Marcaderiva.

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El dolor nunca desaparece del todo. Pero con los años, aprendes a vivir con él. Aprendes a que no te afecte en tu día a día y guardas la tragedia en un pequeño hueco en tu corazón para que salga la menor cantidad de veces posible.

—Hace casi seis años que no veo a mi esposo, maestre. Necesito saberlo. ¿Sobrevivirá?
—Les tendieron una emboscada. Un barco que aparentaba estar abandonado. En la refriega un corsario le rajó el cuello con una daga. Acabó cayendo por la borda... La herida era profunda, perdió mucha sangre pero lo más preocupante es la fiebre que contrajo. El maestre del barco dice que ardía por dentro.

Rhaenys dedicó una mirada a Visenya. Quien se encontraba al otro lado de la sala, tallando una punta de flecha de obsidiana sentada en la escalera. Y posteriormente una a Baela. Quien se encontraba a su lado en el trono. Tras mirar a su abuela, Baela miró a la reina.
—¿De dónde han venido los cuervos?
—Del castillo del atardecer...
—Llegarán en tres días. Que lo tengan todo preparado, maestre...

El maestre asintió para posteriormente marcharse. Dejando a solas a las tres mujeres junto a Vaemond Velaryon.

—La serpiente es fuerte —dijo Baela a su abuela.
—Sin duda, pero he visto a las fiebres llevarse a hombres con la mitad de edad...
—No pienso tolerar carroñeros en mi casa, Vaemond.
—¡Amo a mi hermano!
—Pues no lo parece —murmuró Visenya sin levantar la vista de lo que hacía, haciendo que a Baela se le escapara una media sonrisa.
—Pero no debemos engañarnos, puede que Corlys llegue muerto. ¿Y quién ocupará el trono de Marcaderiva?
—Mi abuela parece muy cómoda en él —afirmó Baela. La reina levantó la vista para mirarla y en sus labios se dibujó una sonrisa de orgullo.
—Esa es mi chica —dijo la reina para sí misma, orgullosa de aquella niña a la que prácticamente había criado desde el fallecimiento de Laena.
—Ella tan solo gobierna en la ausencia de su esposo. Si el muere, debe legarse.
—A Lucerys Velaryon. Tal como dispuso mi esposo.
—Soy de la misma sangre de la serpiente marina... El pariente más cercano que le queda.

Tras esa frase una sonrisa se dibujó en los labios de Rhaenys, quien miró a Visenya sabiendo lo que Vaemond insinuaba.
—Cuidado cuñado, podrían acusarte de traición...
En ese momento Vaemond se acercó unos pasos a Rhaenys. Su cara denotaba furia y Baela y Visenya instintivamente activaron sus alertas. Baela se acercó unos pasos al trono donde se encontraba su abuela y la reina se levantó y se preparó para cortar la cabeza a Vaemond sin ningún tipo de piedad si se pasaba de la raya.

—Solo digo la verdad Rhaenys. Y lo sabes.
—Ya está decidido.
—Por un hombre cuya ambición sólo nos ha deparado calamidad tras calamidad. A Corlys solo le preocupa lo que diga la historia. ¡¿Qué hay del linaje Velaryon?! Suplantado por esos vástagos Strong... Marcaderiva es mía. Por derecho. Preferiría contar con tu apoyo pero no lo necesito. El viento ha cambiado. La corona tiene buenos motivos para apoyarme en esto.
—Mi primo, el rey, te cortaría la lengua si te oyera.
—No es un rey quien ocupa ahora el trono de hierro cuñada, sino una reina.
—Consorte —añadió Visenya.
—Ella decide ahora. Y sé que me apoyará.

Tras sentenciar con esa frase, Vaemond abandonó la sala dejando solas a las tres mujeres y Rhaenys se llevó una de sus manos a la cabeza.

—Baela. Avisa a mi hija y a tu hermana. Partiréis a mediodía.
—¿Qué pretendes? —dijo Rhaenys a la reina.
—Yo me adelantaré. Hablaré con el rey. El verdadero rey... Os esperaré en desembarco. Pero... Baela tiene razón. El trono te sienta bien...

Baela miró con orgullo y complicidad a Visenya y la sonrisa de Rhaenys se volvió pícara sabiendo lo que esta pretendía.
—Os veré allí —dijo la reina y abandonó la sala.

Visenya salió rápidamente y subió a Hydra.
Marchó a desembarco del rey tan rápido como pudo. Al llegar fue recibida únicamente por un antiguo maestre del consejo del rey Lord Carswell. Parecía que los verdes no tenían intención de recibirla.

Al llegar se encontró a Daemon y Rhaenyra.
—Visenya... —dijo Rhaenyra al verla e inmediatamente fue a abrazarla.
—Nyra... —dijo la reina recibiéndola en un caluroso abrazo.
—Hija del fuego —dijo Daemon con una sonrisa acercándose a abrazarla también.
—Príncipe canalla... —Dijo la reina de forma cariñosa. —Esto está...
—Irreconocible —dijo Rhaenyra.
—En efecto...
—¿Os recibió Lord Carswell? —preguntó Rhaenyra.
—Veo que Alicent no os recibió a vosotros tampoco... Siento no haberos visitado a menudo... La fortaleza Escarlata ha tenido problemas y Marcaderiva está en duda... Supongo que por lo mismo estáis aquí...
—Así es...
—Hablaré con vuestro padre...
—¿Lo hacéis por nosotros o por ella? —le dijo Daemon sin rodeos.
—¿Qué más da eso?
—...
—La amo, Daemon. Vos mataríais por los hijos de Rhaenyra pese a que no son vuestros. Yo mataría por ella... Se acercan tiempos complicados y necesitamos estar juntos.

Daemon se acercó a ella y volvió a abrazarla.
Rhaenyra se unió al abrazó y tras presentarle a Visenya a su último hijo, al que no había tenido oportunidad de conocer, esta se fue a hablar con el rey.

Tras una larga charla un con Viserys delirante, Visenya recibió a Baela, Rhaena, Rhaenys y a su hija.

La reina se quedó toda la tarde junto a su dragona con Baela y Alynae.
Mientras tanto, Rhaenys se encontraba frente al Arciano en el patio del castillo.

—Abuela... —dijo Rhaena al verla.
—Rhaena... —dijo al ver a su nieta y tras esta a Rhaenyra.
—Baela dijo que estaríais aquí —dijo Rhaenyra.
—Vuestra tutela le ha hecho bien, la habéis criado honorablemente.
—Me honráis, princesa —dijo Rhaenys a Rhaenyra.
—¿Nos permites que hablemos a solas, Rhaena? —pidió Rhaenyra.

Rhaena miró a su abuela como pidiendo una respuesta, Rhaenys asintió y Rhaena las dejó solas.

—Llevo horas preguntándome qué propósito os ha traído aquí. Si estáis a favor de las pretensiones de ser Vaemond hasta que me he dado cuenta, de que pretendéis abogar por vos... Esta es una maniobra injusta. Una trampa. Tendida por la reina consorte y la mano para declarar a mi hijo ilegítimo.
—Vos hicisteis algo peor con Laenor ¿no es así? Quizá Visenya confíe en vos, pero yo no.
—Amaba a vuestro hijo. Puede que no lo creáis pero es cierto. Yo no ordené su muerte. Ni fuí cómplice. Eso os lo juro.

Rhaenys retiró la mirada a Rhaenyra y se dispuso a irse.
—Os hago una oferta —dijo Rhaenyra en un último acto de desesperación. Pues pensaba que Rhaenys abogaría por sí misma y si lo hacía Visenya estaría de su lado. —Apoyad a Luke y prometamos a las hijas de Laena con los míos. Baela será reina de los siete reinos y sus hijos herederos al trono. Rhaena gobernará en Marcaderiva y algún día sus hijos la heredarán...
—¿Os ha dicho Visenya que me digáis eso? Es una oferta generosa... O desesperada.
—¿Y eso qué importa?
—Tenéis razón. Importa bien poco... Negociad conmigo cuanto queráis. Haced que Visenya intente convencerme. Haced que mi nieta os acompañe para que me hablande... Pero mañana los Hightower darán el primer golpe. Os pondrán de rodillas... Y yo seguiré aquí.

Tras sentenciar con esa frase sepulcral. Rhaenys dejó sola a Rhaenyra y se dirigió a donde se encontraban sus nietas, Visenya y Alynae.
—Visenya —dijo en tono serio a lo lejos, haciendo un gesto para que se acercara mientras ellas se encontraban junto a sus dragones.
—Ahora vuelvo —dijo a las chicas.

—Has hablado con Rhaenyra —le dijo cuando llegó hasta ella.
—Lo he hecho.
—Sé que crees su palabra. Pero yo no. Aún así, cree que voy a rechazar a su hijo.
—Abogaremos por ti, mi amor. Hasta que Luke se forme y pueda dirigir el ejército marino. Entonces él tomará el trono y nosotras gobernaremos en la fortaleza Escarlata.
—No se lo has dicho...
—No lo he hecho.
—Por eso piensa lo que piensa...
—Lo que piense es irrelevante. Mañana sabrá que la apoyamos.
—Tú lo haces.
—Yo la creo. Conozco a Rhaenyra. Rhaenys. Si ella lo hubiera hecho yo lo sabría.
—Quiero creerte porque no quiero pensar que fuiste cómplice de algo así. Sé que no lo harías.
—Lo último que haría es hacerte daño.
—Lo sé... ¿Has hablado con Viserys?
—He hecho lo que tenía que hacer... Solo nos queda esperar.

EL OTRO REINO (Rhaenys Targaryen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora