Usurpador.

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La preocupación de Visenya no había cesado en todo el día. No podía abandonar Rocadragón e ir en busca de Rhaenys pues debía zanjar asuntos de la corona referentes a la fortaleza Escarlata y también a la sucesión de Rhaenyra.
Un mensajero anunció que Lord Corlys Velaryon había llegado con vida a Marcaderiva. Supuso que eso interfirió en que la avisaran de la llegada de Rhaenys a la misma.

Se encontraban en la sala de reuniones Rhaenyra, su hijo Lucerys y Visenya cuando uno de los guaridas de esta última entró.
—Buenos días alteza.
—Buenos días.
—La princesa Rhaenys ha llegado a lomos de un dragón. Solicita urgentemente una reunión con la reina, la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon.
—Hacedla pasar, y traed a Daemon. —Ordenó Visenya.

Lucerys se fue en busca de Alynae, quien se encontraba en la playa con su hermano Jace.

Daemon no tardó en llegar y minutos más tarde. Rhaenys entró a la sala. Portaba una armadura, cosa que sorprendió a Visenya.

—La princesa Rhaenys Targaryen —dijo el guardia.
—Gracias —le dijo la reina.
—Princesa Rhaenys. ¿Traéis noticias sobre la recuperación de Lord Corlys? —preguntó Rhaenyra mientras la reina firmaba unos tratados que el proporcionó Daemon al llegar.
—Viserys está muerto —espetó Rhaenys. Haciendo que la reina levantara la vista de golpe y Daemon, quien miraba a la chimenea, se girara sorprendido.
—Lloro tu perdida contigo, Rhaenyra. Mi primo, tu padre... tenía un buen corazón. Pero eso no es todo. Aegon fue coronado como sucesor.
—¿Qué? —dijo Visenya mirando a Daemon.

En ese momento Rhaenyra tuvo una contracción.
—Lo coronaron...
—¿Cómo murió Viserys? —preguntó Daemon.
—No lo sé.
—¿Cuándo? —dijo Rhaenyra.
—Hace un día, tal vez dos... Me encerraron en mis aposentos mientras Alicent y la mano preparaban todo.
—Viserys fue asesinado... —asumió Daemon.
—Alicent te hizo declarar por Aegon...
—Lo hizo. Lo rechacé.
—¿Y por qué estás viva? —preguntó Daemon, con un tono airado y que denotaba sospecha. Empuñando su espada.
—Daemon —dijo Visenya llamando su atención.
—¡¿Por qué está viva?! Los verdes la hubieran matado. —dijo acercándose a ella de manera amenazante.
—Daemon basta —dijo la reina poniéndose en medio y apuntándole con su espada. —Cálmate —le dijo a Daemon.

—Coronaron a Aegon en Pozo Dragón. Lo presencié antes de huir con Meleys.
—Lo coronaron frente a la multitud...
—Para que lo vean como el rey legítimo.
—Esa zorra a la que llaman reina asesinó a mi hermano y usurpó el trono. Podrías haberlos quemados a todos por ello.
—La guerra será declarada debido a esta traición sin duda. Pero esta guerra no es mía y no seré yo quien la comience eso os lo aseguro. Me apresuré a advertiros solo por lealtad a mi esposo y a mi casa.
—Lealtad... —rió Daemon en voz baja. —¿También sois leal cuando yacéis bajo la reina? ¡¿Cuando os la follais también demostráis lealtad a vuestro esposo?!
—¡Dameon basta! Esto es absurdo. —Exclamó Visenya.
—Quiero su respuesta, no que la defiendas.
—Daemon cállate.
—Los verdes vienen por ti, Rhaenyra. Y por tus hijos —dijo Rhaenys. —Has hecho bien en venir a Rocadragón. Si queda alguien la fortaleza donde os quedabais deben abandonarla inmediatamente. —Dijo comenzando a caminar hacia la salida. Pero en ese momento Rhaenyra tuvo otra contracción y cayó el suelo.

—El bebé está aquí...
—¡Preparad la habitación! —gritó la reina saliendo rápidamente. Tras alertar a todos para ayudar a Rhaenyra caminó hasta la playa encontrando a Rhaenys.
—Vuestra madre necesita veros. A ambos —dijo Rhaenys a Luke y a Jace. Estos obedecieron y se marcharon.

—Tía, ¿cómo estás? —dijo Alynae acercándose a Rhaenys. Ninguna de las dos se percataba de la presencia de Visenya.
—Bien, Alynae. ¿Cómo estás tú?
—Preocupada por mi madre. Se comporta severa y fría. Algo distante además... No conmigo ni con tus nietas, pero sí con el resto. Sé que es la reina pero... Es extraño.
—Seguro que tu madre tiene demasiadas cosas en la cabeza. Quizá algo o preocupa. No es fácil gobernar un reino desde la distancia mientras trata que este no caiga...

—Cariño aquí estás —dijo la reina a su hija disimulando. —Rhaenyra está de parto y se quedarán aquí más de lo previsto. Por favor avisa a Sand, no logro encontrarla. Pídele que alerte a los guardias. Que mande un aviso a la fortaleza Escarlata y...
—Yo iré madre. Si necesitas que dé un aviso, lo haré. Llegaré rápido en Saphire.
—No —dijo Rhaenys. Sorprendiendo a Visenya y a Alynae.
—Si te ves preparada hija, yo no te frenaré. Pero llegar a la fortaleza Escarlata es peligroso. Sobre todo con los tiempos que corren.
—Lo sé, pero he ido muchas veces antes.
—Sí pero no sola.
—Estaré bien.
—Iré con ella —dijo Rhaena apareciendo.
—Rhaena... —dijo Rhaenys.
—Dos dragones irán más seguros que uno —dijo Rhaena.
—Está bien. Partid cuanto antes. Pero recordad... Vuestra vida es más preciada que cualquier corona, que cualquier mensaje... Si estáis en peligro olvidaos de reinos y de orgullo. Luchad por vivir... No debería de pasaros nada, pero nunca está de más decíroslo.
—Descuida —dijo Alynae. Ambas se marcharon dejando solas a Visenya y Rhaenys.

—¡¿Por qué las has dejado ir?!
—Porque son adultas, Rhaenys. No puedo sepulcrarlas aquí.
—He perdido a mis dos hijos. No puedo perderlas a ellas...
—Confío en ellas y sé que con sus dragonas estarán a salvo. Nadie las atacará por ahora si saben que están en mi bando.
—En momentos como este agradezco el poder que tienes...
—¿Te hicieron algo allí?
—Solo me encerraron... Estoy bien.
—Estaba preocupada, llevó estos dos días en vela...

En ese momento Rhaenys acarició con delicadeza la mejilla de Visenya percatándose de sus notorias ojeras.
—Pensé que con el regreso de Corlys no volverías a Rocadragón. Pensé que por eso continuabas en Desembarco... O donde sea que estuvieras...
—No, acabo de llegar... Ni si quiera he visto a Corlys aún.
—Tuve que haber ido a buscarte desde que sentí que algo iba mal... Tenía que haberlo dejado todo...
—Está bien, no podías saberlo... Y a mí no me pasó nada.
—Me alegro de que estés bien.
—Gracias.
—Sigues siendo miembro de mi consejo...
—No quiero una guerra interna contigo Visenya. No he dejado de quererte y sé que tú a mí tampoco. Pero ahora mismo todo se ha vuelto un caos...
—Lo sé. No te disculpes... Tengo tropas en Marcaderiva. Como protección. Estaréis bien.

Antes de que pudieran continuar hablando, fueron alertadas de que el hijo de Rhaenyra había nacido muerto.
Visenya fue al encuentro de Rhaenyra para brindarle el apoyo que necesitase y evitar que pasara sola ese dolor.

EL OTRO REINO (Rhaenys Targaryen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora