Lobos milenarios (libro 3)

Capítulo 10. Chicago no

AIDEN

Aiden: "Sienna, cambio de planes"

Sienna: "¿No vas a ir?"

Aiden: "Lo siento, cariño. Ahora es Chicago, no Columbus"

Sienna: "¿Por qué?"

Aiden: "Larga historia. Cámara de tráfico... el tipo al que persigo... Te lo explicaré todo cuando llegue a casa, que espero que sea pronto. Te echo de menos"

Sienna: "Yo también te echo de menos. Gracias por escribirme. Vuelo seguro 😘😘😘"

SIENNA

A las diez me encontré con Michelle, Mónica y el fotógrafo de Mónica, Curtis (creo que se llamaba) a las puertas del centro comercial Regency Cove.

Íbamos de compras para el "Festival de la Llama".

No era exactamente el tipo de compras que tenía en mente cuando hablaba con Aiden, pero supuse que tendría que servir.

Al acercarme a ellos, cuadré los hombros.

Mi primera prioridad era asegurarme de que esa gente del espectáculo no se aprovechara de Michelle.

Pero mejorar mi imagen como compañera del Alfa tampoco sería tan mala idea.

Decidí esperar lo mejor.

- Hola —saludé a Michelle—. Te ves muy bien.

Llevaba un maxi vestido marrón de Vera Wang con una abertura en una pierna.

Yo, en cambio, iba en jersey y vaqueros.

Una de nosotras iba definitivamente más adecuada para la vida de los famosos.

La mirada de Michelle al hacer uno de sus repasos a mi traje no hizo más que confirmarlo.

- Oye, al menos así, la cámara te querrá aún más en comparación —dije riendo.

Michelle puso los ojos en blanco, pero me sonrió.

- Bueno —dije—, ¿comenzamos?

- Oh, tenemos que esperar un minuto más —dijo Mónica—. Hay otro miembro que se une a nuestro pequeño equipo.

Pensé que se refería a un técnico de sonido o algo así, pero entonces se acercó una elegante mujer afroamericana.

Era Blair King.

Por supuesto. Era otra "compañera" de la Manada de la Costa Este, emparejada con Nelson King, Jefe de Bienestar Social.

Me gustaba Blair, pero su elegante porte podía ser intimidante. Sin tener la culpa, siempre me hacía sentir como una niña jugando a los disfraces.

Vi a Michelle mirando con envidia el vestido Chanel de Blair.

Seguro que ahora aprecia mi falta de sentido de la moda, pensé con ironía.

- Sienna, Michelle, qué alegría veros —dijo Blair con una cálida sonrisa.

Extendió sus manos y cada una tomó una para apretarla.

Todo el mundo intercambió besos al aire; todo esto se estaba filmando.

Hasta ahora todo iba bien. Excepto que sentía que no recibí el memo sobre las etiquetas de diseño.

- Entonces, ¿el Festival de la Llama? —dijo Blair, levantando las cejas hacia mí—. Estoy sorprendida. No recuerdo la última vez que oí que una manada lo celebrara.