Two Worlds Collide [Marvel OC]

TWENTY ONE

Olivia.

2 meses después.

— Lo siento mucho, hija.

— No, yo lo siento, pa... Tendría que haber estado contigo —acaricia mi mejilla, borrando las lágrimas que caen de mis ojos.

— Solo quise protegerte. No creí que todo esto pasaría. De haberlo sabido, te hubiera dicho la verdad desde un principio —niego.

— Solo me estabas protegiendo, y lo entiendo —me atrae hacia él y me rodea con sus brazos. Cierro los ojos, sintiendo la calidad de éste.

...

Me siento de golpe en la cama, y noto que estoy llorando.

Dios, lo extraño mucho.

Ya pasaron dos meses desde que se fue, y he caído en una notoria depresión. No salgo de mi habitación, a veces lo hago cuando ya no puedo con el hambre. Tony, Pepper y Pietro tocan mi puerta todos los días, Diana también lo hace, pero no tan seguido.

El único al que veo es a Peter, y lo hago teletransportándome a su habitación. No hablamos mucho, solo me hace compañía mientras me descargo. Tampoco hablamos sobre lo que pasó ese día, sobre esa descarga de energía. 

Sinceramente, estuve pensando mucho en todo. Odio que mi relación con Peter haya iniciado así, y no lo merece. No lo merezco. Necesito mi espacio, sin pensar en cómo estará sintiéndose él.

Hoy, decidí ir a visitar a Strange. Hemos hablado un par de veces desde la muerte de mi padre, y me dio sus condolencias, pues solían ser amigos.

Una vez estoy medianamente decente, sin poder disimular mis ojeras, me aparezco en el Sanctum Sanctorum.

— Llegaste antes —me hace saber Stephen, con su taza de té entre sus manos.

— Estaba aburrida —observo su atuendo, y no viste la túnica con la capa roja, sino que está vestido como un simple mortal.

— ¿Para qué me necesitabas?

— Okey, sé que será raro lo que te preguntaré, pero es algo que ya decidí. Necesito estar tranquila, conmigo misma, y me siento horrible por esto, pero es lo que necesito.

— Te escucho —me invita a sentarme.

— Quiero olvidar mis visiones, y que Peter olvide nuestra relación, y cualquier sentimiento romántico hacia mí —un nudo se forma en mi garganta al pronunciar esas palabras.

No sé qué me llevó a tomar esta decisión, pero definitivamente no me arrepiento, y eso es lo que me duele.

— ¿Por qué? —parece confundido.

— No quiero estar pensando en mi futuro todo el tiempo, en cómo evitar las cosas que pasarán, y si me voy a enamorar no quiero saber de quién hasta que pase. Y, sobre Peter, no siento que merezca estar con alguien no disponible emocionalmente. Necesito tiempo sola, para pensar, para conocerme a mí misma. Lo quiero, pero no me siento lista para una relación, y menos con él —suspiro—. Es mi mejor amigo, sé que tarde o temprano habrán problemas por nuestra relación, y no quiero.