—¡George, baja a comer!— gritó su padre para que el castaño lo pudiera escuchar.
—¡Ahora voy!—
George dejo de escribir en su cuaderno y lo cerró para después acomodarlo en su escritorio. Más tarde podría continuar con su tarea, por ahora tenía que bajar a comer.
Bajo las escaleras y se encontró con su papá que ya lo estaba esperando para que los dos pudieran comer juntos.
George busco con la mirada a su mamá, ella no estaba ahí, pero se supone que hace unas horas atrás ya había llegado a casa.
—¿Dónde está mamá?— pregunto mientras se sentaba.
—Llego muy cansada del trabajo, así que está durmiendo. Más tarde le llevaré la cena—
El castaño no hizo más preguntas y se dispuso a comer en silencio junto a su padre. Pero no fue hasta que él hablo.
—¿Cómo estuvo tu día?—
George lo miro extrañado, él nunca hablaba durante la cena, solo lo hacía en ocasiones donde se lo pedían, pero solo eso.
—Como todos los demás. Bien, ¿y el tuyo?—
—Igualmente estuvo bien, aunque un poco estresante porque hoy tuve más trabajo de lo normal—
Su papá trabaja en una fábrica de dulces, el se encarga de supervisar que los dulces estén bien hechos. Eso suena como un trabajo genial que todo niño desearía que su padre tuviera, y más porque podías obtener muchos beneficios de ello, pero para George no es así. A él le daba igual eso, de todas formas nunca podría visitar el trabajo de su padre ni mucho menos poder comer algún dulce por parte de él.
—Supongo que tú también estás cansado— dijo con desánimos por nunca poder tener la atención de esté.
—Un poco, pero quería cenar contigo, por eso me tome el tiempo de hacer la comida para los dos—
George sintió una chispa de alegría en su corazón. Ahora se daba cuenta que cuando su madre no estaba, él y su papá tenían mejor comunicación y hablaban de muchos más temas.
—Gracias papá— dijo George quien lo miraba con una sonrisa.
—Soy tu padre cariño, y un padre tiene que pasar tiempo con su hijo— contesto igualmente con una sonrisa.
Los dos se mantuvieron hablando de diferentes temas, haciendo que el castaño se sintiera muy bien por pasar un poco más de tiempo con su papá.
-
La señora Davidson se encontraba en la habitación de su hijo. Ella mintió acerca de que estar cansado, lo hizo para poder saber que escondía George.
Ella hace un par de días no se trago la mentira que el castaño le había dicho, claramente noto su nerviosismo y supo que su hijo le estaba mintiendo, pero quería saber cuál era el motivo por el que lo hacía.
Su hijo jamás le mentía, pero aquel día lo noto raro y solo despertó un interés en ella. Ella tenía que conocer todo sobre su hijo, siempre había sido así.
Se apresuró en empezar a revisar toda la habitación de su hijo, tenía que encontrar algo si o sí. Y así fue, mientras buscaba abajo de la cama de George, pudo notar como en la parte de arriba había algo verde que asomaba. Lo intento jalar pero no pudo, aquello estaba muy incrustado entre el colchón y la base. No tuvo otra opción más que tener que levantar el colchón.
Trato de hacerlo con el más mínimo ruido posible, logro sacar lo que sea que escondía su hijo. Al hacerlo se quedó demasiado sorprendida y decepcionada por George. Aquello que escondía no era nada más que una envoltura de gomitas. No tardó mucho para que aquella decepción y sorpresa se convirtieran en enojo, enojo por saber que su hijo se había atrevido a mentirle y sobre todo romper una de sus reglas más importantes que era nunca comer dulces.
Salió furiosa de la habitación para empezar a bajar las escaleras, ella necesitaba una explicación del por qué lo había hecho.
—¡George Davidson!— gritó muy molesta desde la entrada de la cocina.
George se sobresalto del susto por escuchar a su madre gritarle de esa forma, ella jamás lo hacía.
—¿Qu-que sucede?— pregunto mientras dejaba de comer.
—Me puedes explicar ¡¿Qué hacías con esto?!— dijo mientras dejaba ver la envoltura de gomitas.
George palidecio al verla, se supone que las había escondido bien y ella no se daría cuenta, a menos de que haya entrado a su habitación y revisara todas sus cosas.
—Yo no se cómo llegó eso ahí—
—¡No me mientras! ¡Dime cómo conseguiste esto!—
El castaño empezaba a entrar en un estado de pánico por no saber que responder, no podía decir que había conocido a un chico el cuál se había convertido en su amigo y ahora le traía dulces todos los días, si decía eso sabía que jamás volvería a ver a Dream.
Su papá noto esto y tuvo que intervenir. —Tal vez estás siendo un poco exagerada con todo esto, quizás George tenga razón y no... — sus palabras fueron calladas por su esposa.
—¡Cállate! ¡Seguramente tu fuiste el que se las dió! ¡Eres realmente un mal padre!—
—¡YA BASTA MAMÁ! Papá no me las dió, yo las conseguí por mi cuenta, y por favor, deja de revisar mi habitación sin mi permiso— eso fue todo lo que dijo George para subir a su habitación molesto, dejando su plato de comida a medio terminar.
Azotó fuertemente la puerta de su habitación, estaba molesto y harto de siempre seguir estúpidas reglas que no lo dejaban disfrutar su vida, tal vez lo que Dream le había dicho tenía razón, no siempre su madre podía estar vigilandolo.
Escucho como alguien tocaba la puerta de su habitación, claramente era su mamá, pensó que estaba aquí para disculparse y hablar con el, pero no.
—Estas castigado, George. No tomarás tus clases de pintura hasta que mejores tu comportamiento y pienses en lo que acabas de hacer— dijo su madre para después marcharse.
—¡Te odió!— gritó con enojo porque le había prohibido lo que más le gustaba, pero rápidamente se arrepintió.
Se estaba comportando muy rebelde. Nunca había actuado así, ni mucho menos le decía ese tipo de cosas a su mamá, no sabía porque lo hacía. Cómo hace un par de minutos atrás lo que le había dicho. Pero algo dentro de el se estaba agotando de todo, tarde o temprano llegaría a su límite.
De todas formas tendría mucho tiempo para pensar, de todas formas no tendría clases de su amada pintura durante un largo tiempo.
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Exterior. (Dreamnotfound)
Fiksi PenggemarGeorge es un chico que en su vida a conocido el mundo exterior como debe de ser, siempre lo han mantenido dentro de casa, sin dejarlo salir ni siquiera a la esquina. Su madre es muy sobreprotectora con él y desde pequeño lo a engañado diciendole que...