Two Worlds Collide [Marvel OC]

NINETEEN

Olivia.

— Entonces... ¿Eres una bruja? —interroga Peter.

— No lo sé. Puedo disparar cargas de energía, también atrapé la mano de Tony en el aire.

— ¿Puedes volar? —arqueo las cejas.

— ¿Volar?

— Sí, Wanda se eleva por los aires, petrifica a la gente, y muchas cosas más —me enumera los poderes de mi amiga.

— Sí, pero Wanda tiene el poder de una gema del infinito. Está todo en la mente.

— ¿Gema del infinito?

Oh, es cierto que no sabe sobre eso.

— Es una larga historia —le resto importancia—. El punto es, su poder va más allá de la herencia, ¿entiendes? Lo que yo tengo, no puedo comprenderlo.

Ugh, ahora es cuando me gustaría que ella estuviera aquí. De seguro podría ayudarme a controlar esto.

— Ey, tranquila —posa su pulgar en mi mejilla—. No te presiones, ya podrás lograrlo. Primero lo tienes que intentar.

— ¿Por dónde empezar? Strange no quiso ayudarme.

— ¿Qué te dijo?

— Que solo yo podría describirlo —el castaño me señala.

— Ahí lo tienes, Livie, solo tú puedes. Si lo dijo es porque sabe que no necesitas su ayuda. Confía en tí, al igual que yo —me abalanzo sobre sus brazos y lo rodeo con los míos, abrazándolo.

— Tú sí logras que me calme usando sus mismas palabras —afianza su agarre.

— Tengamos en cuenta que no lo conoces mucho, y a mí sí —lo alejo tomándolo de los hombros.

— Estoy muy agradecida de tenerte, Peter —esboza una tierna y sincera sonrisa.

¿Quién hubiera dicho que terminaría con mi mejor amigo? Siempre fue mi sueño, y ahora se hizo realidad. ¿Por qué me siento culpable?

— ¿Quieres...? —Peter carraspea—? ¿Salimos ésta noche? —propone cabizbajo.

¡Al fin se digna! Ya estaba por pedirlo yo.

— ¿A dónde quieres ir? —apoyo mi mentón entre mis manos, mirándolo atenta.

— Es una sorpresa —alzo las cejas, impresionada.

— ¿Ah, sí? Okey, ¿a qué hora pasará por mí, señor Parker? —lo veo morder su labio, y me dan ganas de besarlo.

— A las 8, señorita Kendrick. Tiene permitido usar un lindo vestido, y ser hermosa como siempre —suelto una risa boba.

— De acuerdo, lo espero en el complejo... O puedo ir a buscarlo con un portal, si gusta —le doy una idea práctica.

— Eso sería mejor, así no espero ni un segundo para verte —levanta mi rostro con el dedo índice, y junta nuestros labios con suavidad.