Crimson Rivers

1 - Misfortune

TW: referencias a la muerte, referencias al asesinato, referencias al abuso infantil, breve referencia al suicidio, referencias a la adicción y mucho angst.

Se supone que la 84ª cosecha anual es la última de Regulus.

Tiene veinticinco años y cumplirá veintiséis antes de la siguiente, lo que significa que envejecerá. Su cumpleaños tiene lugar dos días antes de la cosecha de cada año, así que tiene un golpe de suerte en ese sentido.

James Potter no la tiene, como resulta. Sólo le faltan dos meses para cumplir los veintiséis, y si hubiera nacido sólo unos meses antes, podría haber escapado a su destino.

Su nombre es el primero que se pronuncia, y Regulus no puede evitar mirar a través de la multitud para ver a James salir lentamente al exterior. Sus padres lloran en silencio. A Regulus se le forma un nudo en la garganta mientras arrastra su mirada desde James hasta el escenario, donde Sirius ya está de pie, con la mandíbula apretada mientras asiente a James cuando sube los escalones.

A Regulus no le cabe duda de que Sirius va a hacer todo lo que esté en su mano para asegurarse de que James sobreviva a la arena. Mendigará, pedirá prestado y robará; le enseñará a James todo lo que necesita saber; será el mejor mentor que su distrito haya visto jamás, y llevará a su mejor amigo a casa. Sea quien sea el otro tributo, Regulus se compadece preventivamente de él, porque no hay vida que Sirius ponga por encima de la de James.

—¡Regulus Black!

Es la segunda vez que Regulus oye pronunciar su nombre en una cosecha, y ahí estaba él, atreviéndose a pensar que tenía suerte.

La primera vez que lo oyó, tenía quince años, apenas, y había sentido que todo su cuerpo se enfriaba en cuanto lo hacía. Ni siquiera se había movido al principio, demasiado aterrado para hacerlo, incapaz de comprender cómo le había sucedido. Tenía que pasarle a alguien, pero nadie piensa nunca que vaya a ser él, hasta que lo es.

Regulus había dado dos pasos fuera de la fila cuando Sirius irrumpió y se ofreció en su lugar, con sólo dieciséis años y dispuesto a arrojarse a la pira para que Regulus no tuviera que hacerlo.

Sirius se había ido a la arena y Regulus no creía que fuera a volver a casa. Observó, día tras día, cómo su hermano luchaba por su vida. Observó, día tras día, cómo Sirius corría, pasaba hambre y asesinaba para poder volver. Vio, en ese último día, cómo Sirius se derrumbó cuando le anunciaron como vencedor, riendo como un loco en las pantallas.

Nunca fue el mismo después de eso.

Diez años después, y vuelve a suceder. Esta vez no hay nadie que se ofrezca en su lugar, porque Sirius es un Vencedor, y no puede. Nadie más lo haría, y aunque pudiera, todos estos años después, tampoco lo haría Sirius.

Regulus -al igual que la última vez- se encuentra congelado, con un horrible temor que le recorre las venas como el hielo. El único pensamiento que tiene es por qué, por qué yo, por qué esto. Los murmullos se extienden por todo el patio y Regulus sabe la razón que hay detrás, lo que todos dicen. No es ningún secreto que James es el mejor amigo de Sirius, y nadie podría olvidar que Regulus es su hermano pequeño. Esto les va a encantar en el Hallow.

A su lado, Barty le da un codazo en el hombro, mirándolo con los labios apretados en una fina línea, y entonces Regulus se mueve. Se obliga a hacerlo, poniendo un pie delante del otro, sintiéndose desligado de su cuerpo mientras se dirige al escenario. Al subir los escalones, su mirada se levanta para encontrarse con la de Sirius, y Sirius le devuelve la mirada durante cinco segundos antes de cerrar los ojos, como si no estuviera mirando, entonces no es real.