Más allá del muro.

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Ambas mujeres pasaron la noche juntas, a sabiendas de que era lo que ambas deseaban desde el día en el que cruzaron miradas por primera vez.

Al despertar, Visenya observó que no había nadie a su lado. Rhaenys abandonó la habitación temprano, antes de que cualquiera pudiera verla.

Cuando Rhaenys llegó a su habitación, Corlys no había despertado. Por lo que se recostó a su lado y trató de dormir un poco más.

Sand no tardó en llegar a la habitación de su reina.
—¿Acabo de ver a la princesa Rhaenys abandonar vuestra habitación?
—Buenos días para vos también...
—Os tomaré la palabra como un sí. ¿Os quedareis todo el día?
—No, dejadme despedirme de Rhaenyra y me iré. Podéis iros, con Hydra llegaré más rápido, así aprovechareis el tiempo.
—¿Estáis segura?
—Absolutamente.

Los acompañantes de la reina, como Sand y sus guardias embarcaron esa misma mañana. En cambio ella, aprovechó esa mañana para pasear junto a Rhaenyra por los jardines. Se disculpó por no poder acudir a la ceremonia y antes del medio día se dispuso a partir.

—¿Os marcháis ya? —preguntó Rhaenys haciendo que Visenya se girara.
—Sí... No aguanto mas la mirada de Alicent Hightower quemándome la nuca y además tengo tareas de las que ocuparme. Debo volar más allá del muro y volver a mis tierras a terminar unos asuntos... Me llevará unos días pero debo resolverlo ya...
—Espero con ansias vuestra vuelta...
—Habéis estado semanas sin verme... Creo que podréis esperar unos días...
—Es que antes no os había probado... —dijo acercándose a sus labios —Ahora sí... —sin decir más dejo un corto beso en ellos.
—Venid conmigo...
—No puedo. Es la boda de mi hijo...
—Venid esta noche, tras la ceremonia...

Rhaenys se quedó en silencio unos segundos.
—¿Qué diré a mi marido?
—Que os quiero como parte de mi consejo y que eso debe ser discutido en mis tierras...
—Sois terrible —rió.
—Pensadlo. Si decidís hacerlo, partiré a media noche desde Rocadragón.
—Es una oferta tentadora, alteza.
—Pues pensadla bien...

Visenya le dedicó una sonrisa y subió a Hydra. Tras mantener unos segundos la mirada con Rhaenys, hizo que Hydra se elevara para marcharse.

Al llegar a Rocadragón, Sand ya se encontraba allí.
—¿Volareis hoy a la fortaleza Escarlata?
—He dicho a Rhaenys que me acompañe...
—¿Disculpad?
—Creo que lo hará...
—No es fácil deciros que no...
—¿Vos creéis?
—¿Queréis que os espere aquí durante vuestro viaje, mi señora?
—Sí, sois la única en quien confío lo suficiente como para dejar Rocadragón en sus manos.
—No os decepcionaré.
—Nunca lo hacéis...
—Tened cuidado. Son muchas horas en dragón... Y eso si atravesáis el norte.
—Lo sé... Tranquila, estaré bien.

Habían pasado unos minutos desde que había caído la media noche. La mente de Visenya era como una selva. Miles de pensamientos revoloteaban a la vez tratando de darle sentido a todo lo que estaba pasando en su vida en esos momentos.
—No puedo esperar más, Hydra. Debemos emprender el vuelo ya...

Cuando se disponía a ordenar a Hydra el despegue, vio a lo lejos una silueta en el cielo, veloz como ella sola atravesando las nubes.
No tardó en darse cuenta de quién se trataba el inevitablemente una sonrisa se dibujo en sus labios al hacerlo.
Ordenó a Hydra que emprendiera el vuelo y se colocó al la altura de Meleys.
—¿Pensasteis que no vendría?
—Tenía mis dudas...
—Vos diréis... —dijo Rhaenys dando a entender que le mostrara el camino. Visenya hizo a Hydra adelantarse y y ambas volaron durante varias largas horas. Hasta llegar a unas colinas desiertas en las que la reina hizo descender a Hydra y Rhaenys imitó su gesto junto a Meleys.

—Descansad y comed algo —indicó Visenya a su dragona. Esta emprendió el vuelo seguida de Meleys.
—¿Es seguro estar aquí a esta hora?
—No os preocupéis —dijo la reina a Rhaenys señalando una cabaña de piedra a unos pocos minutos. —Una vieja amiga reside ahí... Ahora se halla en Pentos pero al enterarse de mi viaje me pidió que aprovechara este lugar para descansar.

Ambas entraron al lugar, pequeño pero acogedor. Se trataba de una cabaña hecha de piedra en cuyo interior se hallaba lo justo para una persona. Una cocina, un comedor, un baño, un salón con una chimenea y una habitación.

—Podéis poneos cómoda —dijo a Rhaenys. —¿Qué os gusta comer?
—Cualquier cosa me vendrá bien, alteza.
—No tenéis que llamarme alteza... —dijo la reina riendo.
—¿Por...?
—Porque suena... lejano. Y yo quiero teneros cerca...

Tras decir esa frase, se acercó a ella y rozó sus labios. Para segundos más tarde unirlos a los suyos.
—Prepararé algo...
—Os ayudo...
—Estoy acostumbrada a estos largos viajes, vos no. Os ruego que descanséis...
—He volado más lejos de lo que creéis...
—¿Lo habéis hecho más allá del muro?

Rhaenys se quedó en silencio y miró a Visenya rodando los ojos haciendo que esta riera. Tras un rato, terminó y avisó a Rhaenys para que se dirigiera al comedor.

—No había demasiado, ¿os gusta la sopa de calabaza y setas?
—Me gusta... Os lo agradezco.
—No hay de qué, cuando lleguemos a la fortaleza Escarlata podremos tomar algo más... contundente...
—Contadme sobre vuestro hogar...
—Es más hermoso de lo que halláis podido ver nunca. Hay campos enormes, de kilómetros de lavanda y amapolas. Vivimos en paz y el pueblo está contento. Dragones que pertenecieron a mi familia y ahora son libres sobrevuelan la zona... Cada territorio tiene un superior que ellos han podido escoger el cual tiene un representante en mi consejo real...
—Suena a que sois una gran reina...
—Mi familia comenzó todo, yo solo lo mantengo.
—Mantener un orden así ya es bastante... Es complicado. Dice mucho de vos el cariño y respeto con en que tratáis a vuestros súbditos...
—Si no les respetas no os respetarán a vos...
—Los miembros del gran consejo preferirían cortarse la lengua antes que admitir que una mujer ha tomado mejores decisiones que ellos y que ha gobernado mejor que lo que ellos lo harían.
—Vos lo hubierais hecho... Si hubieseis sido reina... Viserys no ha sido un mal rey, pero sé que el reino se hubiera elevado con vos en el trono.
—Pero el consejo no lo pensó...
—Son un grupo de inútiles que creen que sus vergas son tan importantes como para tener más prestigio que cualquier otra persona.
—Os diría que no, pero ciertamente tenéis razón.

EL OTRO REINO (Rhaenys Targaryen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora