— ¿Que haces tú aquí y encima, en mi cama?.– preguntó hostil.
El jugaba con uno de sus cuchillos desinteresado.
— Yo tampoco estoy contento de tener que compartir mi espacio con una Ooman débil y la cama no es tuya sino MÍA.– apreté la mandíbula con rabia.
— La cama la Vi yo primera y además, me acosté antes en ella por lo tanto, mi olor está impregnado en la cama y la puedo reclamar como mía.– parecía niña pequeña peleando por un juguete pero en éstos momentos solo quería llevarle la contraria o en el mejor de los casos, molerle la máscara a golpes.
El por fin se digna a voltear a verme, se queda unos minutos quieto y silencioso mirandome.
— ¿Que tanto me ves?¿Acaso te gustó?.– pregunto sonriendo y hablando altanera.
— Sólo estoy viendo tu horrenda cicatriz.– fruncí el seño indignada.
— Mi cicatriz no es fea, es un tatuaje en mi piel que cuenta una historia y si no te gusta, voltea los pinches ojos a otro lado pendejo.– el bufo para luego levantarse y caminar hacía a mí.
— Las hembras de mí tribu se ven hermosas con o sin cicatrices, a tí te queda como si hubieses tenido un triste accidente que no vale la pena contar porque darías lastima.– el paso de largo entrando al baño cerrando la puerta.
No voy a negar que eso si logro herirme, desde que me hice está cicatriz, mi autoestima fué decayendo causando que no quiera usar nada corto para que no noten mi cicatriz.
Con rabia, tomé una mochila y empecé a guardar ropa, cuando terminó, salgo de la habitación hacía la compuerta de salida, al llegar a está no se habré, confundida empecé a buscar maneras de abrirla pero es prácticamente inútil.
— ¿Ahora Dónde te quieres ir?.– me volteo sorprendida.
El estúpido esté tiene una toalla atada a su cadera tapando su hombría, de la cadera para arriba no tiene nada dejando ver su torso bien trabajado, gotitas de agua se deslizan por sus pectorales eh inconscientemente, sigo con la mirada el camino de la gotita, esté pasa rodando sobre su tetilla izquierda y baja más y más pasando por los cuadritos de su estómago y finalmente acaba su camino en la toalla.
— ¿Que tanto me ves?¿Acaso te gustó?.– repitió mis palabras con burla.
Sentí como mis mejillas se calentaban por la vergüenza de ser atrapada y como no me Hiba a atrapar viendo la gotita si seguro ni siquiera disimulé.
— Solo te veo y luego pienso que el primer bicho es más honorable y por sobre todo, más amable que tú.– esté se acercó a mí con rapidez.
No retrocedi un centímetro, el se detuvo delante mío pero muy cerca, tanto que nuestros cuerpos se rozan.
— ¡No me compares con esos idiotas que no pueden luchar contra mí solos o sin armás!.– gruño enojado.
— ¿Ves que no es lindo que te comparen con alguien más que es mejor que tú?.– el se quedó en silencio, seguramente pensando en lo que me dijo antes.– Ninguno de los dos quiere estar con el otro y menos querer tener hijos pero no tenemos de otra así que -.
— ¿Que cosa?¿Tener hijos?.– pregunto entre sorprendido y confundido.
¿El se está haciendo el estúpido o que?.
— No te hagas el bobo, tu seguro ya sabías de ésto mucho antes que yo.– dije irritada.
— Te juro que no sabía y no sé nada.– un silencio se formó entre nosotros.
Yo solo atine a abrir los ojos cómo platos sorprendida, por eso decía que porque me habían traído a pelear con el y por eso me perseguía para matarme, a el no le informaron del experimento esté de crear una nueva raza.
— Pues toca que llames a los otros y les exijas una explicación. – si no se lo dijeron será por una razón, así que yo no perderé mi tiempo en explicarle.
Trato de rodearlo para irme a la habitación a dormir pero el estúpido me agarra del brazo.
— ¿A dónde Crees que vas? Tu me explicaras lo que está pasando ahora mismo.– dijo como orden.
Molesta, de un estirón brusco me safe de su agarre.
— Tú no eres nada más que un idiota desinformado para mí así que no me vengas a ordenar mala sangre.– empecé a correr modo “Patitas pa'que las quiero”.
El otro de inmediato empezó a perseguir me como toro enojado tratando de cornearme, llegó a la habitación dónde tenía guardado las armas, entro y presionó un botón que hace que la compuerta se cierre con rapidez dejándolo fuera.
— ¡Ja! Trata de entrar ahora.– sonreí victoriosa relajándome.
La compuerta se vuelve a abrir en menos de un minuto, me quedé estupefacta. ¿¡Como carajos se volvió a abrir la compuerta!?¡¡Creí que solo se abría desde dentro!!. Por la entrada se veía la silueta de bicho este y tenía los puños apretados, lentamente empezó a caminar hacia mí.
— ¡Holaaa! ¿Cómo estás galán?¿Bien?.– mis palabras salían con un leve temblor mientras retrocedia intentando no quedar acorralada.
El no respondió, solo siguió acercándose igual de lento, como si el fuera un depredador y yo su presa apunto de ser atacada.
— O-yee deja de hacer lo que estás haciendo ¿Quieres?.– intentaba hacer que mi voz saliera seria y segura pero eso costaba mucho.
Mi espalda choco contra un estante lleno de cuchillas muy bien afiladas, una de ellas corto en el medio de mi hombro y cuello. De inmediato agarró una pero una mano más grande que la mía aprisiona mí muñeca y empezó a torcer la con fuerza haciendo que suelte un quejido de dolor involuntario pero no solté el cuchillo.
Intenté darle un puñetazo en la máscara pero el interceptó mi golpe a medio caminó, su mano cubría completamente mí puño haciéndolo ver cómo algo insignificante ante el de verdad.
Le dí una fuertísima patada directo en sus bolas haciendo que suelte un gruñido de dolor, el con un cabezazo logro mandarme al mundo de los sueños.
No otra vez.
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El Pinche Depredador.
Ciencia FicciónShaan es una mexicana militar de clase élite que perdió a su madre a una temprana edad gracias a la guerra que estalló con E.U (Estados Unidos) ya que ella es la mejor de todos los soldados mexicanos, la mandan a una misión de protección a una de la...