Capitulo 20

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Lentamente fuí abriendo los ojos, me tomó unos segundos despertarme bien para notar que bicho feo no está en la cama.

Me estiró perezosa como un gatito que recién se despierta de su sueño. Me levanto y me quedó sentada mirando un punto fijo sin razón alguna. Desde que ya no estoy más en el ejército o en alguna misión a la qué me mandaban con mis compinches me eh vuelto más vaga, lo único que hacía era salir a correr y saltar en picada por el risco para ver a mi querida Misha y a sus hermanitos y a la mami de ellos.

Dejando de hacer la vagancia me levanto y me dirijo al baño rascándome una nalga ruidosamente.

Al entrar al baño lo primero que hago es mirarme al espejo, me encuentro con el reflejo de una chica con un nido de aves en la cabeza y con su mejor cara de no querer siquiera tener vida. Tomó un cepillo y le pongo el dentrifico comenzando a lavarme los dientes. Después me lavo la cara y para despertarme mejor me meto debajo de la ducha no sin antes desvestirme.

Presionó la pantalla que controla la ducha liberando la lluvia artificial, suelto un suspiro placentero mientras mí cuerpo se estremece por unos segundos al contacto del agua contra mí piel caliente por estar recién levantada de la cama.

Terminó de ducharme y agarró una toalla que estaba colgada y la envuelvo al rededor de mí cuerpo. Salgo del baño llendo al armario para buscar que ponerme.

Me decido por otro vestido negro con unos zapatos igual de negros.

Me decido por otro vestido negro con unos zapatos igual de negros

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Si fuera por mí andaría desnuda pero al saber que Uxmal está cerca de su celo me hace desistir de mí decisión, por las dudas

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Si fuera por mí andaría desnuda pero al saber que Uxmal está cerca de su celo me hace desistir de mí decisión, por las dudas.

Me miró al espejo y me dejó el pelo suelto para que se me seque bien. Por suerte el zapato no era tan incómodo de usar pero lo que yo me preguntó es.. ¿Cómo chingaos no puede haber una puta zapatilla o unos pantalones y camisetas? Hay puros vestidos y zapatos de todas las clases pero no hay ni rastros de zapatillas, lo más importante para una mujer militar que anda a pata limpia o con unas buenas zapatillas cómodas.

Suelto un suspiro de tristeza por no tener zapatillas, negando con la cabeza salgo de la habitación para ir a prepararme algo para comer. Al llegar a la cocina, me dirijo a una especie de refrigerador extraño y dos veces más grande cómo todo en esta nave. Trato de averiguar cómo se abre usando las pocas neuronas que me quedan para resolver el gran acertijo frente a mí.

El Pinche Depredador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora