Day 1 8 - Childhood Fantasy

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(🍑🍒)


Desde niños, muchas personas sueñan con la fantasía de ser princesas, futbolistas, corredores de carreras, mosqueteros o incluso dioses del Olimpo. Pero Yang Jungwon siempre fantaseó con tener una boda medieval exactamente la noche de Halloween. ¿Alguien podría culparlo? Su infancia estuvo llena de series, películas y libros que estaban ambientados en aquella época, cosa que siempre le fascinó.

Pero no, no quería que fuera una simple boda con temática medieval; él quería que incluyeran el factor de fantasía si o si, y Jay no se iba a negar ante los caprichos un tanto exagerados de su amado. En el momento en que el mayor se le propuso, Jungwon no pudo simplemente no pensar de inmediato en todas las cosas que quería para su boda, cosa que no le sorprendió al novio ni en lo más mínimo.

A veces Jay solía bromear con que Jungwon estaba más emocionado con la boda en sí que con casarse realmente; sabía que no era verdad, o le gustaba pensar que no lo era.

Ahora se encontraban allí, corriendo de un lado a otro, indicando lo que querían específicamente en el salón de fiestas. Se supone que los encargados que habían contratado debían encargarse de cumplir cada una de las especificaciones que Yang ordenaba, pero el muchacho no podía quedarse sentado en una silla de spa intentando relajarse, porque su mente solo le decía que solo él podía hacer bien aquel trabajo.

-¡Vamos, que parezca la casa de un Hobbit! -Exclamó el muchacho, agarrando el largo cabello en una coleta alta despeinada. Estaba lo que sigue de ansioso y con el estómago vacío. Jay, a su lado, solo podía verlo y negar con la cabeza.

-Cariño, no comes nada desde la mañana. Si sigues así, mañana ni siquiera podrás caminar al altar. -Reprochó, cogiendo un sandwich y un jugo de una de las mesas, cosa que había llevado para darle a su novio. Jungwon rodó los ojos y tomó el par de cosas.

Por toda la emoción, la ansiedad y el temor había dejado de comer, pero sentía que en cualquier momento se desmayaría si no probaba un bocado, así que eso hizo.

-Wonie, deberías irte a casa. Yo me quedaré un rato para ver que todo marche como lo acordamos e iré yo también. -Pidió al ver que su pequeño ya estaba cabeceando. Debían descansar bien para poder estar al máximo al día siguiente. El más bajo lo pensó seriamente unos segundos, hasta que por fin cedió. Se dieron un beso de despedida y Jungwon se fue directamente hacia su auto, en donde condujo sin problemas hasta su casa.

A la mañana siguiente...

-¡¿Por qué mierda decidí casarme en Halloween?! -Gritó, puesto que ya habían visitado más de tres spas, los cuales estaban terriblemente llenos. Gia y Apolline se vieron, preocupadas. Jungwon no paraba de soltar groserías y caminar en círculos. Estaba estresado y solo quería llorar.

-Jungwonie, tranquilo. Quizá la madre de Sunghoon pueda ayudarnos. Le llamaré a Jake. -Comentó la morena, sacando su teléfono y marcándole al muchacho. La señora Park solía tener un spa en su casa, así que quizá podría serles de mucha ayuda. Gia habló con el muchacho unos segundos y este le dio la dirección del hogar de los padres de su novio. -Listo, andando. La señora Park nos atenderá.

Los tres se subieron al auto de la mayor y se encaminaron a la lujosa casa de los Park. Al llegar, la madre de Sunghoon los atendió con toda naturalidad, siendo muy amable y cariñosa con el novio. Pasaron el día allí, preparándose para la gran boda que estaba por acontecer. Cuando el sol empezó a descender y el cielo se pintó de naranja, el novio se preparó para entrar en el vestido.

Se trataba de una enorme falda blanca, tan esponjosa como la de una princesa. Una blusa con mangas hechas de encaje y un corset bien ajustado, todo del mismo color de la falda. Se calzó un par de zapatillas blancas, las cuales lo hacían lucir como una bailarina. El largo cabello lo habían ondulado y llenado de flores y mariposas color perla. Jungwon no podía estar más fascinado con aquel estilo medieval. Para completar, le colocaron un par de orejas de elfo, las cuales maquillaron bien para que lucieran como si fueran de verdad.

El novio y sus damas de honor ya estaban listos, así que ahora solo debían partir hacia el bosque donde se realizaría la boda. En el auto, tuvieron que encender al máximo el aire acondicionado, puesto que el pelinegro estaba sudando excesivamente gracias a que los nervios se lo estaban comiendo. Se abanicaba con su propia mano, empezando a pensar si aquella en serio era buena.

Pero al llegar y ver cómo a lo lejos se encontraba toda la gente sentada en sus puestos asignados y su novio lo esperaba pacientemente en el altar, todas esas preocupaciones desaparecieron. Caminó al altar tomando el brazo de su padre, hecho un mar de nervios. Las luces colgantes lo estaban empezando a marear y el hermoso arco de flores y hojas pareció su único punto de salvación. Al llegar frente a su novio, observó hacia el público. Todos estaban vestidos como si formaran parte del Señor de los Anillos y sonrió, satisfecho por haber cumplido su sueño.

La boda se llevó a cabo de forma exitosa y pacífica, exceptuando por el hecho de que Riki, disfrazado de Gandalf, dejó estallar una serie de fuegos artificiales bastante elaborados. El par de esposos se espantó, al igual que todo el mundo, pero al ver como aquella luces estallaban en el cielo haciéndolo ver como una imagen irreal, decidieron que estaba bien.

La fiesta se celebró en una choza sin paredes enorme que se encontraba no muy lejos del sitio de la ceremonia. Estaba decorada tal cual siempre lo había deseado, lleno de flores, frascos y cosas extrañas.

-Gigi, ¿Qué es eso? -Preguntó el menor, apuntando hacia un libro que se encontraba cerrado en un atril. No recordaba haber pedido aquello como parte de su decoración, así que se acercó.

-Este es mi regalo para ti, amor mío. En este libro escribiremos nuestra historia, quienes fuimos, quienes somos y quienes seremos juntos. Fuimos hechos para estar juntos, para amarnos cada segundo en que vivamos. Y aunque esté muerto, mi alma jamás dejará de amarte y en la siguiente vida prometo encontrarte de nuevo, una y otra vez. Porque tú, Yang Jungwon, eres por quien dejaría el mundo arder con tal de verte feliz.

-Anne

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-Anne.

Halloween Memories [ᶠˡᵘᶠᶠᵗᵒᵇᵉʳ | ʲᵃʸʷᵒⁿ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora