AIDEN
Estaba frente a Dogstar cuando la limusina se detuvo y Sienna se bajó.
Saludó con la mano a los demás ocupantes y se dirigió de cara a mí. Afortunadamente, no había ninguna cámara ni periodista a la vista.
La agarré de las manos en cuanto la limusina se perdió de vista.
- Dime qué pasa ahora mismo, Sienna. No me hagas esperar ni un segundo más.
Sacudió la cabeza.
- Siento haberte preocupado. No es gran cosa. Bueno, quiero decir. En cierto modo lo es...
- ¿Sienna? —ahora más que nunca me estaba preocupando de verdad.
- ¿Podemos entrar, por favor? Hace frío.
La cogí de la mano cuando entramos en la hamburguesería. Sus dedos cran como el hilo.
Me los froté entre las manos, dándome una patada mental por haberla abandonado una vez más.
Y para nada. El estúpido lodo había resultado ser un callejón sin salida.
El anfitrión nos llevó a una cabina y yo me coloqué al lado de Sienna.
Me miró y luego desvió la mirada.
Con un esfuerzo de voluntad, no la presioné. Sólo esperé.
Deslizó sus dedos por los míos, viendo cómo nuestras manos se entrelazaban al hacerlo,
- Tuve este... problema... el otro día. En el festival —dijo. Mantuve la boca cerrada, escuchando—. Salí a tomar el aire. Necesitaba un descanso —Sienna no me miraba, mantenía los ojos fijos en la mesa—. Y pensé que tal vez una carrera ayudaría, pero cuando traté de transformarme... no pude.
Parpadeé.
- ¿No pudiste?
Asintió con la cabeza y me miró a los ojos.
- Pero Hahn dice que estoy bien. Es sólo temporal, por el estrés y todo eso. Del ataque. Es como... un pequeño trastorno de estrés postraumático.
Mi corazón se encogió. Ese maldito vampyro bastardo va a pagar.
Le arrancaría un miembro a ese cabrón por lo que le hizo a mi compañera.
Sienna respiró profundamente volviendo a mirar hacia la mesa.
- Pero eso no es todo lo que comprobó.
La ira había llegado a su punto álgido en mis venas, pero al oír sus palabras, me detuve.
- Tu madre hizo un comentario, sobre cómo la gente se queda embarazada durante la Bruma. Y luego Michelle como que se unió, y empecé a ponerme nerviosa porque quiero decir... hemos sido sexualmente activos...
Ella seguía sin encontrar mis ojos.
- ¿Y le pediste a Hahn que viera por qué no lo estás? —adiviné.
Con una lenta inclinación de cabeza, dijo.
- Lo hice.
- ¿Y qué encontró?
- Eso es lo más preocupante —dijo Sienna.
- ¿En qué sentido?
Sienna tragó, y luego levantó sus hermosos y claros ojos azules llenos de lágrimas para encontrarse con los míos.
- Existe la posibilidad de que sea estéril.
JOSH
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Lobos milenarios (libro 3)
WerewolfHola queridos/as lectores/as!!!! Me llamo Noah y este es el tercer libro de lobos milenarios. Como ya dije en el primero y segundo, esta historia no es mía, es de Sapir Englard, y me gustó tanto que quiero compartirla con todos/as vosotros/as!! Po...