(Gᵢᵥₑ ₘₑ) Attention /NoRen

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La fiesta de Jeno había sido increíble, había muchas chicas y alcohol, el cumpleañero estaba prácticamente en una nube de felicidad y su querido Mark estaba igual.

Habían hecho muchos juegos para poder besarse con muchas chicas y todo el mundo estaba como el día de navidad.

Al día siguiente Jeno despertó a eso de las ocho de la mañana y salió por la ventana de la chica con la que había dormido. Todo había sido un caos y ni siquiera recordaba quien era la chica, solo sabía que debía irse antes de que sus padres volvieran.

Desaliñado caminaba contento por su cumpleaños número dieciocho.

Se miró en la ventana de una tienda y arregló su cabello un poco, después de un rato se dio cuenta de quien era la persona que estaba del otro lado.

Jeno entró a la tienda y lo apuntó. —Tú.

Algunos clientes de la tienda miraron a ambos por el escandalo que el más alto hacía.

—Disculpe señor, no sé quien es usted, pero le pido que no grite en la tienda —le hizo una reverencia y continuó haciendo algo detrás del mostrador.

—¿Estás bromeando conmigo, Renjun?

El chico volvió a levantar la cabeza y lo miró sin comprender. —¿Cómo sabe mi nombre? Oh, debe ser uno de mis compañeros...

—No lo soy... tú —Jeno suspiró derrotado, su orgullo le dolía solo con mirar a Renjun—. Como sea, pensé que no teníamos permitido trabajar.

Renjun abrió sus ojos como si hubiera visto un fantasma. —No tengo idea de quien eres, pero por favor no digas nada. Necesito el dinero —susurró hacia Jeno.

—No diré nada.

—Gracias.

El lunes por la mañana hizo aparición y con eso Jeno despertó primero que su mamá. Había tenido un sueño que lo dejó pegado al techo, no entendía muy bien que había sido eso, pero estaba seguro que solo era su subconsciente jugando con él.

—Despertaste temprano, cariño —dijo su madre en cuanto lo vio bajar las escaleras.

—Si, tuve una pesadilla y no pude conciliar el sueño después... mejor así, no puedo... —no era necesario decirle a su mamá que había estado en detención—. Tengo que llegar temprano para hacer un trabajo con un compañero.

—¿En serio? Porque vino alguien el domingo cuando saliste con tu amigo Mark y me dijo que habías estado en detención.

Jeno solo podía pensar en un sospechoso y estaba algo perdido, ¿cómo Renjun sabía donde vivía, pero no quien era él?

—¿Quién dijo eso?

Su madre lo miró desde la otra punta de la mesa. —Entonces es cierto, no quería creerle, pero es verdad. Jeno hablamos seriamente de que tratarías de no meterte en problemas, no cuando es tu último año y cualquier cosa que hagas podrá ser usado para sacarte del equipo.

—Perdón mamá, te juro que no volverá a pasar.

—Eso espero.

—Entonces, ¿quién te dijo?

—Una chica.

Jeno caminó hasta la escuela, no entendía por qué nadie quería decirle la verdad. Sospechaba demasiado del único que sabía que estaba en detención el día viernes después de clases.

Había sido un imbécil por pensar que Renjun no lo conocía, por supuesto que lo hacía, todos lo conocían.

Subió las escaleras hasta el último piso y se encontró con el chico saliendo de la azotea. No tenía idea que en el único lugar que jamás buscó la semana pasada sería donde podría encontrarlo.