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Este capítulo cuenta con escenas subidas de tono. Así que si no te gusta leer eso, puedes saltarte este capítulo sin ningún problema.

...

—"No soy gay" —se burla Karl—. ¿Entonces qué es eso?

Con su mano hace presión en la erección del chico viendo como este trata de mostrarse inexpresivo. Se acerca más a él y lo toma de los hombros para estar frente a él, ahora es cuando su rodilla choca con la erección del contrario como si no hubiera sido suficiente solo unos roces. Toma su barbilla y nota como evita su mirada.

—¿Estás asustado? Tú no luces asustado. Mírame. No voy a lastimarte, cariño.

Karl corta la distancia entre sus labios saboreando los rastros de vino con su lengua. Tal y como ya sabía, Sapnap no se opone, es más, le sigue el juego. Es tan débil que ni siquiera ha tenido que tratar de convencerlo.

—"No soy gay" —vuelve a burlarse esta vez sobre sus labios.

Sapnap suelta una grosería en voz baja y Karl se ríe. Siente como aquel bulto crece y baja nuevamente su mano para desabrocharle el pantalón.

—¿Así está mejor?

Sigue sin formular palabra. Sabe que su orgullo no se lo permite, pero Karl es capaz de quitarle todo ese orgullo en ese instante.

Se separa de aquel beso y con sumo cuidado se aleja de él para arrodillarse frente a su miembro.

Lo saca a la luz y lo sostiene con una mano, mientras sus dedos suben y bajan por la longitud hasta que lo acercó a su boca y escuchó el gemido más fuerte que había soltado Sapnap hasta el momento que no se pudo escapar de su risa burlona.

Le encantaba ver cómo Sapnap se reprimía a mostrar que lo estaba disfrutando. Quería hacerlo perder la cordura, así que empezó a chupar de forma más acelerada y luego mucho más lento notando como el cuerpo de Sapnap se estremecía pidiendo más.

La saliva empezó a caer por su barbilla y quitó el miembro de Sapnap de su garganta antes de que este pudiera terminar.

—No tan rápido, cariño. Recién estamos empezando —dijo justo antes de bajarle los pantalones junto a los boxers hasta los tobillos.

Hizo lo mismo consigo mostrando lo duro que también estaba su miembro a esas alturas.

—Vamos a hacer una cosa. Vas a aceptar que te gusto o yo voy a ser quien te la meta.

—Eres un idiota —carraspeó Sapnap.

—¿Tan difícil es decir que te gusto?

Karl se puso de pie mostrándole su polla en la cara.

—Voy a dejar que lo pienses. Ve a mi cuarto y quítate la ropa. Voy en un rato.

Como buen niño obediente fue dejando su ropa tirada sobre el piso del cuarto de Karl. Su cuerpo se estaba mandando solo y por más que su cabeza le decía que no, él gritaba que sí.

Se estaba humillando a sí mismo al demostrar que no era tan hetero después de todo. Si tan solo Dream se enterara, se burlaría en su cara.

Karl entra a la habitación con toda su ropa en una mano y la tira al piso, mientras que en la otra sostiene algo.

—¿Puedes creer que esos malditos cojan tanto que ya no tienen condones? —se quejó, tirando el frasco de lubricante a la cama—. ¿Y bien? ¿Vas a decirme que te gusto o que?

—No me gustas —Karl se cruza de brazos—. Solo me pareces lindo. Es todo.

—Me basta con eso.

Comenzó a andar a gatas hasta sentarse sobre los muslos de Sapnap. Agarró el frasco de lubricante y dejó que el líquido caiga sobre el miembro del otro.

—¿Crees que vas a poder con todo eso? —se burla Sapnap.

—Mi ex la tenía más grande —sonrié con satisfacción al ver su cara ofendida.

Con mucho cuidado toma la extensión y lentamente lo mete dentro suyo. Muerde su labio inferior sutilmente mientras siente las manos de Sapnap sobre su cadera. Se acomoda un poco tratando de adaptarse al tamaño cuando Sapnap empieza a moverse haciendo que sea inevitable soltar más de un gemido.

Empieza a besarlo con suma pasión jugando con sus lenguas. Empuja su miembro contra el abdomen de Sapnap en un intento de estimularse.

—Dame una oportunidad —le pidió Karl—. Tal vez llegue a gustarte cuando me conozcas bien.

—Podríamos intentarlo, pero nada de contarle a Dream ni a George.

Como si fuera arte de magia, Dream y George habían regresado. Se miraron el uno al otro asustados, quizá Sapnap más que Karl.

—Qué pecadito sería que nos descubran —dijo Karl con una sonrisa ladina mientras brincaba sobre el miembro de Sapnap.

—Mierda, eres un idiota —gruñó en voz baja—. Van a escucharnos.

—Entonces cállate.

Karl se lo estaba haciendo difícil. Estaba a punto de correrse en su interior y seguía provocándolo de esa forma tan candente que solo Karl podía hacer.

—Karl —jadeó tirando su cabeza hacia atrás.

Sin poder decir algo más, se corrió en su interior. Karl lo hizo después cayendo rendido sobre su pecho.

—¿Así que tu primera vez fue con un hombre? Eso no es muy hetero que digamos.

—Cállate.

Escucharon aquellas dos voces externas acercándose a ellos y Sapnap no tardó en meterse bajo la cama y esconder su ropa junto a él.

—Siempre agarra mis cosas. Es imposible que alguien más lo haya agarrado —escucharon a George decir—. ¡Karl! —gritó antes de abrir la puerta.

Ahí lo encontró desnudo sobre su cama con el frasco de lubricante en la mano.

—¡Toca la puerta antes de entrar! —gritó molesto.

—¡Eres un cerdo! ¡Deja de tocar mis cosas!

—¿Para qué? ¿Para que hagas tus porquerías con Dream? ¡Puedo escucharlos, esto es una casa, no un hotel!

Karl le hizo una seña a Sapnap de que ya podía salir.

—¿Es en serio? Tenías tiempo de vestirte —le dice Sapnap.

—Trataba de hacerlo creíble. Además, no es la primera vez que George ve a mi amiguito.

Sapnap voltea a verlo confundido.

—Larga historia, para nada homosexual. Éramos niños, no lo pienses mucho.

—Claro...

AND I LIKED #2 [Karlnap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora