Décimo octavo Pecado

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"¡Lady Tsunade! Inspeccionamos de nuevo el lugar donde terminan los rastros de la pelea de Sakura y un equipo Anbu ha encontrado algo." Llega corriendo Shizune sosteniendo un pergamino en sus manos, tratando de normalizar su respiración ya que había corrido escaleras arriba al momento que el pergamino tocó sus manos.

"Pero dime, Shizune." Exclama la mujer pasando una mano por sus cabellos rubios.

"Una entrada a una guarida secreta, se cree que es de Orochimaru. Estaba completamente vacía al momento en el que investigaron."

"¿Como es que no vieron aquel lugar antes?" Cuestiona ella muy molesta, goleando con su derecha el escritorio con fuerza moderada.

"Genjutsu de alto rango. Al parecer la guarida está abandonada, razón por la que pudimos verla finalmente." Explica la pelinegra dando un salto de la sorpresa.

"¿Alguna señal de que Sakura estuvo allí?" Pregunta sin tomar aliento.

"Si, Pakkun encontró cabello rosado debajo de una almohada, junto con sangre. No suficiente para ser fatal." Añade ella al final con susurro lleno de alivio.

Tsunade se deja caer en su silla como peso muerto sin poder creer lo horrible que la chica ha de estar pasandola. Se siente culpable por haberla enviado en aquella misión, y aunque no requería el uso de su fuerza bruta, solo sus habilidades sanadoras, no sabe cómo es que Sakura acabo en aquella situación.

"Envía a Kakashi un escuadrón. Que no regresen hasta que la encuentren." Ordena la Hokage tomando su cabeza con ambas manos, rezando en silencio.

En la mañana que Sasuke se suponía debía marchar de regreso a su maestro, decidió esbullirse por los pasillos que recorrió hace dos noches

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En la mañana que Sasuke se suponía debía marchar de regreso a su maestro, decidió esbullirse por los pasillos que recorrió hace dos noches.

Aquellos pasillos en el que a su momento, estaban llenos de gemidos y sonidos con ritmo. Admite que su corazón latió pesado y con fuerza, incluso se atreve a decir que con cierto dolor. La chica que siempre le seguía y lloró su ausencia estaba encerrada contra su voluntad, siendo usada de aquella manera por Kabuto. No sabe cómo se siente, pero es obvio que si lo sabe, tan solo decide ignorar la verdad en sus sentimientos.

Quiere a Kabuto, muerto bajo sus pies con su pecho abierto gracias a su Chidori. La voz de Kabuto y los gritos ahogados de la pelirosa tratando de decir no a las obscenas peticiones del peliplata no lo dejan dormir. Especialmente la imagen que no puede dejar su cabeza, la ve cada que cierra los ojos.

Las esbeltas piernas de la pelirosa envueltas en la cadera del Shinobi, sus pechos rebotando con cada embestida, Kami, aquellos pezones del más hermoso rosado. Sus labios amordazados por su propia túnica, y su rostro meneando de derecha a izquierda en negación. Y lo que más le molesta es que desea haber sido él, en lugar de Kabuto.

Se odia a si mismo por aquello pero ver a su ex compañera en una posición tan amortecida, le hace querer hacer lo mismo. Le hace querer a la pelirosa, sus esbeltas piernas envueltas en su propia cadera, aquello pechos rebotando en su propio rostro. Pero no tiene el valor necesario, nunca forzaria a la chica a algo que no quisiera, él no es como Kabuto, él no es un violador.

Se asoma por la pequeña ventana de la puerta, de la celda de la pelirosa y la observa  atribulado. La muchacha está desparramada sobre el intento de cama, al menos tiene una cobija sobre ella pero se le nota muerta del cansancio. En definitiva está profundamente dormida.

Hay algo que más le molesta a Sasuke. La chica tenía una cobija, una túnica y no se le veía tan sucia. Si fuera por Kabuto, la tendría atada y desnuda pero sabe que probablemente el peliplata le tiene gran gusto. Razón por aquellas pequeñas comodidades. Sabe que Sakura está peligro, cuando estás cautivo y solo obtienes pequeños detalles que son un derecho de vida básico, terminas enamorándote de aquella persona. Él lo sabe por qué ha ayudado a Orochimaru con capturas, y manejado las mazmorras. Igual chicos y chicas se le echaban a los pies por el simple hecho de proveerles agua y comida. Nunca se ha acostado con un prisionero, pero sabe que cuando hay sexo de por medio, es más difícil resistirse contra el captor.

No quiere que Sakura se enamore de Kabuto. Es cuestión de tiempo para que deje de pelear contra él y tan solo lo reciba de piernas y brazos abiertos, y de verdad crea que le ama. Solo por que tiene una cobija y la deja tomar duchas.

Con mucho cuidado entra a la celda sin hacer mucho ruido y se acerca a la pelirosa que yace dormida sin ningún cuidado. De debajo de su capa Daka una kunai y la acerca al cuello de la chica, para luego tomar un mechón de pelo y cortarlo con cuidado, guardando las hebras rosadas en un pañuelo. Por una última vez, acaricia su mejilla y pasa su pulgar por entre sus carnosos y rosados labios, haciéndolo tragar saliva de manera pesada.

Decide alejarse y cerrar la puerta detras de él antes de que su mente se llene de ideas extrañas. Ideas que podrían ser realidad si se olvidara de muchas cosas, incluido sus valores y tomara a la pelirosa justo como la tomó Kabuto.

Comienza caminar de vuelta a su habitación para tomar sus pertenencias, debía salir y ejecutar su plan, la única manera en la que sabe puede dejar a Sakura libre del control y abuso de Kabuto. 

Maybe♡KabuSaku♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora