Décimo primer pecado

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"¿Que estamos haciendo aquí?" Pregunta la pelirosa claramente aburrida, pateando piedras que encuentra en su pequeño círculo.

"Gyo está asegurándose de que todo está bien y podemos entrar a la aldea." Responde el peliplata volteando a verla desde su árbol del cual está recargado, disfrutando de la sombra.

"¿Cuánto más hasta nuestro destino? Mataría a cualquiera por una cama." Comenta ella haciéndolo alzar una ceja.

"Pronto. Además... Eres una ninja, eso no debería molestarte." Argumenta a lo que la pelirosa le devuelve una mirada filosa.

"Solo por qué soy una Kunoichi no significa que me avergüenze admitir que extraño mis comodidades." Los labios de Kabuto se curvean en una sonrisa haciendo que el ritmo cardíaco de la chica suba en cuestión de segundos.

"No te preocupes, puedes seguir usandome de almohada. Es más, usame todo lo que quieras." El rostro de la chica se vuelve carmín, justo como una manzana fresca a punto de caer del árbol. Su corazón comienza a palpitar más fuerte y no sabe que decir o hacer. ¿A qué se refiere? ¿Que insinúa?

"Ha, en tus sueños." Contesta ella a manera desesperada para esconder su sonrojo.

Kabuto simplemente sonríe sabiendo que la había puesto nerviosa. Se sentía culpable de lo tan bien que se sentía avergonzar a la pelirosa, le gustaba escuchar lo que sería su último argumento antes de desviar la mirada totalmente sonrojada.

Ambos pasan varios minutos en silencio hasta que Gyo aparece con su capucha puesta negando con la cabeza.

"Tal vez la próxima aldea. No es seguro." Kabuto simplemente asiente y comienza a caminar.

"Andando."

"Esperen, ¿Por que no? Necesito una ducha y dormir en una cama suena bien."

"No te estoy diciendo que no, tan solo que tendrá que ser en otra aldea. No está." Sakura hace un puchero pero al menos está satisfecha con la respuesta por lo que decide comenzar a caminar con los brazos cruzados.

El joven pelinegro camina hasta llegar a su maestro y susurra a manera muy baja, para que la kunoichi no escuche.

"Había ninjas de la hoja. La están buscando." Kabuto deja escapar un pesado suspiro sientiendo como su corazón se saltaba un latido. Sus manos se sintieron sudorosas y su cara estaba tan caliente que estaba sorprendido que su persona no estuviera consumiendose en llamas justo en ese momento. Sabía que llegaría algún punto en el que la tendría que dejar ir, pero no sabe cómo y no sabe cuándo. Ni siquiera es racional llevarla a la guarida. Se siente molesto, molesto con si mismo y sus deseos humanos.

No le responde a Gyo por lo que el niño lo observa y por primera vez en su vida junto al ninja peligris, ve que está preocupado. Su vista pasa de Kabuto a la kunoichi. Sakura le caía bien, no tenía nada contra ella. Más que nada, le agrada ver a su maestro sonreír y bromear con la chica. Por primera vez en su vida se sentía un poco normal o al menos menos raro de lo que siempre ha sido.
Gyo agacha la cabeza y piensa a si mismo que tampoco le gustaría partir caminos.

 Gyo agacha la cabeza y piensa a si mismo que tampoco le gustaría partir caminos

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"Es seguro. Incluso hay un festival." Anuncia el pelinegro llegando corriendo hacia los ninjas escondidos entre los árboles a las afueras de una aldea.

"¿Un festival? Kabuto, hay que ir." Exclama la chica con sus orbes jade iluminados.

"No, es peligroso" corta de inmediato comenzando a caminar a la entrada.

"Oh vamos, podemos usar máscaras. Será divertido."

"Sakura." Le llama él.

"Kabuto." Reclama ella en el mismo tono inflando las mejillas.

"Lo pensaré ¿Okay?" Sakura sonríe y da una pirueta en su lugar comenzando a caminar alegre hacia la aldea.

"Primero lo primero. Necesito una ducha." Los tres entran bajo la fachada de ser una familia que esta de paso. Caminan entre las calles viendo que la gente se está preparando para el festival, montando sus puestos y decorando con banderas.
Kabuto los detiene ya que la chica y el niño estaban distraídos mirando sus alrededores. El peligris los dirije dentro de un pequeño hotel y pide una habitación familiar, para luego ser encaminados a dicha habitación.
Es un solo cuarto con una mesita y cuatro cojines alrededor. En el pequeño clóset hay futones listo para ser desplegados en el piso.

"Yo prepararé todo, vayan a darse una ducha. Yo iré cuando regresen." Anuncia Kabuto soltando su mochila sobre el suelo. Los otros dos hacen los mismo sacando sus musas de ropa y salen de la habitación en busca de los baños.

"¿Crees que nos deje salir para el festival?" Pregunta Gyo si dejar de mirar al frente.

"Claro, tan solo hay que preguntar otra vez cuando esté de buen humor." Responde la chica in una sonrisa.

"Ha estado de buen humor todo este tiempo, desde que dejamos la guarida." Gyo se detiene ante el cartel anunciando el baño de hombres a su derecha. Asiente con la cabeza y desaparece por la puerta dejando a Sakura sorprendída.

Muy dentro de ella le agrada saber que Kabuto se ha estado sientiendo de esa manera desde que emprendieron el viaje, con una amarga sonrisa decide negar con la cabeza para a la izquierda al baño de mujeres. Se quita su ropa para dejarla en cabinete y se sienta en un banquillo disponible para comenzar a mojar y restregar su cuerpo. Dejó que el agua limpiará su cuerpo y relajara sus músculos, queriendo que el agua limpiará su mente de las ridiculeces que su corazón creaba en su cabeza.

Nunca se había sentido tan divida con sus sentimientos, su aldea. Y todo gracias a cierto ninja que no dejaba de coquetear con ella.

Al terminar de enjuagar su cabello decidió que era suficiente. Secó su cuerpo con la toalla y se cambió en la yukata proporcionada por el inn. Una vez lista se dirigió de regreso a la habitación donde Gyo estaba sentado sobre el suelo arreglando su mochila.

"Sensei está en las duchas, regresará pronto." Anuncia el niño volteando a verla.

"Oh, ¿Mencionó algo sobre el festival?"

"Dijo que podíamos ir a comer algo solamente."

"Supongo que algo es algo." Musita para ella misma llendo a su mochila cerca de un futón en medio de otros dos. Decide hacer lo mismo que el joven ninja y arreglar sus pertenencias aunque en realidad sólo era ropa prestada. Nada de lo que carga en esa mochila es de ella.

De repente la puerta principal se abre dejando ver al peliplata sin lentes y con su cabello mojado. Puede ver la piel pálida de su pecho ya su yukata no está bien amarrada. Odia que se mira muy bien de esa manera por lo que desvía la mirada de vuelta a su mochila.

"Muy bien ¿están listos?"

Sakura tan solo rezó a Kami que todo saliera bien.

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