El cumpleaños de Artemisa se acercaba. La familia entera estaba revolucionada, no podía creer que la pequeña bebita estaba próxima a cumplir un año, por lo que todos querían participar en la organización de la fiesta.
Ares hace tres meses que había partido a la universidad y por fin Apolo había aprendido a convivir con su ausencia. De igual manera, hacían videollamadas todos los días y por largas horas pero el no tener el aroma del alfa cerca ya no le afectaba tanto como antes. Ahora tenía el de Evan, quién poco a poco había pasado a formar parte de la familia.
Para Atenea también había sido difícil no tener a la dupla molestandola a cada momento para que les hiciera de chófer. Extrañaba demasiado a su hermano pero los estudios la tenían consumida.
—¡Ea, ga'o! —Artemisa chilló mientras señalaba una imagen de un enorme gato blanco dibujado en uno de los tantos libros interactivos que Louis solía comprarle.
—¡Muy bien, Arti! eso es un gato —Atenea pronunció exageradamente la palabra, ya que había leído que de esa forma ayudaba a que se grabara en el cerebro de los bebés pero no de una manera perjudicial.
—¡Efante! —continuó con otro animal.
La verdad era que Artemisa tenía una memoria cognitiva bastante desarrollada y fuerte pero esto no se debía a pura genética, sino más bien a toda la estimulación temprana que la familia le había dado. Por ejemplo, a Harry le encantaba leerle cuentos antes de dormir mientras la sostenía en su pecho. Louis adoraba señalar cada cosa que estaba a su alrededor cuando salían a tomar un paseo. Atenea y Apolo jugaban con pequeños animales y figuras de plástico, enunciando cada uno. Y por último, Ares solía enviar pinturas miniaturas en dónde añadía diferentes texturas que la niña amaba acariciar todo el tiempo.
Gracias a todo esto y más era que Artemisa contaba con un progreso mayor al promedio y a la niña le fascinaba cada juego. También, amaba cada travesura... las cuales eran cada vez con mayor frecuencia.
—¿Má? ¿Apa? —Artemisa giró su cabeza confundida en todas direcciones. Atenea, por otro lado, frunció el ceño ante eso.
—Mamá y papá están haciendo compras para tu cumpleaños, Arti —la alfa besó suavemente entre los finos cabellos castaños, inhalando en el proceso el suave aroma.
Hace poco que la esensia de Artemisa se había intensificado pero nadie de la familia sabía con exactitud que era. Atenea intuía que sería algo así como el limón, por lo ácido, pero con toques almendrados. A su criterio, su hermana sin duda sería una alfa.
—¡Má! ¡Apa! —Artemisa se removió en el regazo de su hermana hasta que estuvo en el suelo.
Gateando, se acercó hasta la puerta de entrada y ahí se quedó sentada un par de minutos hasta que la misma se abrió. Por ella ingresaron sus padres muy sonrientes y con las manos cargadas de bolsas.
—Pero... ¿cómo? —Atenea tenía una expresión de estupefacción increíble. Su hermana había sido capaz de adivinar que Louis y Harry estaban llegando.
—¡Mi cachorrita! ¿qué haces aquí? —Louis la tomó en brazos y besó sus mejillas, deleitándose con las carcajadas de su hija.
—Estabamos leyendo un cuento cuando los sintió llegar... —la alfa de rizos se acercó a ellos. Besó la frente de su mamá y contribuyó en el acarreo de las bolsas restantes.
—Así que sabías que veníamos, cachorrita inteligente. Ven, vamos a ver que trajimos.
Decidieron que la fiesta de Artemisa sería en el jardín de la casa dado que no habían demasiado invitados por recibir. A su vez, la misma sería decorada con diferentes tonos pasteles y con temática de arcoíris. Todo estaba planeado para que dentro de una semana las cosas salieran a la perfección.

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¿Se agranda la familia?
Fanfiction¿Qué sucederá cuando la familia Styles-Tomlinson se vea patas para arriba por la posible llegada de un nuevo integrante? Cada uno deberá introducirse en un mar de emociones, cambios y modificaciones que dejará un sin fin de alteraciones a su paso. A...