—¿Cómo les diré a mis padres, alfa? —Apolo se sentó en el borde de la cama y llevó las manos a su rostro.
—Yo creo que tu mamá no sería tanto el problema... me preocuparía más por tu papá o tus hermanos.
Evan se sentó a su lado y rápidamente apreso a su omega contra su pecho. Apolo se dejó embriagar por el potente aroma del chocolate amargo, sintiendo enseguida los ronroneos de su lobito.
—Ay no... ahí viene de nuevo.
Evan ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando Apolo ya había salido disparado hacía el baño de la recamara principal.
El omega se dejó caer de rodillas al frío suelo y vacío todo su estómago en el retrete. A los segundos, sintió las manos de su alfa recorrer su espalda encorvada intentando apaciguar el malestar que su estómago lo estaba obligando a pasar.
—Ya no puedo, alfa... —sollozó antes de que una nueva arcada lo atacara.
—Tranquilo, amor, ya casi acaba —Evan se arrodilló a su lado y quitó los rizos de su frente, a la vez que liberaba feromonas.
Cuando ya no quedaba más que expulsar, Evan lo ayudó a ponerse de pie para enjuagar su boca y beber un par de sorbos de agua. Ya limpio, lo introdujo en la cama y arropó bien.
—Tengo miedo —murmuró entre pucheros Apolo.
—No hay nada que temer. Estamos juntos en esto y te aseguro que es para siempre.
Evan besó un par de veces su frente y lamió la bonita marca de enlace, la cual resplandecía en el lado derecho de su cuello, hasta que escuchó suaves suspiros y ronroneos.
Definitivamente él también tenía miedo, pero era de su omega de quién estábamos hablando. Por el rizadito sería capaz de cruzar océanos enteros y hasta los más calurosos desiertos, y ahora tendrían a un pequeño ser por el cual velar.
Su omega estaba esperando a su cachorro, se repetía una y otra vez en su cabeza. Era algo nuevo pero sin lugar a dudas estaba entusiasmado.
Acarició un par de veces el vientre aún plano y se acostó detrás de Apolo. Lo cubrió con su brazo y sintió como la espalda del omega se acurrucaba más cerca de su pecho.
Al otro día, Apolo estaba decidido a llamar a sus padres y concretar una cena para presentarles la nueva noticia.
Aprovechó que Evan había ido a la empresa, aunque sabía que ante cualquier inconveniente su alfa lo sentiría por el lazo, y marcó el número que para ese punto ya se sabía de memoria. Tres pitidos después, la dulce voz de su madre resonó.
—¿Hola? —murmuró apenas, probablemente ocupado en cosas referentes al bufete.
—Hola, mami.
—¡Apolo! ¡cachorrito! ¿cómo estás? —el tono cambió rotundamente a uno alegre.
—Todo bien... —vaciló con la uña de su dedo pulgar molestando entre sus dientes.
—A mi no puedes engañarme, cachorro, ¿qué sucedió?
Apolo suspiró antes de volver a retomar la conversación. Su madre le había dado pie así que era ahora o nunca.
—¿Están libres el viernes en la noche? con Evan nos gustaría organizar una cena... necesitamos contarles algo importante.
—Claro... pero me estás preocupando. ¿Sucede algo malo? ¿podemos ayudarlos?
—Todo está bien, lo prometo, simplemente hace tiempo no nos vemos y queremos ponernos al día.
—Está bien, ¿vienen a la casa?
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¿Se agranda la familia?
Fanfic¿Qué sucederá cuando la familia Styles-Tomlinson se vea patas para arriba por la posible llegada de un nuevo integrante? Cada uno deberá introducirse en un mar de emociones, cambios y modificaciones que dejará un sin fin de alteraciones a su paso. A...