Perfecta razón

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CAPÍTULO 1

ADIÓS ADOLESCENCIA. HOLA DECADENCIA.

11 septiembre, 2021

BRONWEN STONE

Hoy me despido con un honor de lo que fuimos, confiando en que tus nos harás felices en el futuro. Hoy es mi último día con 20. Aprendimos tanto que nos fue imposible no cometer error tras error. Lo seguirás haciendo, día a día, nos equivocaremos porque de eso estamos hechos, de errores y aprendizajes. De grietas y benditas. De lo bueno y lo malo. De sacudidas y caídas, hasta que nos volvemos a poner de pie. Hasta que volvemos a saturar las heridas de los duros caminos de la vida.

—Dos minutos para las doce.

—Vamos Wen, ¡pide un deseo!

Confiamos en que tú nos darás esa vida alegre que nos merecemos. Dejaras de preocuparte por el que dirán. Dejaras de ver hacia atrás, por lo que no sucedió. Suelta el pasado, ese que te atormenta y que nunca nos permitió vivir, fluir y avanzar. Hazlo, porque serás alguien mejor. Serás ese alguien por el cual hemos trabajado todo este tiempo, el que anhelamos ser. Serás feliz, libre, serás tú. Sácanos de esta burbuja en la que Bronwen de 15 nos introdujo, encerrándonos y botando la llave en la profundidad del mar. Se tú, nuestra llave, nuestra salvación. Porque es momento de demostrar lo capaces que somos, lo valiente y fuerte. Deja de reprimir tu creatividad, tu perseverancia.

No te agobies por si algunas cosas no se dan. Nosotras todo el tiempo lo hacíamos y por eso nunca pudimos vivir.

—¡5!

Tu vive...

—¡4!

Vive por todas nosotras...

—¡3!

Vive, porque nosotras no supimos hacerlo.

—¡2!

Sonríe por las veces que lloramos. Y llora cuando sea necesario.

—¡1!

Me despido hoy, la Bronwen de 20, para darte la bienvenida a ti, BRONWEN de 21.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS BRONWEN!

Te amamos y estamos orgullosas de ti.

Soplo las velas del pastel, cuando mis dos únicos amigos gritan felicitaciones.

Si, oficialmente ya son 21.

—Bienvenida al club de la vejez —Riley, me regala un abrazo cariñoso, lleno de amor y afabilidad. Su carácter es muy opuesto cuando se trata de enfrentar al mundo. Es una rubia hermosa, pero sobre todo inteligente. También porta su lado pervertido, bueno, todo en ella es perversión.

—Hoy por fin dejare de tenerte envidia. Eras la única que seguía poseyendo el numero perfecto—Joshua, mi inefable amigo. Él es todo lo contrario a Riley. Carismático con todos. Su carácter dominante es la cortesía, y por supuesto ser todo un seductor. Si, lo sé, es un poco conflictivo el asunto. Pero así es el chico moreno que pita una corneta en mi cara.

Los tres portamos diferentes personalidades, sin embargo, somos un combo de complementos.

Mientras Riley trata de matar con la mirada a las personas, Joshua se las quiere comer, y yo solo trato de alejarlas con mi indiferencia.

—¿Qué deseo pediste? —pregunta con notable intriga Joshua.

Los tres nos encontramos en la sala de estar de mi nuevo departamento. Rodeando la mesa de madera del centro, que la acompañan un par de copas, una botella de vino cortesía de Joshua, y una deliciosa tarta de cheesecake. Sentados sobre la alfombra morada pastel. Nuestras cabezas son adornadas por unos gorritos de cumpleaños.