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Como Renjun había dicho, los tres tuvieron que actuar como si su amistad jamás hubiese existido. Pero cuando salían de la escuela todo era distinto. Mark abrazaba al más bajito mientras Jeno sostenía su mano y la acariciaba con cariño.

El viernes llegó con un Jeno emocionado por pasar la tarde con su novio en casa.

—¿Por qué no puedo ir? —preguntó Mark despidiéndose de los otros dos.

—Los tres sabemos que tienes una fiesta más tarde y Renjun aceptó quedarse en mi casa y después tiene que ir a trabajar. ¿Ya te cambiaste de tienda? —preguntó Jeno mirando a su novio.

—Si, está a unas calles de la casa de Mark. Así que mañana puedo ir a casa, cambiarme e ir tranquilamente.

—Solo porque me divertiré más que ustedes, me voy.

Se despidieron en la parada de autobuses y fueron directo a casa de Jeno.

La mamá de Jeno los esperaba emocionada por ver a ese chico siendo el novio de su pequeño bebé.

—Bienvenido, Junnie. Jeno ya me contó todo, no te preocupes por el papá de este chiquillo, lo tendré controlado.

Renjun sonrió y le hizo una pequeña reverencia de respeto. —Muchas gracias señora Lee por no odiarme.

—¿Por qué te odiaría? Mira a Jeno, está brillando de lo feliz que lo haces.

Jeno se sonrojó un poco y Renjun lo miró levantando sus cejas. —No me mires así.

—Primero coman algo y luego pueden ir a estudiar. Los llamaré cuando la cena esté lista.

Comieron entre risas por parte de Renjun y la señora Lee que se burlaban un poquito de lo lindo que Jeno se veía enamorado.

Una vez terminada la comida subieron a la habitación y comenzaron a estudiar por desgracia del dueño de casa.

—¿Entendiste o debo explicarte de nuevo? —Jeno no había prestado atención por estar mirando los labios de su novio—. Si respondes bien te besaré.

—Bien, de eso estoy hablando —leyó un poco lo que estaba escrito en el cuaderno de Renjun y le contestó la pregunta perfectamente, dando fechas y datos adicionales.

—Lee Jeno tú estás muy enamorado de mí —se burló, dándole un pequeño beso de recompensa.

—Pensé que era obvio —le robó un beso y luego otro. Renjun lo detuvo al cuarto beso.

—Detente hombre hormonal, estamos estudiando.

El teléfono de Renjun comenzó a sonar y este fue de inmediato, seguía esperando la respuesta del abogado.

Jeno le dio privacidad y bajó para buscar algo de beber y calmar la sed de besos que tenía.

—¿Cómo van las clases? —preguntó su papá comiendo junto a su esposa—. Solo he oído risitas.

—Aunque no lo creas estamos estudiando y me está yendo bastante bien —no iba a decir la razón.

Su papá dejó los palillos en el plato vacío. —Dile que baje y me lo presentas. Quiero ver como es tu novio —le sonrió tratando de que con eso Jeno no se pusiera nervioso.

—Bueno. Pero sé bueno con él —subió las escaleras y entró a su habitación, siendo callado por su novio que seguía al teléfono.

—¿Eso quiere decir que sí? —preguntó Renjun sonriéndole a Jeno.

Su novio se quedó en la entrada de su habitación, esperando que terminara la conversación con el abogado. Renjun sonrió mirando al suelo y terminó la llamada, abrazando a Jeno con emoción.

(Gᵢᵥₑ ₘₑ) Attention /NoRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora