Day 3 O - Social Media

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Jungwon suspiró una vez más, cambiando de Tik Tok. Estaba en su casa, aburrido, sin nada qué hacer. Sus padres habían salido de fiesta de Halloween adelantada y él tenía quedarse en su casa, aburrido, cuidando de Maeum, enfermo y viendo sus redes sociales.

Ah, las redes sociales. Esas cosas que te consumen en tiempo y espíritu. El lugar en donde todos quieren ser el mejor pero nadie realmente quiere aportar algo bueno a la sociedad. Y por culpa de todo lo que él veía, era que sus inseguridades crecían cada día más.

Los chicos y chicas de internet se veían tan perfectos que él se sentía diminuto en comparación a ellos. Tenía lujos, caras hermosas y vidas perfectas. En ese momento en especial, cada app que abría estaba colapsada de personas teniendo un fin de semana de Halloween fenomenal mientras que él no se podía ni mover de la cama sin ayuda porque tenía una pierna enyesada.

Se había caído de las escaleras en su escuela el día anterior, y ahora estaba ahí, queriendo volver a caerse para que esta vez no fuera solo su pierna. Probablemente, Jay, su novio, estuviera en alguna fiesta o haciendo algo divertido. No le podía pedir que arruinara su Halloween quedándose con él porque no podía salir, así que por mucho que le doliera, lo dejó libre aquel fin de semana.

Pero Jungwon no podía pasar ni una publicación en donde la gente no dijera lo mucho que se estaba divirtiendo y cometiendo estupideces. Cada vez eran mayores los celos que el pequeño muchacho sentía y sin darse cuenta, lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

Estaba harto de que todo el mundo pudiera hacer lo que quería, que sus vidas fueran tan perfectas, y él solo ser un espectador más. No lo quería admitir, pero estaba realmente furioso con el hecho de que su novio haya aceptado la propuesta de festejar Halloween por su cuenta. Cuando lo dijo, pensó que Jay le diría que no fuera tonto y se dejara de cosas raras; pero eso jamás sucedió.

Dejó caer el teléfono al suelo por accidente, lo que fue el detonante para que esas escasas lágrimas que habían escapado de sus ojos se multiplicaran y enterrara su cara en la almohada.

Pero unos golpes en la ventana le arruinaron el momento de drama. Habían piedritas golpeando los vidrios, cosa que le pareció extraña. Se arrastró como pudo al otro lado de la cama y cogió las muletas, con las cuales se levantó con mucha dificultad y como pudo, caminó hasta la ventana. Al ver abajo, se encontró con Jay disfrazado de piloto de carreras. Se limpió las lágrimas, abrió la ventana y se asomó.

—¿Qué pasa? —Inquirió, intentando no sonar tan cortante. El muchacho, sonriente, extendió una bolsa hacia arriba.

—Te traje algo, cariño. —Sonrió, feliz de ver a su novio. Aunque en realidad solo veía una mancha parecida a Jungwon, puesto que no estaba utilizando lentes y no veía con claridad a esa distancia.

—No puedo bajar las escaleras. —Explicó, ladeando la cabeza. Pensó qué podía hacer, así que sacó las llaves de su mochila y se acercó de nuevo a la ventana. —Ten. Es la llave con pintura azul.

Las lanzó, cayeron justo frente a él. Jay, emocionado, cogió el manojo de llaves y abrió la puerta, ingresó a la casa y la cerró de nuevo. Como ya se sabía el camino de memoria, no fue muy difícil hallar la habitación de Jungwon. Cuando llegó y lo encontró con la cara hinchada, no pudo evitar preocuparse.

—Amor, ¿Estás bien? —Inquirió, soltando la bolsa de regalo por ahí y caminando de prisa hacia el menor.

—Si. ¿Para qué viniste? Pensé que habías ido de fiesta o algo así. —Respondió, haciendo lo que pudo para sentarse en la cama. En ese momento, Jay comprendió un poco.

—¿Acaso piensas que en serio me iba a ir de fiesta sin ti? Salí a comprar un par de cosas para después venir a verte y que pasemos la noche jugando juegos de mesa. —Respondió, entregándole la gran bolsa, la cual abrió con un poco de duda. Pero se consiguió con un traje de corredor de carreras muy similar al de su novio. Sus ojitos brillaron. Al fondo de la bolsa había montones de sus golosinas favoritas. Sonrió, con los ojos llenos de lágrimas. —¿Por qué lloras, mi vida?

—Porque todas esas personas en las redes sociales tienen vidas perfectas y están disfrutando de su Halloween a lo grande, mientras que tú y yo tenemos que estar aquí porque soy tan idiota que no sé bajar una escalera. —Lloriqueó, hundiendo de nuevo su cara en la almohada. El mayor se acercó y colocó su mano sobre la espalda del pequeño chico.

—Jungwonie, cariño, ¿Qué te hace pensar que la vida de esas personas es perfecta? Lo que muestran en redes sociales no es más que un disfraz. Nadie en este mundo tiene una vida tan perfecta como lo muestran en Instagram o Youtube. —Dijo, acariciando la espalda de su novio con cariño. —Para mí esto es perfecto, estar aquí contigo y Maeum, reírnos de tonterías y comer dulces toda la noche. No tienes por qué compararte con los demás. Yo soy feliz estando aquí contigo y no quisiera estar haciendo más nada en este momento.

—¿Me lo prometes, Gigi? —Preguntó, con las mejillas húmedas y un puchero en sus labios.

—Te lo prometo, dulzura. 

-Anne

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-Anne.




Halloween Memories [ᶠˡᵘᶠᶠᵗᵒᵇᵉʳ | ʲᵃʸʷᵒⁿ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora