Capítulo 8. Si quieres que algo se haga bien...

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AIDEN

- ¡Mierda! —siseé, mirando a Josh.

Estaba de pie, desnudo, frunciendo el ceño hacia mí.

- Tenía todo esto controlado —dijo con los dientes apretados.

- Aquí no —espeté, saliendo del bar.

Josh me siguió mientras me dirigía al maletero de mi BMW, donde siempre guardaba un par de mudas de ropa.

- Probablemente están mintiendo —dijo Josh mientras le lanzaba una camisa—. Probablemente Bobby Turner siga dentro del bar. Se mostraron poco cooperativos desde el momento en que llegué —dijo mientras su cabeza asomaba por el cuello de la camiseta.

- ¿En serio? —dije—. ¿Alguna idea de por qué podría ser?

Josh hizo una mueca.

- Los humanos deberían saber que no hay que ponerse chulos con el Beta de la maldita manada.

Y mi Beta debería saber hacer algo mejor que actuar como un cachorro arrogante... Tengo problemas más importantes que tratar que su ego.

Mordiéndome la lengua, lo empujé hacia el bar.

Una mujer vestida de cuero y con el pelo rubio oxigenado me miraba desde una mesa.

Me tomé un momento para imaginarme cómo sería Sienna si no llevara nada más que una chaqueta de moto.

La Bruma me tiró de la ingle, pero me obligué a sacudirme la imagen mental.

Tenía un trabajo que hacer.

Me acerqué al calvo camarero y le tendí un billete de cincuenta.

- ¿Tienes alguna información sobre dónde puedo encontrar a Bobby Turner?

El camarero cogió el dinero con una mueca de desprecio y agitó una mano en dirección a la mesa de billar.

- Habla con Wrenchhead —dijo—. El tipo de la chaqueta de cuero roja.

Con Josh detrás de mí, me abrí paso por el bar.

El hombre de la chaqueta de cuero roja tenía una barba de cinco centímetros. Su pelo castaño era fibroso y crecía a capas.

Estaba cuidando un vaso casi vacío de whisky de centeno.

- ¿Wrenchhead? —pregunté.

- En carne y hueso —dijo, mostrando un gran hueco entre sus dos dientes delanteros.

- ¿Sabes algo de Bobby Turner? Estaba cazando a un vampyro que se llama Konstantin.

La boca de Wrenchhead se torció como si hubiera chupado un limón.

- Bobby estaba dolorido por culpa de ese vampyro.

- ¿Dolorido? ¿Cómo es eso?

- La esposa de Bobby murió hace tiempo. El vampyro le hizo verla como si estuviera viva y bien, sólo que luego le hizo ver otras cosas y Bobby no quiso decir qué.

Hice una mueca de dolor.

Wrenchhead me lanzó una mirada calculadora.

- Ese vampyro merece morir —el rostro de Wrenchhead se ensombreció—. En cuanto a Bobby, todo lo que sé es que dijo algo sobre dirigirse al oeste.

- Oeste —me hice eco—. Vaya ayuda.

Wrenchhead se encogió de hombros, claramente sin querer divulgar más detalles.

Lobos milenarios (libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora