Martina
El viaje de regreso a casa de mi madre ha sido excesivamente silencioso. Pongo música de la radio solo para llenar este vacío inmenso que se ha creado.
Los silencios con Axel nunca han sido tensos, pero ahora es diferente, no es su serenidad lo que me preocupa, mas bien, es su actitud seria durante todo el camino.
Físicamente está a mi lado conduciendo, pero su mente ronda mucho más allá, y quisiera poder alcanzarlo y traerlo de regreso.
Estaciona el auto fuera de casa y antes que el motor se detenga del todo, ya está abriendo la puerta para salir. Lo sujeto del brazo impidiendo que se vaya. Necesito tener un momento a solas con él, una vez dentro ya no tendremos intimidad.
Él mira sobre su hombro comprendiendo mi petición y vuelve al auto cerrando la puerta. Mantiene la vista fija en el volante.
—Lo lamento, Axel. No creí que todo esto fuera a afectarte —murmuro. Rodeo la parte de atrás de su cuello en una caricia sencilla.
Me sostiene la mirada sin decir nada, se inclina a mí y me besa. Primero lento y luego más intenso, posesivo. Su mano en mi mejilla pasa a estar en la parte de atrás de mi cuello, sujetando mi cabello para evitar que me aleje.
Se le escapa un jadeo cuando se separa de mí.
—Lo siento. No puedo resistirme a tus caricias—bromea. Pasa su pulgar por mis labios sonriendo.
—No intentes evitar esta conversación —Él traga nervioso desviando la mirada hacia el frente—. Llevas haciéndolo toda la mañana y es un poco molesto que no confíes en mí para decir lo que te pasa.
—Martina, estoy bien. Acompañarte a ver a tu padre no me afectó. Es mi maldita cabeza quien lo hace, y no necesito pensar en las cosas que estoy pensando ahora cuando puedo estar pasando un rato agradable contigo.
—No es bueno que hagas eso, lo digo por experiencia.
—Lo sé, solo dame tiempo, ¿si? Te diré todo cuando sea el momento. Pero por favor olvídalo por este fin de semana, de verdad quiero disfrutar contigo y tu familia.
—Está bien...
Me da un apretón en la mejilla y con una sonrisa falsa va hasta la parte de atrás del auto para sacar las bolsas de compras que hemos hecho en nuestro paseo.
Al entrar a casa de mi madre, una melena rubia me sorprende corriendo hacia mí y chocándose en un abrazo que me deja sin aliento.
—¡¡Martina!! ¡¡Tanto tiempo sin verte!! —chilla Bianca, mi cuñada.
—También estoy contenta de verte —logro decir casi sin aire.
—No puedo creerme que estás aquí —Bianca me suelta y se limpia unas lágrimas emocionadas, mi hermano se acerca tras ella y me da un reconfortante abrazo.
—¿Cómo estás, enana? Estuvimos siguiéndote todos estos meses y haciendo campaña por tu grupo en redes sociales.
—Sí, los vi —río.
—¡Axel! —chilla Bianca al ver a mi novio que entra por la puerta, cargado de bolsas. Me observa confuso cuando ella le da una bienvenida igual de efusiva que a mí.
Mi hermano sacude la cabeza riendo con diversión.
Ayudamos a Axel a llevar las bolsas hasta la cocina, donde mi madre ya está preparando el almuerzo, y el adulador de mi novio se une inmediatamente a ella chachareando sobre cocina, trucos y otras cosas.
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22.- Conquistarte otra vez © [Libro 2 Bilogía 21 meses]
Teen FictionMartina decide perseguir el deseo de toda su vida dejando atrás mucho mas de lo que ella esperaba y se dará cuenta que a veces los sueños no son tan brillantes en la realidad. Mientras que Axel, se arrastra otra vez a su soledad y sus miedos intenta...