Perfecta razón

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CAPÍTULO 2

¿Qué paso anoche Paramédico Wen?

¿Llegue a la luna?

BRONWEN STONE

—Dime por favor, que no cometí ninguna locura.

—¿Por qué me duele el cuello? —pregunta Riley adolorida.

—La mejor pre-fiesta de ¡TODAS! —exclama muy alegre Josh.

Las dos nos agarramos la cabeza, dándole una mirada matadora al gritón.

—Piedad —suplico, tirándome boca abajo en el sillón.

Joshua fue el primero en levantarse. Luego Riley y yo. Ellos se quedaron en mi apartamento luego de nuestro festín, no sé lo que está ocurriendo en el mundo, no recuerdo con claridad lo que ocurrió anoche, solo sé que mi cabeza volara si no la atiendo rápido. El olor a café recién hecho alborota mis ansias de llevarlo a un recorrido por mi garganta con una aspirina.

—Eso no decían ayer.

—¿De qué hablas? —pregunto perezosamente, con mi cara hundida en los cojines.

Siento el peso de un cuerpo sobre mi espalda que cuando dice hablar se de quien se trata.

—Creo que ayer dijimos muchas cosas Joshua.

—Mis ojos también vieron muchas cosas.

—¡Ya cuenta!

—A sus órdenes, Princesa Minerva Megara de la realeza Good Green Grass.

—¿Realeza Good Green Grass? —me burlo, atragantándome con mi propia saliva.

—Tú no te quedas atrás Paramédico Starfire.

Riley se levanta de mi espalda para gritarme y burlarse en mi oído.

—¡Ja! Ahora eres una ardiente. Quien te mira Wen, toda comidita de las hormigas.

—¡Riley mi cabeza!

Le tiro el cojín en el que reposaba mi cabeza. Me pongo de pie para dirigirme a la cocina donde esta Josh haciendo su delicioso café.

—Y esperen a que les cuente todo lo que hicieron en el club, en la calle y en el pasillo del edificio.

—Solo dime si debo tirarme ahora mismo de un octavo piso.

—Oh créeme, las tres van a querer desaparecer de la tierra —me entrega una taza de café.

¿Las tres?

Con total desconcierto volteamos a ver tras nosotras cuando una de las puertas de las habitaciones es abierta y tras ella otra presencia se manifiesta ante nuestros ojos.

—¿Qué fue lo que hicimos Wen? —Riley me da una mirada preocupada.

Creo que secuestramos a alguien.

CUATRO HORAS ATRÁS.

Joshua.

—¡Bronwen! ¡Riley!

Esto no me puede estar pasando a mí. Se supone que para estas horas debería estar con alguna chica no como niñera de dos dementes que se esconden de mí.

—¡Chicas! No se comporten como una niñas rebeldes y caprichosas. Es hora de irnos —vocifero fuera del baño de mujeres del club.

Soy el único con todos los tornillos en orden. Lo que más sorprende de esto, es que Bronwen ande ebria, lo puedo esperar de Riley y de mí, pero ¿Bronwen? Luego de lo que sucedió en mi cumpleaños ella dijo que nunca volvería a perder los estribos.