Capítulo 1

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ADVERTENCIAS

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ADVERTENCIAS

SI ERES UNA PERSONA SENSIBLE, ESTA HISTORIA NO ES PARA TI, AQUÍ ENCONTRARÁS:

* SEXO EXPLÍCITO.

* LENGUAJE VULGAR.

* ASESINATOS EXPLICITOS.

* TORTURAS

* DROGAS.

* TRASTORNOS PSICOLOGICOS.

SI ESTÁS BIEN CON TODO ESTO, POR FAVOR CONTINUA CON LA LECTURA, COMENTAME QUÉ TE HA PARECIDO Y ENAMOREMONOS JUNTOS DE ESTE TEATRO DE SOMBRAS DÓNDE NADA ES LO QUE PARECE, Y SIEMPRE NOS HARÁ DESEAR QUEDARNOS DEL LADO INCORRECTO, PRÓFANO Y SÁTIRO. 




NISA.

Me aseguré de que la abuela estuviese bien dormida antes de dejar la casa y subir al BMW negro que me recogerá para mi próximo encuentro.

El hombre con el que me reuniré es Kadir Kaya, cuarenta y dos años, tiene una deuda de cincuenta mil liras en polvo de ángel, la droga de moda, con mi jefe el señor Can Vural, hombre que comienzo a cuestionar si existe o no porque llevo exactamente seis meses trabajando para él y jamás lo he visto.

Fui reclutada por su padre, Engin Vural con tres condiciones, no preguntar por Can, no lo busco en la red y no hablo de los trabajos extra que me piden además del trabajo como pasante en Vural Media Enterprise, y por supuesto que cumpliré con sus simples clausulas, gracias a ellos tengo dinero, casa y a mi abuela viva, si me pidieran que me pusiera a cuatro patas y ladrara, yo lo haría, claro que luego de morderles un poco la mano, que sepan que ellos sujetan la correa, pero mujer fácil jamás he sido, tengo mi carácter y no pienso perderme por seguir sus órdenes, siempre mantengo mi esencia en todo lo que hago, que se enteren que el trabajo lo hice yo.

— ¿Usarás esa navaja otra vez? ¿No te apetece renovarte, Nisa?

Preguntó el sujeto que tomó asiento frente a mí en el auto de lujo, jugando con la misma navaja que tengo yo, regalo del señor Vural al iniciar junto con un bonito tatuaje en mi muñeca, un águila, la insignia de esta mafia familiar y soldados reclutados al igual que yo, personas sin futuro y sin nada que perder, desesperados por dinero.

— No, usaré la navaja, me gusta que se mueran rápido, odio ensuciarme las manos.

— Te salpicas cuando haces eso.

— Pero no lo veo, el problema es cuando veo mis manos sucias, el olor metálico es persistente y me quema la nariz, lo odio.

— ¿Y por qué sigues aquí si lo odias?

Teatro de Sombras (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora