlos. Estaba lento, cuando miró a Error el ya se había movido a otro sitio. Solo tenía en su mente que tenía que salir de ahí, no dejaba de ver como la pintura de seguía gastando lentamente, estaba condenado.
    Por un despiste más entre otros, Error le quitó su pincel y se lo quedó.
   Ya no quedaba nada.
    —bueno Ink, fué un placer — dijo triunfante.
    Podía sentir como sus ojos se apagaban.
    —trata de ganarme sin tu pincel — fué lo único que escuchó antes de que Error se fuera.
    Solo le quedaban los rezagos de emoción en su cuerpo, pero no durarían si dos segundos. No quedaba tiempo de reacción, antes de que pudiera aunque sea ir de regreso a su AU ya no tenía sentido.
    Se quedó parado un rato, ¿para que moverse? ¿Para que hacer cualquier cosa? Nada tenía sentido realmente.
    Su mirada estaba vacía, ni alegre ni triste, ni preocupada ni relajada, no expresaba ninguna emoción, pues no podía sentir nada.
    En un momento se sentó, la inercia lo obligó, y se quedó ahí. No iba a hacer nada, no tenía ninguna razón para hacer anda. Iba a quedarse ahí eternamente si nadie lo movía, pero no le importaba, nada tenía sentido.

    Por su parte, Error había salido con un plan perfecto. Sin su pincel, Ink estaba atrapado en ese AU, aunque sin emociones tampoco iba a moverse, solo que Error no sabía esa parte.
    Ahora tenía el camino libre oara destruirlo todo, Ink no podía detenerlo, al fin podía cumplir su propósito.
    Igual, terminó no siendo tan satisfactorio como habría jurado qué lo sería, ya había destruido varios AUs pero era como si le diera lo mismo, ¿cuál era el punto sin Ink oara detenerlo? Pero aún no estaba preparado oara aceptar que la razón que le había dado a su existencia y no era el simple hecho de destruir AUs. Pero no podía seguír, era tan aburrido que era frustrante.
    —¡maldito imbécil! —gritó cuando al fin lo aceptó — primero no me deja destruir AUs en paz por entrometerse, y ahora ya no puedo destruir AUs en paz si no de entromete — se quejó abriendo un portal a su AU oara sacar de ahí el pincel —un fastidio, eso es lo que es, ¡un puto fastidio! 
    De mala gana volvió a ese AU donde había dejado a Ink para ver que le había pasado, y ahí estaba, sentado en medio de la nada.
    —¡eh, idiota!—lo llamó, pero no respondió.
    Se acercó y le lanzó su pincel, pero Ink dejó que se cayera al suelo. 
    Error empezaba a extrañarse, algo ahí estaba claramente mal.  
    —¿Ink?
    Al final levantó un poco la vista, ver esa mirada vacía e inexpresiva en él le provocó un pequeño escalofrío.
    —¿qué te pasa? — preguntó mirándolo cómo alguien mira una cucaracha que no está seguro si vuela o no.
    No hubo respuesta.
    —ey, ¿por qué no te mueves? —insistió algo nervioso.
    —no tengo ninguna razón oara hacerlo — respondió finalmente con un tono tan vacío y monótono como su mirada. 
    Algo de miedo empezaba a crecer en Error.
    —¿como que no tienes razón? ¿Que pasa con detenerme? He destruido como cinco AUs, ¿¡que no te importa!? — le echó en cara, tratando de sacar alguna reacción de él.
    —no me importa.
    Lo habían secuestrado y cambiado por un alienígena psicópata, no había otra explicación posible.
    —¿¡como que no te importa!? ¿Que mierda te pasas? Enserio me estás preocupando.
    No hubo respuesta.
    —okey, no me dirás nada— resopló rendido, tratando de pensar que podía hacer para devolverlo a la normalidad —¿aunque sea me vas a decir por que estás así?
    —me quedé sin tinta — respondió.
    —¿tinta? Claro, un esqueleto hecho de tinta, si no tiene tinta se estropea — concluyó como lo más lógico, y recién ahí notó que los frascos en su banda estaban vacíos.
    —y, ¿de donde sacas esa tinta normalmente?
    —de mi AU.
    —genial, ya estamos avanzando — celebró con voz aburrida.
    Abrió un portal y entró esperando que Ink lo siguiera, pero el no lo hizo. 
    —eh, ¿no vas a venir?— preguntó
    —¿para que?
    —para recuperar tus tintas y que se te arregle la cabeza.
    —¿para que? — insistió Ink.
    Se veía tétrico así.
    —mira, no tengo tiempo.
    Agarró a Ink y su pincel con sus hilos y los tiró al portal.
    Tenía suerte, justo había un río de tinta fluyendo en ese momento.
    —genial, eso era lo que necesitabas, ¿verdad?
    Ink se quedó inmóvil.
    —okey, entiendo.
    Error volvió a atraparlo en hilos y lo tiró dentro de la tinta.
    Fué como un despertar, otra vez podía sentir, otra vez todo tenía un sentido diferente, otra vez era el. Estaba tan aliviado no de no haberse quedado sin emociones para siempre, tan aliviado de poder sentir, tan aliviado de que iba a poder recolectar más tinta para que no se le acabara otra vez; que por un momento, hasta que subió la vista a el, olvidó que Error lo había visto completamente sin emociones.
    El pánico volvió, ¿que iba a decirle? "va a odiarme, va a odiarme" era lo único que repetía su mente.