20 - Massacre

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TW: representaciones de violencia, representaciones de lesiones, representaciones de asesinato/muerte, representaciones de niños/menores muriendo, representaciones de un asesinato piadoso, menciones/ descripciones de sangre, representación/descripción de un ataque de pánico


Sirius sabe desde muy joven que un buen plan depende de tres factores. La preparación, la ejecución y cada una de las variables de dicho plan. En un buen plan no existen los imprevistos, pero todas las variables de un buen plan están preparadas para los imprevistos de todos modos, y ejecutan el plan a pesar de ellos.

¿Y esto? Este es un mal plan.

La preparación es buena, sin duda. Preparan los fuegos perfectamente. El puente está bien construido. Todos tienen sus funciones, así como sus puntos de encuentro.

La ejecución incluso va bien. James, Regulus, Vanity, Irene y Mathias llegan a la cueva y hacen lo que dicta el plan limpiando absolutamente a los Mortífagos. Incluso Peter se ciñe al plan, aunque en sus nervios ha acelerado un poco el proceso, encendiendo fuegos demasiado pronto y corriendo demasiado para llegar al siguiente, lo que no da mucho tiempo a los demás. Sirius no puede culparle por ello, la verdad. No cabe duda de que tiene miedo por su cuenta, queriendo acabar con todo lo antes posible.

El problema son todas las variables. No las consideraron adecuadamente, ni siquiera desde el principio. El plan podría haberse arruinado antes de empezar si el grupo de camino a la cueva se cruzaba con los Mortífagos, y fue pura suerte lo que impidió que eso sucediera, al menos hasta que Peter encendió el primer fuego para llamar la atención de los Mortífagos.

Los Mortífagos son una variable muy importante, y Sirius está preocupado porque nadie pensó mucho en ellos en las circunstancias imprevistas en que aparecieron. Todos cuentan con que los Mortífagos sean lo suficientemente estúpidos y sanguinarios como para seguir los fuegos, y afortunadamente para ellos, ese parece ser el caso. De alguna manera, el plan está funcionando, a pesar de que no es uno muy bueno para sus estándares.

— Sirius, muchacho. —Dice Slughorn, deteniéndose a su lado con una amplia sonrisa— Disfrutando de los juegos este año, ¿verdad? —

Obviamente no, maldito idiota, piensa Sirius, pero arranca la mirada de ver la pantalla para sonreírle a Slughorn lo más diplomáticamente posible. Slughorn apenas ha salido de la sala de juego, por lo que Sirius apenas lo ha visto en las fiestas de vigilancia, pero con la disminución de los números en la arena, tiene un poco menos de trabajo que hacer. Menos vidas que joder. Menos caos que causar. Además, los que están en la arena son claramente capaces de meterse en problemas por sí mismos hoy.

— Desde luego, este año son más intensos que el anterior. —Responde Sirius, bajando la cabeza y levantando la copa en un brindis tácito por Slughorn, porque no le importa adularlo un poco, si eso ayuda a James y a Regulus.

Slughorn se ríe y mira la pantalla, claramente complacido por los elogios y orgulloso de su trabajo— Tengo que decir que una parte de las buenas críticas se las debo a tus tributos, Sirius. La gente está bastante involucrada en su floreciente romance. ¿Puedo preguntarte cómo te sientes al respecto? —

— Ah. —Dice Sirius en voz baja, levantando su copa para dar un sorbo cuidadoso y ganar más tiempo. Tiene que ir con cuidado, por muy difícil que sea hacerlo con asuntos tan personales. No puede decir que lo odia, simplemente porque no es asunto de los demás; como mínimo, James y Regulus merecen su privacidad, independientemente de los sentimientos de Sirius al respecto. Aunque, francamente, él no tiene sentimientos al respecto. Le importa más la supervivencia de Regulus y James que su vida amorosa. Sin embargo, no puede decir eso, así que... — Bueno, un mejor amigo sólo quiere que su mejor amigo sea feliz; un hermano sólo quiere que su hermano sea feliz. No puedo negar que aprecio que se reconforten mutuamente. —

Crimson RiversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora