Embarazo//Jegulus

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-Sorpresivamente no me cae tan mal como su estúpido hermano- soltó Black y miró mal a sus amigos para que no digan nada delante de la gryffindor.

El finde semana de celebración fue divertido.

Peter solía dormir todo lo que no dormía en Hogwarts cuando iba a lo de los Potter, sintiéndose en casa.

Remus y Alice se juntaban en su club de libros.

Y James y Sirius solían hacer pavadas como siempre.

Aunque salían a buscar aventuras juntos.

-¡Que los cumplas feliz!- cantó por decima vez en el día Sirius, entregándole otro regalo a James, un regalo que había comprado en la gasolinera donde habían parado de su mini viaje en auto.

-Sirius, ya tengo muchos regalos, anoche tuve el mejor acoston de mi vida- James recordaba de quien se trataba, Alice lo veía en su sonrisa, lo conocía como la palma de su mano, era su hermano.

Sirius lo felicito y le celebró esto, Alice soltó una carcajada.

-¿Qué es gracioso?- preguntaron.

Alice rebuscó en su mente, recordó que el auto estaba averiado y seguramente no llegarían más allá de ese pueblo.

-Da gracia que ninguno sepa que estamos varados acá- mencionó la rubia.

-¿Cómo?-preguntó James antes de subirse al auto- si anda en perfectas condi- pero no terminó de decir nada, el auto ya no arrancaba.

-Bruja- mencionó Black mirándola con los ojos entrecerrados.

-Prefiero el término hechicera- bromeo- claro que soy una Bruja, como tú, linda- lo molestó a Sirius, quien bufó y se fue a quejar con Remus.

Remus no le había terminado de creer a Alice, la conocía muy bien como para creerle.
...

Se pusieron a pasear por el pueblo desconocido mientras arreglaban el auto muggle, lo harían con magia, pero ninguno sabía hechizos para eso, o bueno, Fleamont los mataría si dañaran su auto muggle.

-Hola- saludó Amos Diggory, la rubia tenía un crush con él desde pequeña, pero él nunca le había dado bola.

-Diggory ¿que haces fuera de Hogwarts?- preguntó Peter.

-Feliz cumpleaños- felicitó a James quien asintió con la cabeza, su hermana se había inventado historias junto a él y llorado tanto por el estúpido ese que no le caía bien- salí el finde, es cumpleaños de mi abuela.

-Claro.

-¿Ustedes que hacen por acá?-preguntó mirando a la rubia intensamente.

-El auto- respondió en una respuesta corta, sin poder hablar más.

-Nos quedamos varados y si no le llevamos el auto al señor Potter. James y Ali tendrían que vender un riñón para comprar otro.

-Creí que eran ricos.

-Puede ser que James se haya portado bastante MUY mal y nos cancelaron las mesadas.

-¿Tu que culpa tienes?

Alice movió la mano en un gesto de que lo deje y suspiró. Ella era la menor, pero siempre había tenido más responsabilidades por ser más capaz que James.

Así que Amos se unió a su paseo, allí fue cuando Alice lo pudo conocer mejor.

También los invitó a su casa, pero aunque Ali se moría por ir, sus amigos se negaron rotundamente y prefirieron quedarse sentados en la esquina de la mecánica esperando a que terminen con el auto.

Esa noche llegaron cansados y la rubia se encerró en su habitación.

Los merodeadores y sus padres festejaron el cumpleaños de su hermano.