CASSETTE | hange zoë

diecinueve

pasado

pov hange

—¿De verdad lo vas a hacer? —Jean me preguntó y le respondí con una risa fingida. Era mejor eso que largarme a llorar.

—¿Tengo otra opción? —me dí la vuelta y lo miré.

Estaba afinando las cuerdas de la guitarra. Traba de sonar lo más desinteresada posible.

—Quizás —dijo por lo bajo. Sabía que había otra opción. 

Él me seguía mirando desde atrás como si tuviera algo para decirme. 

La verdad es que no había mucho para decir.

Estoy cansada.

—Hange —habló y suspiré con frustración —, ¿estás segura? 

—¡Sí! —respondí tan rápido como pude. Eso sonó como un grito.

Que poca paciencia tengo. Odio tener que repetir las cosas y tratar de explicar lo que haré o lo que siento. Me genera tanta desesperación. 

—No tengo nada más acá —seguí —, me aburro, me estreso y me ahogo en este ambiente de mierda..¿Para qué querés que me quede? ¡eh! Lena no me aguanta, Mikasa menos, Ymir me odia... ni siquiera vos pareces quererme.

No me respondió y lo único que llegué a percibir fue otro suspiro cansado de su parte, pero esta vez, un poco más triste de lo que solía escuchar. Jean nunca estaba angustiado, la mayoría del tiempo lo encontraba estable, pero ahora, lo único que veía en su rostro era indignación.

—Te quiero, no seas idiota —apoyó su cuerpo sobre el marco de la puerta y siguió analizando la situación, como si habría tanto detrás  —, ¿así que te vas? 

Asentí. 

—¿Y qué va a pasar con...

Sabía a quién iba a mencionar. 

No quería escuchar su nombre.

Era mejor no pensar en eso. Me detenía.

—No lo digas —susurré. Me quedé helada por unos segundos, pero luego seguí como si nada, tratando de ocultar que realmente me importaba esto —. No quiero pensar en eso.

Sabía lo que iba a pasar, no soy idiota. Es la persona más dependiente a mi que conozco, va a salir a buscarme. Eso es obvio.

Que lo haga, quizás pueda volver.

Quiero que vuelva a mí cuando me vaya.. 

No sé si quiero irme de verdad. Solo quiero descansar lejos de todos.

No sé cuál es la razón por la que me voy, si es por ella, es por mi, es por papá. No lo entiendo y me hace mal pensarlo.

Supongo que sentir el vacío en casa, ver el asiento vacío en la mesa o ver a mamá viendo la puerta como si fuera a aparecer, me hace querer escapar de todo.

Quisiera dejar de sentirme así por un instante. Quisiera no sentirme mal y seguir como si nada, pero no puedo.

Necesito un abrazo.

Necesito acostarme, dormir. Necesito calor.

Pero, no puedo quererlo ni necesitarlo.

No puedo.