Neville Longbottom

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Verano de 2008. Hogsmeade

Neville Longbottom camina desde la estación en la que se ha aparecido, hasta la posada Las Tres Escobas, donde había concertado la reunión. Podría haberse aparecido directamente en la puerta de la posada, pero a Neville le encantaba pasear por aquellas calles, hacer los mismos recorridos que hacía años atrás con sus amigos y recordar viejos tiempos. Al entrar en la posada parece que no ha cambiado el tiempo. El olor a cerveza de mantequilla e hidromiel, la señora Rosmerta y su sonrisa...

- Señor Longbottom.- Lo llamó una señora desde la mesa del fondo.

- Profesora Mcgonagall.- dijo Neville con una sonrisa.- Que alegría volver a verla.

- Lo mismo digo, me ha sorprendido su carta. ¿De verdad quiere dar clases en Hogwarts?

- ¡Neville Longbottom! Pero cuánto tiempo.- interrumpió la señora Rosmerta. ¿Como te va chico? ¿Algo de beber?

- Muy bien Rosmerta, gracias, me alegro de verla. Una cerveza de mantequilla por favor.

- Enseguida cielo.

- ¿Y bien señor Longbottom? Tenía entendido que le iba bien en su trabajo como auror.

- Y me va bien, de verdad. Pero eso no es para mi profesora. Creo que entré en la oficina de seguridad mágica para, de alguna manera honrar a mis padres, pero no es lo que me hace feliz.- dijo al tiempo que Rosmerta dejaba una jarra de cerveza de mantequilla frente a él.

- Neville, créame cuando le digo que sus padres han sido más que honrados por usted. ¿Tengo que recordarle todo lo que hizo para ayudar a la escuela y a sus amigos? ¿Cómo ayudó a derrotar al mago más tenebroso de todos los tiempos?

- Supongo que ahí la presión aumentó.- contestó dando un sorbo a su cerveza.- Ya sabe cómo es mi abuela, desde la Batalla de Hogwarts no paraba de repetir una y otra vez que su nieto sería el mejor auror del mundo.

- Su abuela siempre igual... Entonces ¿Quiere ser nuestro nuevo profesor de Herbología?

- He sabido que la profesora Sprout se ha jubilado. La verdad es que ella misma me lo dijo. Vino una tarde al caldero chorreante, ya sabe que mi mujer es quien lo lleva ahora, y estuvimos hablando. La profesora Sprout me animó a venir a hablar con usted. Se que nunca fui el primero de la clase en transformaciones pero...

- Pero si lo fue en Herbología.- terminó Minerva.- Recuerdo sus notas y recuerdo como Pomona hablaba encantada de su potencial, "lo que le falla es la timidez y el miedo al fracaso. Pero ese chico podría ser un gran herbólogo" no sé cuántas veces la oí decir esa frase.

- Se que no tengo experiencia dando clases pero me encantaría poder trabajar aquí. No he sido tan feliz en ningún sitio como lo fui en Hogwarts, y eso que me pasó de todo estando en este colegio.- Dijo Neville sonriendo.

- Bien, pues creo que no hay más que hablar. Le espero el 25 de agosto a las 9 de la mañana para la primer reunión de profesores señor Longbottom.

- ¿Lo dice en serio?

- Sabe que nunca bromeo. Dele recuerdos a Hannah.- Dijo Mcgonagall poniéndole una mano en el hombro antes de salir del local.

-Genial.- sonrió Neville dándole el último sorbo a su cerveza.- ¿Qué le debo Rosmerta?

- Nada cielo, estás invitado, hacía mucho que no te veía por aquí.- contestó la camarera.

- Pues vaya acostumbrándose porque me va a ver más a menudo. Tiene delante al nuevo profesor de Herbología de Hogwarts.

- ¿En serio? ¡Eso hay que celebrarlo! Siéntate, te pondré otra cerveza.

Neville pasó un rato más charlando con Rosmerta, recordando viejos tiempos y contándole un poco su vida actual. Después de un par de cervezas y un buen trozo de pastel de calabaza Neville salió de la posada y se desapareció con destino a su hogar.