Day 1 7 - Kiss on the hand

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(🍑🍒)


Jay y Jungwon tenían un año y medio conociéndose por medio de las redes sociales. En época de pandemia, ambos estaban aburridos en casa y comenzaron a buscar nuevas formas de distracción. El par de pelinegros se había conocido a partir de una discusión muy larga en Twitter sobre Harry Potter, en donde había personas que defendían a muerte a Dolores Umbridge y bueno, ellos no se iban a quedar callados.

Unieron fuerzas para demostrarle a esa persona con una grave falta de argumentos que esa señora no era más que una bruja desgraciada. Como se cayeron bien, siguieron conversando por interno en la aplicación. Después de un par de días se dieron cuenta de que aquella forma de comunicarse era bastante dificultosa, así que intercambiaron teléfonos y se comenzaron a escribir por KakaoTalk.

Las conversaciones se hacían cada vez más largas y profundas, se contaban sus problemas y disfrutaban de su compañía, puesto que ambos estaban encerrados en sus casas gracias a la pandemia. Poco a poco, sus actividades fueron incrementando. Hacían llamadas que duraban largas horas e incluso habían pasado todo un día entero viendo la saga que los unió. Al pasar de los días, ambos chicos comenzaron a desarrollar sentimientos más allá del amor por Harry Potter y la amistad.

Aquella emoción cuando llegaba un mensaje del otro era algo que muy obviamente, no tenía una persona que no siente nada por otra. Solo fue cuestión de tiempo para que ese par de adolescentes quedaran completamente enamorados.

Aquel era un bonito y soleado treinta y uno de Octubre, fecha en la que habían acordado conocerse, Halloween, ¿Por qué no?. No vivían muy lejos, por lo que se les hacía fácil encontrarse. Ese acontecimiento tan esperado por los dos no se había llevado a cabo aún puesto que ninguno estaba muy seguro de que aquella fuera una gran idea, pero los amigos de ambos los empujaron a que sucediera de una vez por todas.

Por eso Jay estaba ahí, extremadamente nervioso, en la entrada de la feria, disfrazado de Star Lord. Jugaba ansiosamente con su pierna, mientras que el estómago se le revolvía de una manera impresionante. Estaba bañado en sudor frío y sentía que el corazón se le iba a salir del pecho en cualquier momento. Estuvo a punto de salir corriendo, pero observó cómo a lo lejos llegaba un pequeño chico disfrazado de Katniss Everdeen y sintió como el alma se escapaba del cuerpo.

El largo cabello negro del menor estaba recogido en una imperfecta trenza de lado, mientras portaba el famoso uniforme que la muchacha utilizaba en Sinsajo, primera parte. Jungwon miraba hacia todos lados con ansiedad, esperando toparse con Jay. Cuando lo divisó en la entrada, tan guapo como en su foto de perfil y las imágenes que le mandaba siempre, el corazón se aceleró aún más.

Sus manos comenzaron a sudar y temblar, teniendo dificultades para cargar con el arco y flecha. En ese momento, toda prenda que llevaba encima comenzó a apretar. Quizá no había sido buena idea colocarse aquel sostén tan apretado, porque el aire le faltaba cada vez más, conforme se acercaba al chico de sus sueños.

Y estaban ahí, frente a frente, sin saber siquiera cómo habían logrado llegar hasta ahí sin desmayarse en el camino. Ninguno de los dos lograba sacar alguna palabra, simplemente estaban anonadados, como tontos enamorados mirándose fijamente, como si el mundo exterior no existiera y simplemente importaba el cómo sus ojos se encontraron y se mantenían la mirada sin titubear.

No pasó mucho tiempo para que Jungwon dejara caer la flecha que sostenía con la mano derecha, lo que logró que ambos salieran de su embelesamiento. Se agacharon para recoger el arma de juguete y se volvieron a levantar, apenados.

—M-mucho gusto, Jay. M-me a-alegro de p-por fin c-conocerte. —Inició el menor, extendiendo su mano hacia el más alto, rojo hasta las orejas. Jay vio su mano ahí extendida y la cogió.

—Lo mismo digo, Jungwonie. —Respondió, para hacer una leve reverencia y besar el dorso de la mano del más bajo, quien sintió a su corazón estallar en miles de estrellitas de felicidad. El contacto de sus manos era algo que seguramente lo iba a volver loco y necesitaría más de eso.

—¿E-entramos? —Preguntó, tratando de evadir el hecho de que lucía tal como un tomate.

—Por su puesto, vamos. —Respondió, entrelazando su brazo con el del cabello largo e ingresaron a la feria juntos, felices y nerviosos.

Porque a pesar de haberse conocido por internet, sus almas se mezclaron en el mismo momento en que intercambiaron palabras. No importaba ni la distancia ni sus alrededores; ese par de almas gemelas estaba destinado a estar juntos una vez más, en cada universo, en cada rincón del tiempo y espacio.

 No importaba ni la distancia ni sus alrededores; ese par de almas gemelas estaba destinado a estar juntos una vez más, en cada universo, en cada rincón del tiempo y espacio

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-Anne.

Halloween Memories [ᶠˡᵘᶠᶠᵗᵒᵇᵉʳ | ʲᵃʸʷᵒⁿ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora