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Eso fue lo que terminó calmando a Sirius. La mirada de decepción de Remus.

Obviamente después era el más emocionado por el bebé.

Pero la rubia estuvo dos largas semanas en la enfermería.

Lo bueno de eso fue que pudieron ver el tema de los desórdenes alimenticios.

Cuarto mes...

La panza de Regulus se seguía notando.

-¿Un hechizo para eso?

-Es lo último que te pido, plis Als.

-Estoy medicada, Regulus mi cabeza todavía no anda del todo bien.

-Vamos, si yo casi puedo hacer un patronus tu puedes ayudarme en esto, la ropa ya no ayuda.

-Deberíamos consultar a la enfermera, nada que sea nocivo para el bebé, Reggie.

-Exacto, Reg. Escucha a Alice- estuvo de acuerdo Pandora en el almuerzo.

Lily se mantenía sentada al lado de la Potter, ella había estado más presente que Amos durante esas dos semanas en la enfermería y definitivamente se había ganado su corazón (no era porque le había llevado chocolate y helado) sino que desde el primer día se plató en una silla a su lado y no se fue más, la tenían que arrastrar para que se fuera a bañar. O corría al baño y volvía a los dos segundos, con miedo de que a la rubia le pasara algo.

-Oye linda, no deberías esforzarte si no te sientes lista-la cuido la pelirroja mientras trenzaba su cabello.

-Ayudare a Reg, Lils, ¿si?

-Yo los ayudaré también, cuenten conmigo- Evans la sorprendió con un beso de pico y Potter se quedó sonrojada.

-Sigue almorzado, que tienes que nutrite- recordó Barty.

-Si pero, Lily me dio un beso.

-La vimos ¿Te molestó?- preguntó James sentado al lado de Regulus- voy a decirle que se aleje de tí ya mismo si no te gust- Potter se sentía culpable ante no haber estado pendiente de su hermana que pedía ayuda gritos.

-Me encantó-respondió la rubia escondiendo la cara entre sus piernas que se mantenían dentro del suéter de Lily Evans, que era mucho más alta que ella, así que las mangas le quedaban largas.

Remus sonrío, le gustaba ver a sus amigos enamorados.

Sirius todavía no podía mirar a Alice a los ojos. Seguía con la cabeza agachada como un perrito, se sentía culpable.

Pero Alice ya lo había perdonado, pues el rencor no era lo suyo.

Embarazo//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora