Capítulo 23🥀

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Willow

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Willow

La puerta es abierta, o, mejor dicho, destruida de una patada y me levanto apresuradamente buscando por dónde me puedo escapar para que la policía no me atrape. Sé que ir a la cárcel es lo que me merezco luego de haber matado a alguien, pero como a nadie en realidad, no me gustaría pasar toda mi vida encerrada detrás de unos barrotes sin esperanza.

Mis ojos se nublan y me repito lo mismo que he dicho desde que llame a Alexey:

Solo fue un accidente.

Solo fue un accidente.

Solo fue un accidente.

Lo menos que quería era terminar con su vida porque esa maldad no está en mí.

Es por eso que...

—Willow—una mano fuerte me toma del brazo reteniéndome en mi lugar y aunque el instinto de patear y gritar sale a flote lo contengo al darme cuenta de que es simplemente Alexey.

No simplemente.

Después de todo no todo el mundo viene a la escena de un crimen cuando es llamado por ayuda de parte de una ahora asesina. Ay voy a comenzar a hiperventilar. Soy una asesina.

Yo que no tengo el valor ni de matar una cucaracha.

Oh Dios.

Oh Dios.

He mandado todo el futuro increíble que tenía en mente y...

—Estoy aquí, tranquila—una vez más me muestra lo impredecible que puede ser.

Su cuerpo se tensa cuando lo abrazo y me muerdo el labio frustrada porque por más que quiero llorar y gritar para dejar salir la euforia que arde en mi cuerpo: nada sale. Por más que quiero desgarrar mi alma en llanto, no puedo hacerlo y es algo sumamente insoportable. Tal vez es porque Travis y yo no compartimos tanto como lo hice con Morgan o simplemente porque era un drogadicto toxico de mierda que solo venía a buscar dinero cuando lo necesitaba y no hacía más que provocarle dolor a mi amiga.

Morgan... mi pecho se aprieta y por fin una lagrima solitaria rueda por mis mejillas.

Por más que Travis haya sido un problema para su familia y principalmente para ella; lo sigue amando y es por eso que sé que después de esto estoy más que segura de que no querrá verme nunca más. Estoy segura que nuestra hermandad quedara en el pasado porque por más que seamos mejores amigas, la sangre pesa más que el agua.

Miro mi casa que esta vuelta un desastre y me limpio la mejilla.

Justamente tenía que pasar esto ahora.

Cuando todo comenzaba a mejorar para mí.

Cuando pensaba que podría cumplir con todos los sueños que tuve y que, aunque me casaría con un hombre del que apenas se su nombre, por lo menos estaba segura de que él no me haría daño porque me ha demostrado que puedo sentir seguridad a su lado.

El Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora