𝙱𝚒𝚝𝚝𝚎𝚛𝚜𝚠𝚎𝚎𝚝 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

| Capítulo ۵ 35 |

—Mierda, Chan— murmuré —¿Por qué tienes que ser todo lo que quiero? Había estado huyendo del amor porque no quería verme atado a una persona, sin embargo, todo cambió cuando te conocí y no pude evitar negar sentir una gran atracción hacía a ti y con el tiempo, me enamoré perdidamente.

—Minho, dame la oportunidad de demostrar cuanto te amo. Te juro que no te defraudaré.

He pasado por tantas cosas en tan poco tiempo que ni siquiera tengo la certeza de si estoy haciendo lo correcto o incorrecto, pero de lo único que si estoy seguro es que amo a Chan con todo mi corazón y lo quiero solo para mí.

—Está bien— dije —Te daré la oportunidad de demostrarme cuanto me amas y yo también demostraré el amor que siento por ti.

Chan me envolvió en un cálido abrazo que me hizo sentir como en casa. No cabe duda de que el peliazul es todo lo que había deseado y tardé en comprenderlo, pero nunca es tarde para darle la oportunidad al amor mientras ambas partes deseen lo mismo.

—Te amo tanto, Lee Minho— me dijo al oído después de depositar un suave beso en mi frente.

—También te amo demasiado, Bang Chan— admití sin un gramo de vergüenza porque sé que estoy haciendo lo correcto. —Lamento tanto lo que te hice pasar aquel día, pero es que realmente no quería arruinar tú vida.

—Dejemos eso en el pasado para poder vivir un presente y futuro juntos.

Abulté mis labios y Chan entendió a la perfección mi silenciosa petición pues me besó sin pensarlo dos veces. Había extrañado demasiado su presencia, besos, caricias, mimos y todo lo que viene incluido en el atractivo alfa llamado Bang Chan.

—¿Quieres ir a comer conmigo? — me preguntó tan pronto finalizó nuestra sesión de besos.

—Me encantaría.

Chan sonrió abiertamente y me fue inevitable llevar mi dedo a uno de sus hoyuelos para tocarlos suavemente puesto que me gustan demasiado.

—No se los muestres a nadie más, ¿entendido? — dije con tono serio.

—Son todos tuyos— aseguró.

—Eso espero porque de lo contrario procederé a tener que dejarte encerrado en casa para que nadie pueda ver la perfección de la que goza mi hermoso alfa.

—Me gusta cuando muestras tú faceta de posesividad— dijo tras darme un suave beso en la nariz.

—Me gusta cuando me aseguras que eres mío y de nadie más.

—Eso es cierto. Soy tuyo y de nadie más.

—¿Y cómo vas a demostrar que yo soy tú omega y de nadie más? — pregunté con tono pícaro que Chan no pasó por alto.

—Tengo mil maneras de dejarlo claro, pero me gustaría saber cuál sería tú favorita.

—Dame opciones para que pueda elegir.

—Mhm, ¿qué te parece si te marco para que todos tengan claro que ya tienes a un alfa a tú lado?

—Me parece una buena idea, pero tendrás que esperar hasta que estemos casados.

—Lee Minho, ¿te gustaría casarte conmigo?

La emoción que me recorrió el cuerpo por completo me hizo sentir vivo y bastante feliz que no pude ocultarlo por mucho tiempo pues brinqué directamente a los brazos de Chan y grité—: ¡Claro que sí!

—¿En serio?

—Por supuesto.

Chan me besó con pasión durante unos minutos que parecieron horas y lo disfruté al máximo. Me gusta demasiado el hecho de que Chan logra que tenga emociones y sentimientos que nunca había experimentado.

—Te lo pediré en un mejor lugar— me aseguró —Y te daré un hermoso anillo.

—Eso no me interesa— le aseguré —Solo me importa estar contigo para siempre.

—¿Cómo es que fui bendecido con un omega tan malditamente perfecto para mí?

—Tienes bastante suerte— bromeé.

—No tengo duda de ello.

Chan abrió la puerta de su auto para mí por lo que no dudé en subirme; él me puso el cinturón de seguridad y después de subirse, encendió el auto y comenzó a conducir hacia su restaurante favorito.

—Minho, te pediré que te cases conmigo durante una ceremonia que podemos organizar juntos, ¿qué piensas al respecto? — me preguntó mientras conducía.

—Me parece una excelente idea.

—También tengo que hablar con tú padre para dejarle claro que su hijo menor ha logrado atraparme.

—Él estará feliz de dejar ir a un gran problema— me reí.

—No lo creo.

—Verás que sí. Él y mis hermanos casi se quedan calvos gracias a todos los problemas en los que me involucro.

—A mí me gusta mucho eso.

—¿La calvicie?

—No, me gusta tener un omega que no se deja y siempre buscara la manera de defenderse y de no doblegarse ante nadie.

—Nunca olvides eso— le advertí.

—No lo haré— me aseguró tras tomar mi mano entre la suya.

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Entramos al restaurante y caminamos tomados de la mano hacia una de las mesas que se encuentran desocupadas. En estos momentos me siento bastante superior a todos puesto que tengo al mejor alfa que pueda existir y nadie va a poder quitármelo porque nosotros nos amamos con todo el corazón.

—¿Desean algo de tomar? — nos preguntó una linda omega que no despegó su mirada ni un segundo de Chan.

—¿Podrías traernos el mejor vino del restaurante? — le preguntó Chan.

—Por supuesto. ¿Desea algo más?

—Yo deseo algo más— dije por lo que la chica dirigió su atención a mí, así que, dije con tono serio—: Deseo que dejes de comerte con la mirada a mi alfa.

—Lo siento— dijo la chica y me quedó claro que no lo ha dicho en verdad. —Ahora vuelvo con el vino.

—¿Qué me ves? — le pregunté a Chan tan pronto nos quedamos a solas.

—Me agrada bastante el hecho de que eres muy directo.

—No tienes ni la menor idea de lo molesto que me siento cuando no dejan de comerte con la mirada, pero sé que no es su culpa ya que eres bastante atractivo y es difícil no mirarte con hambre— me quejé.

—Bebé, eres bastante lindo cuando estás celoso.

—Lindas mis bolas— murmuré.

—Muero a causa de lo tierno que eres— dijo con sarcasmo.

—Vete al demonio.

—Lino lindo.

Sé que debo acostumbrarme a esta nueva etapa, pero me cuesta demasiado trabajo dejar a un lado mi verdadera naturaleza que siempre sale a la luz, sin embargo, me siento tranquilo porque Chan me ha confesado que le gusta mi manera de ser.