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Otra semana comenzaba, Jeno había recuperado el buen humor gracias a que su mejor amigo le ayudaría con Renjun. No esperaba resultados maravillosos enseguida, pero deseaba que lo aceptara poco a poco.

—¿Te sientes mejor, cariño? —le preguntó su madre en cuanto lo vio—. Ayer no parecías estar bien y lamento decir que te oímos llorar, claro que te dimos tu espacio, pero si hay algo de lo que necesitas hablar, estamos para ti.

Jeno asintió agradecido con su mamá. —Te contaré cuando suceda, no quiero fallar y tener que dar explicaciones —sonrió un poco y comenzó a comer.

Camino a la escuela sabía que su amigo iría tarde, así que solo continuó. El grupo de chicas que usualmente querían hablar con él iban más adelante y Renjun iba justo detrás de ellas. No tenía intenciones de ser visto por las chicas, pero tenía ganas de hablarle a Renjun, aunque fuera por un segundo.

—Renjun —susurró mientras caminaba más rápido. Solo eso podía hacer para no llamar la atención de las chicas.

Para su suerte las chicas entraron a una tienda de conveniencia cerca de la escuela y pudo acercarse a Renjun con facilidad.

—Hey —le dio un pequeño toque en el hombro, Renjun miró hacia el lado y pestañeó varias veces. Jeno supuso que era por sus gafas —Soy Jeno.

—Ah —suspiró derrotado y continuó caminando.

—¿Puedo caminar contigo?

Renjun rio sin ganas. —Has lo que quieras.

Jeno dejó a Renjun fuera de su salón y se despidió con una enorme sonrisa, los compañeros del más bajo no comprendieron esa amistad que había entre ellos y pensaron que era la típica apuesta del chico popular.

En el receso Mark no apareció y Jeno tuvo que ir hacia el salón para investigar que pasaba con su mejor amigo.

—¿Por qué mierda no lo dejan en paz? —la voz de Mark se escuchó por todo el lugar y Jeno se apresuró, no sabía qué estaba pasando, pero si su amigo estaba en problemas él debía ayudar.

—¿Qué pasó? —gritó entrando al salón de Mark.

Un grupo de chicos miraron de Jeno a Mark y Jeno miró a Renjun que trataba de limpiar algo que tenía en su remera.

—Los idiotas aquí presentes decidieron que era una grandiosa idea lanzarle algo de leche a Renjun —Jeno cambió su expresión de inmediato. Podía ser un idiota y tal vez un rompecorazones, pero jamás permitiría la intimidación por parte de nadie. Él y Mark la odiaban.

Jeno se acercó al grupo y su rostro quedó muy cerca del más alto. —Escúchame —con su dedo índice le picó el pecho—, no vuelvas a molestar a nuestro amigo o vas a entender por qué mi brazo derecho es tan famoso —lo empujó con fuerza provocando que chocara con sus demás amigos.

Se volteó para ir hacia Renjun y Mark. —¿Estás bien?

—Ustedes... —suspiró con frustración—, esta mierda es tu culpa, Lee Jeno —sujetó todas sus cosas y salió del salón.

—Ve por él, idiota —le dijo Mark empujando a Jeno hacia la puerta.

Sabía que no era rápido, pero en cuanto salió no pudo decidir donde estaría Renjun. Claro que no lo sabría, no lo conocía demasiado, sin embargo, era para eso que estaba tratando de acercarse.

Subió hasta la azotea y lo vio sin la remera. Jeno tenía que ser fuerte.

—¿Quieres mi sudadera?

Renjun bajó la cabeza y negó riendo. —¿Quieres que pierda la cabeza? Deja de seguirme —se acercó a Jeno quien trataba de no bajar la mirada más allá del cuello—. Te dije el viernes que no quería ser tu amigo y ahora gracias a ti la gente me nota. No necesito eso, ¿de acuerdo? Quedan unos cuantos meses para la graduación, no es necesario que seamos amigos.

(Gᵢᵥₑ ₘₑ) Attention /NoRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora