Halloween Memories [ᶠˡᵘᶠᶠᵗᵒᵇᵉʳ | ʲᵃʸʷᵒⁿ]

Day 1 2 - A is injured and B take care of him

Jungwon estaba en clase de educación física. Era la última hora y sentía como el sudor le corría por todo el cuerpo sin cesar. Odiaba aquella clase, puesto que era humillante y, según él, innecesaria. A penas estaba en tercer año de secundaria, por lo que faltaban solo dos años de tortura.

Las veinte vueltas al gimnasio que realmente parecían cien, por fin habían terminado y el pelinegro no podía estar más feliz por eso. Estaba descansando, poniendo las manos en sus rodillas, intentando recuperar el aliento.

—Vamos, Wonie. El profesor te va a regañar si sigues ahí parado. —Comentó Apolline, quien se mantenía trotando y completamente seca. El mayor le echó una mirada de fastidio. La rubia era excelente en aquella materia y no podía evitar sentir envidia de su resistencia.

Cuando pudo mantener la respiración, se levantó, casi pidiendo que la tierra se lo tragara al ver a su mejor amigo sentado en las gradas, observándolo. Jay había salido hacía unos minutos de su última clase, por lo que decidió esperar al menor en la cancha para acompañarlo en su casa, puesto que sus padres habían salido del país por un viaje de negocios hacía un par de días y no le gustaba ir solo a casa.

Jay lo saludó con una gran sonrisa y la mano en el aire, cosa que imitó el menor, pero con más una mueca de dolor que una de felicidad. Si, estaba feliz de que su mejor amigo estuviera allí, pero eso dejaba de ser divertido cuando estás perdidamente enamorado de esa persona.

El muchacho, con las mejillas sonrojadas, se giró para seguir a Apolline e ignorar el hecho de que la persona que menos quería que lo viera haciendo el ridículo y tropezarse con sus propios pies. Jay y Jungwon habían sido mejores amigos desde la primaria, aquel día en que el menor estaba sentado esperando a su madre y Jay no tenía nada que hacer. Desde ese instante en que sus ojos se encontraron, no pudieron apartarse el uno del otro.

Ninguno se había decidido a al fin declararse, por lo que estaban allí, fingiendo que no sentían nada más que cariño fraternal por el otro. Jungwon llegó junto al resto de sus compañeros, quienes estaban calentando con bastante energía. Bufó y lloriqueó por unos segundos, hasta que se paró junto a la rubia, su única amiga de su edad. Siguió con flojera cada una de las indicaciones del viejo, calvo y gordo profesor, porque ni siquiera se dignaba a explicarles de manera práctica, sino que les "enseñaba" desde los bancos, tomando una gaseosa bien fría.