AND I LIKED #2 [Karlnap]

5

—¿Cuánto tiempo lleva ahí dentro? —le pregunta Dream a George.

Desde que el doctor dijo que Sapnap estaba bien, Karl no dudó en quedarse esperando a que despertara.

—No lo sé, pero ya me está preocupando. Él también ha estado actuando raro últimamente desde el baile de graduación, parecía que ni quería verle la cara a Sapnap y ahora no sé cómo se ha animado a hablarle.

—Es que Sapnap no lo escucha —dice reprimiendo una risita—. No sé qué lleven esos dos entre las patas, pero me da mucha curiosidad. Sapnap no suele contarme sus cosas y estoy muy perdido en lo que concierne sus asuntos.

—Supongo que debemos dejarlos que resuelvan sus cosas solos.

Karl suspira y vuelve a mirar a Sapnap. Con cuidado toma su mano y la entrelaza con la suya. Aquello sería un gesto común si hubiera logrado tener algo con él. Se imagina lo que pudieran haber sido si tan solo Sapnap se fijará en él, pero eso era imposible y ya lo había aceptado.

—¿Cuánto más tardarás en despertar? —le dice a pesar que sabe que no puede escucharlo—. Te has perdido el festival. Me hubiera gustado escucharlos tocar. Sé lo emocionado que estabas por eso, pero te has excedido y no me refiero solo con George. Sé que la música es algo importante para ti, pero tú eres más importante. Trata de cuidar de ti mismo para la próxima. Ya llegara tu momento de fama.

Sin siquiera saberlo, Sapnap lo estaba escuchando, mas no abrió los ojos porque quería seguir escuchándolo y seguro si se daba cuenta que estaba despierto, Karl ya no querría ni verlo.

—Todo llega en cuanto menos lo esperes, eso dice George. Quiero creerle, pero creo que hay cosas que nunca llegan, por ejemplo, tú nunca me amarás como yo lo hago. Supongo que a estas alturas ya da igual, o al menos eso quiero hacerme creer. A veces no sé si me gustas o me gustaría ser tú, tan liberal, con un pensamiento firme, una meta fija y con una pasión. A mí no me apasiona nada. Cada día estaba más aterrado que acabe la escuela, porque luego tendría que ir a la universidad y si te soy sincero no se qué estudiar.

—No estudies —le dice Sapnap asustándolo.

—¿Hace cuánto tiempo me estás escuchando?

—Hace un poco. Pensé que ya no sentías nada por mí —Sapnap sonríe un poco burlón y un poco feliz.

—No se olvida a alguien de la noche a la mañana.

—Lo sé. Respecto a lo último que decías... No estudies si no quieres. No es necesario que vayas a la universidad para triunfar. Ni Dream, ni George, ni yo iremos y no por eso seremos unos fracasados.

—George si irá a la universidad, al menos eso me dijo; Dream también irá.

Los ojos de Sapnap chocan con los suyos y siente como si hubiera dicho algo malo.

—¿No lo sabías?

Sapnap aprieta los puños, quiere golpear algo, quiere golpearlos. Trata de tranquilizarse, pero es imposible sabiendo que esos idiotas querían arruinar sus planes. No podían ir a la universidad, debían dedicarse enteramente a la banda hasta el día de su muerte.

—¿Cuándo te dijeron eso?

—Unos días antes de acabar la escuela. ¿No te lo dijeron?

—Tengo cara de que me lo hayan dicho.

—Seguro se les olvidó.

Sapnap roda los ojos.

—Obviamente no me lo querían decir porque sabían mi reacción. Son unos malditos cobardes. De verdad creo que soy el único que se preocupa por la banda y se lo toma en serio, esa parejita solo piensan en ellos mismos.

—Deberías hablar con ellos. Seguro ellos tienen metas distintas a las tuyas, y es mejor que aclaren las cosas ahora antes de que sea demasiado tarde.

—Gracias, Karl. Nunca pensé decirte esto, pero se te aprecia.

Karl sonrió ante esas palabras. Mentiría si dijera que no se había enamorado nuevamente de Sapnap.

...

Los tres estaban sentados alrededor de la mesa. Sapnap no dejaba de jugar con unos dados tirándolos una y otra vez.

—¿Cuándo pensaban decírmelo?

—Sé más específico —le pidió Dream.

—La universidad —los otros dos se tensan en su asiento—. No crean que iban a ocultármelo toda la vida. ¿Y qué tal? ¿Ya los aceptaron?

—Estamos esperando los resultados —habló George—. ¿Y tú qué? ¿No pensabas ir a la universidad?

—No, porque yo soy fiel a mi palabra y a la banda. Yo me iba y voy a dedicar mi vida a la banda de por vida.

—Sapnap, lamento ser yo quien te diga esto, pero estás siendo muy soñador. Son pocas las bandas que llegan a tener tanto reconocimiento que no necesiten trabajar de nada más que de la música para sobrevivir. Al menos por mi parte, prefiero tener un trabajo seguro.

Sapnap suelta una risa amarga. No era la primera vez que lo llamaban soñador y no por eso le molestaba menos.

—Bien. Haz lo que quieras, pero aquí y ahora se decide todo. O se dedican completamente a la banda o se retiran.

George instantáneamente se puso de pie esperando a que Dream lo haga, pero este aún se quedó sentado.

—Somos tú y yo, Dream —le dijo Sapnap estirando su mano para cerrar el trato.

Antes de que pudieran estrechar sus manos, Dream se puso de pie admitiendo su salida de la banda.

—Dream... —su voz sonaba dolida—. ¿Por qué? Piénsalo de nuevo, por favor.

—Lo siento, Sapnap. No quería decirte esto porque eres mi mejor amigo, pero... estás siendo muy soñador. Yo tampoco quiero arriesgarme.

Sintió una punzada en el pecho como si lo acabaran de apuñalar. Se sentía horrible que te traicionaran.

—Está bien. ¡Váyanse! —les gritó al borde de las lágrimas—. ¡Igual no los necesito!