Vigésimo pecado

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"Lord Kabuto, hay avistamiento del ninja Kakashi Hatake en la zona."

Al escuchar aquello el vello en la nuca del peliplata se erizó. Su sangre abandonó su rostro y sus manos, dejándolo con una sensación fría a pesar de sus palmas sudadas. Pudo sentir su garganta comprimirse al querer decir algo, por lo que solo cerró los ojos y respiró profundamente.

"Liberen al experimento 54, empaquen lo necesario y comiencen a dirigirse a la guarida del norte. Quiero a todos fuera en menos de 15. No se olviden de los pergaminos." Ordena él comenzando a caminar directo a su habitación.

"Pero no está muy lejos, podrían rastrearnos."

"Seguirnos será el menor de sus problemas cuando encuentren lo que buscan." Responde él sin mirar atrás,  sus pies se mueven automáticamente y su mente no puede pensar mucho. Cada vez que un pensamiento llega, lo pierde y le es imposible recordar la idea que estába a punto de tener.

En cuanto abre la puerta, la chica estaba de pie en medio de la habitación en posición defensiva, Gyo estaba frente a ella. Tal parecía que estaban practicando movimientos de Taijutsu, ambos tenían una gran sonrisa sobre el rostro hasta que lo vieron a él. Pálido, con la preocupación bañando su rostro.

"Gyo, empaca. Guarida norte, ahora."

"¿Esta todo bien?" Cuestiona Sakura lentamente soltando al niño el cual la mira con preocupación.

"Ahora." Finaliza él a lo que el pelinegro sale corriendo dejando a ambos mayores solos en la habitación.

"Kabuto, ¿Que está pasando?" El peliplata toma la mochila en la esquina, ya que aún no se había molestado en desempacar, con su mano libre toma la muñeca de Sakura y sale con ella a los pasillos donde varios ninjas corren por sus vidas de un lado a otro, varios con mochilaas, otros sosteniendo cajas y bultos de pergaminos. Los ojos jade de la chica solo pueden observar el caos en la guarida, sus pies de apresuran a adaptarse al paso del médico ninja pero en algún punto, ellos decienden mientras el resto se apresura a los túneles en el ala sur.

Están en los calabozos, justo donde había estado apenas hace un par de días. Kabuto entra en el que ella había utilizado previamente, la silla sigue rota, las sábanas sucias y las cadenas cuelgan en medio de la habitación.

Justamente cuando está a punto de preguntar algo Kabuto cierra la puerta tras de ambos y la mira a los ojos con el rostro más mortificado que ha visto hasta ahora.

"Es hora." Entonces lo sabe, este era el final de ellos. No sabe si es el enemigo, si es su aldea, pero su mundo se desgarra a la mención de aquellas palabras. Ella niega con la cabeza y de aferra a la túnica del chico con fuerza.

"Podemos ir juntos." Susurra ella en voz quebrada.

"Hasta que llegaramos a la nueva guarida ¿Recuerdas? Ese era el trato."

"No me hagas esto, sabes que..."

"¿Quieres estar conmigo? Sakura, soy un criminal. Trabajo para Orochimaru. No hay lugar para mi en tu mundo, y lo sabes." Los ojos de la peloroda se vuelven acuosos, con lágrimas comenzando a caer por sus ojos.

"¿Volveré a verte?" Cuestiona ella sabiendo que tiene razón. No importa lo mucho que quiera estar a su lado, sus mundos son opuestos y si ella decide ir con él, estaría dejando ir sus sueños y metas que había puesto a ella misma.

"Haré el intento." Promete él acercándose a sus labios. Ambos se sumergen en un apasionado beso lleno de necesidad. Sakura se aferra a él con fuerza, como si su agarre impidiera que se fuera.

"Te amo." Susurra la chica en una pequeña pausa a lo que Kabuto niega con la cabeza tomándola con fuerza por los hombros.

"No, tienes que decirles lo horrible que fui contigo, las cosas que te obligué a hacer y cuántas veces me aproveché de ti. ¿Oíste?"—Sakura quiere negar pero antes de que pueda, el peliplata le pega una bofetada. Sakura lo observa a los ojos con aquel fuego que siempre se enciende cuando hacen el amor. Ella voltea el rostro dándole la otra mejilla.—"¿Entendiste?"

Maybe♡KabuSaku♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora